“…Ya digo que yo le considero como un torero retirado, una retirada forzosa provocada por aquella cornada de Aguascalientes, que nos hizo pensar primero que se lo llevaba por delante, luego que aún salvando la vida, perdería la pierna y al final hasta volvió a ponerse delante del toro. En su reaparición estaba claro que se iba a probar, cosa muy lógica, aunque en muchos casos se les fue la mano al escoger el ganado, pero bueno, seamos benévolos por una vez, pero ¿en qué estamos ahora? ¿Se sigue probando? ¿Está poniendo a prueba la paciencia del aficionado? Si yo tuviera que dar una respuesta, confieso que no sabría que decir. Yo me encuentro totalmente perdido, uno no sabe que pensar. A veces hasta parece que lo que hace es ir al cajero a sacar dinero, para luego volverse a casa. Pero la realidad es que no tengo ni idea, aunque más parece a veces que se mueva para ir contra los que tanto mal le han hecho, que son muchos y que por oscuros intereses le han negado el pan y la sal, pero que por una vez se acuerde de los más fieles, que nos tenga en consideración y que nos dé una alegría. Tiempo al tiempo y de momento, pues a seguir agarrados a este clavo ardiendo, mientras continuaremos con esa cantinela… de José Tomás, ¿Hasta cuando?”.
Del artículo “José Tomás, ¿hasta cuando?”, publicado por Enrique Martín en su blog