En la localidad de Salas descubro a un ejemplar de lavandera cascadeña Motacilla cinerea, buscando invertebrados cerca del río. Su imagen se refleja en el agua como un espejo, con reflejos de gris y amarillo. Es un juvenil del año, apenas presenta la zona anal coloreada de amarillo, con un ligero tinte en el pecho, las coberteras alares son grisáceas y no negras, la garganta es completamente blanca, sin asomo de negro, y apenas apunta una ceja por encima del ojo. Sus patas son de color carne, casi transparentes. Probablemente se trata de una hembra.
Las lavanderas cascadeñas permanecen todo el año ligadas a los sistemas acuáticos, bien sean pequeños arroyos, ríos, charcas, embalses...ya que están especializadas en capturar invertebrados en la superficie del agua. No son escasas, pero en esta época aumenta su número por la llegada de invernantes de otras zonas de Europa. Aunque esta arribada se aprecia más en la costa, probablemente este juvenil pertenece a las poblaciones nativas. Se diferencia bien de otras lavanderas por su cola más larga, que menea constantemente, y su reclamo, muy metálico.