Jóvenes admirables

PUEDE SUCEDER LO QUE SEA; SIEMPRE HAY ALGUNO QUE LO VEÍA VENIR. Fernandel

Hay varias generaciones extraordinariamante bien preparadas que han basado su formación en el esfuerzo y la dedicación a largas horas de estudio. Son personas que, además, salieron a completar su bagaje en universidades extranjeras en las cuales tuvieron que desarrollar un trabajo añadido en un ambiente que no era el suyo. Como complemento aprendieron idiomas y al regreso, con la maleta bien pertrechada de saber, se encontraron con trabajos mal pagados de becarios que les abrieron la puerta a los contratos en prácticas.

Estos mileuristas, magníficamente formados, quizás se estén preguntado cómo es posible que haya personas de su misma edad que, con la sola experiencia que da el trabajar para el partido, hayan llegado a ministros; o cómo en la presidencia de algunas comunidades autónomas puedan sentarse personajes sin formación universitaria alguna. Uno se extraña de ver cómo estos jóvenes no asaltan las calles y la emprenden a pedradas contra las sedes parlamentarias o de partidos políticos.

Produce vergüenza que quienes se dejaron la vida en las aulas, quienes se esforzaron o quienes se arriesgaron en países vecinos hoy sean mileuristas y carne de cañón de las empresas, mientras que los arribistas e incompetentes alcancen ministerios y presidencias. No seré yo quien los critique si algún día los veo realizando su asalto a la bastilla y poniendo en la picota a tanto caradura visto el mensaje que envían nuestros políticos.

Quizás haya quien los llame inadaptados o marginales el día que les dé por ciscarse en la madre de tanto mal nacido y salgan con la gasolina a prender fuego a una sociedad amante de los fuegos fatuos que valora en exceso los chascarrillos de la prensa rosa y los comadreos de los políticos. Ese día quizás se encuentren con este carroza que tanto los admira, y juntos, con la ilusión que da combatir tanta estupidez nos pongamos el mundo por montera.

Va por ellos.