Domingo 15 de Enero de 2017
El Universo es un antiguo barrio de aproximadamente 13.8 mil millones de años. Nuestra galaxia, la Vía Láctea, también es antigua, algunas de sus estrellas tienen una edad de más de 13 mil millones de años. Sin embargo, todavía hay mucha acción, nuevos objetos se forman y otros son destruidos. En esta imagen, se pueden ver algunos de los recién llegados, las jóvenes estrellas que forman el cúmulo NGC 2547. Pero, cómo son de jóvenes estos objetos cósmicos en realidad? A pesar de lo que sabemos, sus edades exactas siguen siendo inciertas, los astrónomos estiman que en NGC 2547 las estrellas oscilan entre 20 y 35 millones de años. Eso no suena del todo joven, en términos humanos. Sin embargo, nuestro Sol tiene 4600 millones de años de edad y todavía no ha alcanzado la madurez. Eso significa que su edad es como si fuese una persona de 40 años de edad, las estrellas brillantes en la imagen serían como bebés de tres meses de edad.
La mayoría de las estrellas no se forman de manera aislada, sino en ricos cúmulos con tamaños que van desde varias decenas a varios miles de estrellas. Mientras que NGC 2547 contiene muchas estrellas calientes que brillan de color azul brillante, un signo revelador de su juventud, también se puede encontrar una o dos estrellas amarillas o rojas que ya han evolucionado para convertirse en gigantes rojas. Cúmulos abiertos de este tipo por lo general sólo tienen una vida relativamente corta, del orden de varios cientos de millones de años, antes de que se desintegren como sus estrellas componentes se separan. Los cúmulos son objetos clave para los astrónomos que estudian cómo evolucionan las estrellas a través de sus vidas. Los miembros de un cúmulo nacieron del mismo material o al mismo tiempo, haciendo que sea más fácil determinar los efectos de otras propiedades estelares.
El cúmulo de estrellas NGC 2547 se encuentra en la constelación austral de La Vela, a unos 1500 años luz de la Tierra, y es lo suficientemente brillante para ser visto fácilmente con prismáticos. Fue descubierto en 1751 por el astrónomo francés Nicolas-Louis de Lacaille durante una expedición astronómica al Cabo de Buena Esperanza en Sudáfrica, utilizando un pequeño telescopio de menos de dos centímetros de apertura. Entre las estrellas brillantes en esta imagen, se pueden ver muchos otros objetos. Muchas estrellas más débiles o más distantes de la Vía Láctea, pero algunas, aparecen como objetos difusos en la distancia, esas son galaxias, millones de ellas situadas a años luz más allá de las estrellas de primer plano en el campo de visión.
Fotografía OriginalCrédito: ESO