Escudo de la Jornada Mundial de la Juventud.
Poco a poco, desde hace meses, con la ayuda de sus autoridades –Ruiz Gallardón y Esperanza Aguirre, católicos, apostólicos y, si me apuran, hasta romanos, si hace falta–, con la aprobación del Gobierno socialista y con la bendición del cardenal Rouco Varela que convenció a 40 de los empresarios españoles más importantes para que colaboraran con su causa, Madrid se ha preparado a conciencia para recibir durante esta semana al Papa Benedicto XVI. Ya están en la capital cientos de miles de jóvenes de 137 países, 4.500 periodistas, gran parte de los cuales se convertirán en propagandistas de las jornadas, y una presión televisiva de 600 millones de audiencia en cientos de horas de emisiones, según datos ofrecidos por la misma organización del evento. El papa llega el jueves, siendo recibido por los Reyes y el Gobierno “socialista” (más papista en esta ocasión que el mismo Papa) que se ha volcado en el evento. En apenas 79 horas, el pontífice pronunciará ocho discursos, más unas reflexiones en cada una de las 15 estaciones del vía crucis del viernes entre las plazas de Colón y de Cibeles. Y, si bien, desde la organización, no se habla de dinero, sino de donaciones “en especie”, sin embargo, el Arzobispado de Madrid asegura trabajar con un presupuesto de más de 50 millones de euros, la mitad de los cuales serán sufragados por las administraciones públicas. La otra mitad vendrá en forma de subvenciones, ayudas y colaboración de todo tipo de empresas y empresarios españoles, agrupados en torno a la “Fundación Madrid Vivo”, cuyo presidente de honor es el propio cardenal Rouco. Es la tercera visita del papa a España en menos de un año. Anteriormente, estuvo en Santiago de Compostela –sólo ocho horas– y en Barcelona –apenas un día–, que costó a las arcas públicas alrededor de seis millones de euros. Pero, pese a las ayudas del Estado, hay quien habla de la desmedida generosidad del mismo en este viaje papal y hay quien duda de que se trate de un “estado aconfesional”.
El Papa, acompañado del arzobispo de Madrid, Rouco Varela, en la audiencia a los empresarios españoles, en julio del 2010, miembros de la ¡Fundación Madrid Vivo!
Las cifras de gastos que suponen este acontecimiento, en un periodo de crisis desconocido hasta el momento, aumentan considerablemente, aunque se hable de causas “justificadas”. Ayudas de empresas como El Corte Inglés, OHL, Telefónica, el Banco Santander o Movistar, así como Canal de Isabel II o Ifema, compañías públicas, se han volcado en esta “nueva evangelización” de Europa. La Fundación Marcelino Botín y el despacho de abogados Cremades & Calvo-Sotelo, así como el ente municipal Madrid About You, ya aparecen en la web oficial de la JMJ (Jornada Mundial de la Juventud) como patrocinadores de la visita del Papa a Madrid. Estos son los hombres con más intereses en esta promoción papal y que más dinero destinaron a su publicidad: Emilio Botín, presidente del Banco Santander; César Alierta, de Telefónica; Antonio Vázquez, de Iberia, Borja Prado, de Endesa; Francisco Pérez González, consejero de honor de Prisa; Baldomero Falcones, presidente de FCC y Gerardo Díaz Ferrán, presidente de la CEOE. Todos ellos asistieron, en julio del año pasado, junto con Rouco Varela, a una audiencia papal en Roma. Y todos ellos, como recalcó Rouco ante Ratzinger, han estado “dispuestos a proporcionar los recursos humanos y materiales necesarios para que todo salga bien”.
Las casas de "souvenirs" de la visita del Papa a España harán su propio agosto.
El Corte Inglés, como agencia oficial de viajes, gestiona las plazas hoteleras. La cadena de centros comerciales ha sido la primera en colocar el logotipo de la JMJ en sus catálogos, al más puro estilo de la Copa del América. Telefónica se encarga de todo lo relacionado con las telecomunicaciones y financia las redes de ADSL, ordenadores y teléfonos móviles de trabajadores y voluntarios de las jornadas. Otras instituciones, como la Fundación Eulen, beca a jóvenes empleados de sus sedes en Iberoamérica, costeándoles el viaje. La Fundación Alares, por su parte, forma a los voluntarios de la JMJ que trabajan con discapacitados. Por su parte, los grandes grupos de comunicación insertan de forma gratuita anuncios de cara al encuentro con el Papa. Las campañas publicitarias, creadas por Lee Films, también son gratuitas. Y tanto Facebook como Twitter y Tuenti están dando cobertura sin coste alguno. El rodaje de los primeros spots se ha llevado a cabo en el Santiago Bernabéu, que cedió sus instalaciones y los medios de su fundación. Las casas de “recuerdos” hacen su propio agosto con la bandera pontificia que se vende a 10 euros, los muñecos de barro del Papa, los imanes para la nevera, las postales de Benedic6to XVI y el papel higiénico papal. La JMJ ha aceptado la distribución de rollos con la efigie de Benedicto XVI que serán empleados a modo de serpentinas durante su recorrido por la ciudad. Medallas, dedales, cucharas y campanas pequeñas compartirán lugar en multitud de escaparates con pastilleros y rosarios con la cara de Benedicto XVI, y colonias unisex. Todo para que el evento se convierta en un acontecimiento a mayor gloria de Rouco Varela y del Papa.
