Josh Keyes (Washington, 1969) trabaja con la pintura, el dibujo y la instalación y su trabajo ha sido descrito como "una mirada satírica a la aglomeración urbana", una crítica que refleja en forma de pequeñas islas flotantes, de mínima escenografía pero de cuidada composición que focalizan la mirada del espectador en la narración.
Dentro de estas islas sitúa animales, con los que potencia una atmósfera de misterio y a la vez consigue evocar sentimientos y emociones diferentes a los que podrían transmitir figuras humanas. Mezcla la tecnología y la naturaleza, muestra escombros de la existencia y de la creación humana, pero el resultado son imágenes de gran simplicidad y elegancia con las que expresa su preocupación por el presente y futuro de la Tierra.
En sus dos mesas de trabajo dispone diferentes objetos que usa como referencia, desde figuritas de animales a formas geométricas o envases de plástico.
Para
sus obras Josh lleva a cabo todo un proceso investigador, inspirándose
en películas de ciencia ficción, libros de texto antiguos, pero también
imágenes aleatorias como una imagen de la calle, signos, graffitis,
interacciones humanas, etc. Con todo ello comienza las escenas en sus
libros de bocetos, donde investiga la composición antes de trasladarlo a
un dibujo o pintura.