Revista Cultura y Ocio
Cuando nació Josiah Wedgwood, hace unos 170 años, me atrevería a decir que la gente de la pequeña aldea de Burslem se hubiera quedado muy sorprendida si les hubieran dicho que el humilde hijo del alfarero fue poco a poco a cambiar el lugar, con sus pocos y desordenados casas, en una ciudad floreciente con miles de habitantes. Y no solo, sino que se haría tanta fama que su nombre debería ser una palabra familiar en toda Gran Bretaña, y de hecho en todo el mundo.LEER MÁS »