Confesionarios sobre el césped, al lado del estanque del Retiro y bajo el trino de los pájaros.
Iberia anunció que pagaría los viajes durante esos días de obispos de todo el mundo transportados gratis al Madrid sumiso al poder del Vaticano. Autobuses y paradas aparecen con carteles en los que la Empresa Municipal de Transportes (EMT) informa de lo que va a suponer la visita papal: líneas desviadas de su recorrido, paradas suprimidas, cambios en las cabeceras... Las estaciones del Metro Banco de España, Colón y Recoletos “pueden sufrir cierres parciales durante los eventos”, avisan centenares de carteles repartidos por los andenes. “Se aconseja utilizar otras estaciones en el entorno”. Una enorme estructura en forma de ola ocupa totalmente un lateral de la plaza de Cibeles. A pocos metros, en el Retiro, unos confesionarios portátiles imitan velas. En uno de ellos se sentará el Papa para escuchar a un pecador y echar sus pecados al contenedor de basuras más próximo. Los jardineros municipales han plantado flores amarillas y blancas (los colores de la bandera vaticana) en la Puerta de Alcalá. Y las marquesinas de los autobuses de Cibeles desaparecieron a principios de mes. En su lugar, postes provisionales, viajeros haciendo cola de pie y esperando bajo el sol. Los días más complicados, tanto para el autobús como para el metro, serán los de los eventos multitudinarios. El 16 de agosto (martes), entre las 20.00 y las 22.00 horas, se celebra una misa en Cibeles. El 18 (jueves), a media tarde, se le da la bienvenida al Papa. Llegará a la plaza de la Independencia, cruzará la Puerta de Alcalá “con jóvenes de los cinco continentes” y después, subido al Papamóvil, llegará hasta Cibeles. Durante esa mañana la movilidad puede ser complicada porque el Pontífice, que llegará a mediodía al aeropuerto, se trasladará en Papamóvil hasta la Nunciatura (avenida de Pío XII). El día 19 (viernes), a partir de las 19.30, será el momento del Vía Crucis entre Cibeles y Colón. La estación de Cuatro Vientos (para tren y metro) cerrará los días 20 y 21 (sábado y domingo) y la de Renfe de Recoletos, los días 16, 18 y 19.
Papa o mecenas, Benedicto XVI, viaja a España con el apoyo de las grandes marcas comerciales.
La Comunidad de Madrid, que encareció el precio del billete único de bus y metro –de un euro pasó a valer 1,50–, ha permitido que los asistentes a la JMJ disfruten de un precio muy reducido de los abonos turísticos. En su momento, la Consejería de Transportes e Infraestructuras de la Comunidad de Madrid, defendió que el encarecimiento de los billetes “sólo” afectaría a los viajeros esporádicos pero los organizadores del evento consiguieron para su causa un abaratamiento del mismo, advirtiendo que se trata de una “buena inversión” que reportará beneficios para España. “Sale mejor ser peregrino que madrileño –critica Raquel López, concejala de Izquierda Unida en el Ayuntamiento–. A los madrileños nos suben el billete de metro en un 50% y a ellos se les rebaja hasta el 80%”. Y acusa al alcalde, Alberto Ruiz Gallardón, de hacer “cualquier cosa para contentar a Ratzinger”. Lamenta que a los indignados del 15-M les manden a los antidisturbios y, en cambio, para atender al papa, se “cierre” la ciudad durante toda una semana. “Un doble rasero impropio en un país aconfesional”. Los asistentes disponen de alojamiento gratuito, apenas pagan el transporte y gozan además de comidas gratuitas debido a un acuerdo entre el Arzobispado y un grupo empresarial de locales de alimentación. Y, mientras el Movimiento 15-M no ha podido mantener un punto de información estable en Sol, tanto la misa del Papa en el aeródromo Cuatro Vientos, como su paso por diversos paseos y palacios serán presenciados por peregrinos que dispondrán de miles de andamios repartidos por el Paseo del Prado y asientos a su disposición. No en vano el Papa o mecenas, Benedicto XVI, viajará a España con el apoyo de las grandes marcas comerciales.
