La sexualidad de una chica de 17 años a través de cuatro estaciones y cuatro canciones, desde el despertar sexual hasta su primera vez, desde la inmersión en el amor a la búsqueda de su identidad.
-YA EN CINES-
El
verano que Isabelle cumple 17 años, descubre su sexualidad, pero ese primer
contacto no es como ella suponía, una especie de decepción da paso a un
profundo cambio, que hará que a su vuelta a la rutina, a sus estudios en una
buena universidad, a su acomodada vida
familiar; a su día a día, de un giro total.
Sin
motivo, sin explicación se introduce en el mundo de la prostitución. Una doble
vida que compatibiliza con la normalidad diaria de una adolescente de esa edad.
Hombres
de avanzada edad con los que experimenta, con los que siente; pero su secreto
se viene abajo cuando uno de sus clientes, un hombre con el que de alguna
manera había conectado, fallece en uno de sus encuentros.
Con
esa tragedia llega el arrepentimiento que hace que se olvide de esa oscura
parte de su vida, pero por desgracia, su madre, Silvie, se entera de todo. Y
con ello, comienzan las preguntas, los reproches, las lágrimas, la
desconfianza. Pero un día, tras un largo camino, cuando menos se lo espera y de
la forma más sorprendente todo cambia.
Marine
Vacth – Isabelle – dejando de lado que tiene todo el peso de la película,
además, cuenta con una belleza etérea y una mirada que dan forma al personaje
que interpreta, una especie de Lolita de mirada misteriosa.
Geraldine
Pailhas – Silvie - tiene un papel muy intenso, me gusta como interpreta a una
madre que no entiende nada, que se siente tan perdida con su hija que no tiene
claro en que se equivocó.
No
puedo dejar de mencionar el papelazo de Charlotte Rampling – Alice – un
personaje que si bien es muy corto, pero con un gran peso en el final.
François
Ozón, el director, juega con las estaciones para que cada estación empiece a
través de la mirada de uno de los personajes. El verano desde el punto de vista
del hermano pequeño, el otoño desde el punto de vista del cliente, el invierno
del de la madre y la primavera del padrastro. Las cuatro estaciones contando
los cambios de Isabelle, y de su vida.
La
verdad es que es una película bastante compleja, en la que el director no da
explicación alguna del motivo por el que la protagonista toma la decisión que
toma. Simplemente narra la historia,
expone los hechos de forma cruda y directa, dejando que tú lo interpretes como
quieras, y como no podía ser de otra forma, el final, también lo deja en manos
del espectador.
-Agradecimientos a la distribuidora