Las asociaciones que convocan a la manifestación del próximo miércoles, 17 de agosto, (más de un centenar, entre ellas, partidos y sindicatos de izquierda, iglesias católicas de base, el Foro de Curas, Redes Cristianas, los teólogos de la Asociación Juan XXIII, la Europa Laica, la Asociación Madrileña de Ateos y Librepesadores) negociaron con el Ejecutivo un itinerario acorde con sus deseos. Pretenden protestar por la implicación del Estado en la financiación y el desarrollo de la Jornada Mundial de la Juventud. El Gobierno vetó por razones de orden público los tres itinerarios propuestos para marchar por el centro de Madrid. Pero, al final, aceptó un itinerario presentado. La “marcha laica” convocada un día antes de la llegada del papa a Madrid, partirá de Tirso de Molina y discurrirá por la Puerta del Sol. “Nos reuniremos y expresaremos nuestra posición –dice Francisco Delgado, presidente de Europa Laica–. Nadie puede aplastar nuestros derechos fundamentales”. Los indignados del 15-M anunciaron que se sumarían a la marcha, así como a otras iniciativas que protesten contra el gasto público de la visita papal. Las protestas podrían ir desde la “ocupación” de algunos de los colegios públicos cedidos para albergue a peregrinos, a acudir al parque del Retiro mientras Benedicto XVI esté confesando a jóvenes. Una de las críticas más agrias contra la decisión del Gobierno es que ha cedido a las presiones de la “derecha y el catolicismo más rancios”. El Ayuntamiento de Madrid y la presidenta de la Comunidad de Madrid, reclamaron con energía la prohibición de la marcha, calificándola de “manifestación 'antipapa”. La reprobación mas dura llega de la jerarquía eclesiástica. “Esos grupúsculos minoritarios –señala Juan Antonio Martínez Camino, secretario general y portavoz de la Confederación Episcopal Española – lo que hacen es parasitar, aprovecharse de la gran ocasión, un gran escaparate, una gran pantalla para España y para el mundo, para promocionar su programa anti”. Los convocantes sostienen que la marcha no es una protesta contra la visita de Benedicto XVI, sino una crítica al “boato y gasto público” que implica su desarrollo. Evaristo Villar, portavoz del Foro de Curas resume: “Un evento de esta categoría no cabe en una sociedad con cinco millones de parados”. Y Europa Laica: “Tratamos de mostrar una opinión diferente, pacífica y respetable”. Francisco Delgado no desea “que se gaste el dinero del erario público para un evento religioso privado”, ni que se trate “con honores de Estado” al papa Benedicto XVI.
Francisco Delgado, presidente de Europa Laica.
Más de 140 organizaciones se han adherido a la campaña “De mis impuestos al Papa, cero” y cientos de personas, a través de las redes sociales, han firmado un manifiesto en contra de la subvención pública de la visita “particular” del Pontífice, que dicen costará unos cien millones de euros. Se han repartido carteles con una señal de prohibido sobre la figura de Benedicto XVI y se convoca también a una gran marcha de disfraces “de obispos, monjas y monaguillos”. Se espera que la concentración sea multitudinaria. El ayuntamiento ha anunciado la presencia en las calles, desde el domingo anterior, de 4.100 policías municipales, 1.360 turnos de efectivos sanitarios y casi 3.000 de Samur y Protección Civil, que cercarán el centro de Madrid durante la semana que dure las jornadas. El objetivo es “velar por los participantes de la Jornada Mundial de la Juventud”. En el plan, que tendrá una “estructura de círculos concéntricos”, participarán las tres administraciones. “No estamos a favor ni en contra de que el papa se reúna con sus fieles –advierte el presidente de Europa Laica–, lo que nos molesta es que lo haga con el dinero de todos, y poniendo de manifiesto los privilegios que la Iglesia católica sigue teniendo en nuestra sociedad”.
La manifestación, que recorrerá el centro de Madrid, se celebra la víspera de la llegada del Pontífice. “Estamos en contra de esta forma de visitar un país a costa de los impuestos de toda la ciudadanía (…) y utilizando los centros públicos como albergues gratuitos para quienes vengan a verlo”, aseveran los promotores. Además, denuncian que se reciba al Pontífice con honores de jefe de Estado, ya que se reunirá con los Reyes, con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y con el líder de la oposición, Mariano Rajoy. Tampoco están de acuerdo en que más de tres cuartas partes del coste de la visita se costee por las administraciones públicas. “El Papa no viene en visita de Estado ni en representación de los pocos habitantes de El Vaticano. Viene en visita pastoral y privada”, aclaran. De momento, la Comisión de Educación del Movimiento 15-M ya ha entregado 20.000 firmas en el Registro General de la Comunidad con destino a la consejera de Educación, Lucía Figar. En ella muestran su rechazo “a la financiación pública y a la cesión de centros educativos y otros espacios públicos en relación con la visita del Papa”. Los manifestantes estudian la posibilidad de presentar querellas contra la Comunidad de Madrid y el Gobierno Central “por el uso inapropiado de fondos y servicios públicos en esta visita de carácter privado e ideológico de Benedicto XVI”. Y hacen una advertencia a la fiscalía, para que esté vigilante por si algunas de las intervenciones de la jerarquía católica o actividades organizadas por la JMJ pudieran ser constitutivas de delito.
Los propios sacerdotes católicos son, en una pequeña proporción, igualmente críticos con la Iglesia. Según el diario “El País”, un grupo de 120 sacerdotes ha firmado una carta en contra del “escándalo social” que supone “este dispendio” en plena crisis económica. Constituidos en el denominado “Foro de Curas de Madrid”, son sacerdotes de parroquias madrileñas que han querido expresar una voz crítica dentro de la propia Iglesia. No se oponen a la visita del Papa, ni a la Jornada Mundial de la Juventud, pero sí al modo en que la jerarquía eclesiástica está promoviendo y financiando esa cita. En un documento titulado “Los Mecenas de Rouco”, el Foro censura la alianza entre el cardenal de Madrid y las grandes empresas del IBEX 35 que, a través de la “Fundación Madrid Vivo” colaboran en la Jornada Mundial de la Juventud. “Ese pacto con las fuerzas económicas y políticas refuerza la imagen de la Iglesia como institución privilegiada y cercana al poder, con el escándalo social que ello supone, particularmente en las circunstancias actuales”, señala el documento. Los firmantes censuran el alto coste de las jornadas y acusan a la Iglesia de aliarse con el poder económico responsable en buena medida de la crisis, mediante el patrocinio de grandes empresas que obtienen grandes beneficios fiscales a cambio de esa colaboración. Los integrantes del “Foro” lamentan también que no se haya tenido en cuenta a la Iglesia de base y a las parroquias madrileñas de cara a esta visita, salvo para cuestiones prácticas de alojamiento y cesión de aseos y duchas. El cardenal-arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, ha respondido alegando que “No hay cosa más económica que rezar”.
IU denuncia, en el Congreso de Diputados, que esta visita “se está “vendiendo” como uno de los mayores “negocios” turísticos que va a hacer Madrid, ocultando el coste real que va a tener para todos los madrileños, sean católicos o no, pero también para todos los españoles”. Y asegura que el Gobierno no ha respondido a ninguna de sus peticiones de información sobre los costes que tendrá que asumir el Estado. Luis Vega, presidente de la Asociación de Librepensadores y Ateos, explica: “Vamos a suponer que venga un millón de jóvenes. Van dormir en nuestros colegios públicos, van a comer hamburguesas y van a comprar recuerdos de la Iglesia Católica. La inversión no va a ser equivalente al beneficio y si dejara dinero va a la empresa privada. Yo no veo qué impuestos va a recuperar”.
El cardenal arzobispo de Madrid y el Papa Benedicto XVI, con la mochila que portarán los peregrinos durante las JMJ de Madrid.
JMJ explica que un 30 por ciento, es decir, 15 millones, vendrá de donaciones de empresas y particulares, y los otros 35 millones de las inscripciones de jóvenes. Esta es la fórmula con la que la Conferencia Episcopal dice conseguir el dinero necesario para cumplir su objetivo: “Ingresos igual a gastos”. Según la Comunidad, es una medida que persigue “favorecer el turismo” y ya se ha aplicado en otras ocasiones, como en la final de la Champions League que se celebró en Madrid el año pasado. Además, la inscripción puede incluir el alojamiento y la comida. Se calcula que los restaurantes que se han adherido al sistema de tiques de la JMJ servirán seis millones de menús. Los precios de las inscripciones van de los 45 euros si solo se asiste el fin de semana a los 210 de la semana completa con alojamiento y comida incluidos. Por comparar, se puede reservar una semana de vacaciones en Benidorm con pensión completa por menos de 200 euros y también asistir a los festivales de música que se celebran en el país. El 1 de agosto había más de 415.000 inscritos, que si de media pagasen 100 euros, ya supondría que la JMJ contaría con casi 42 millones de euros, cerca de los 50 millones de presupuesto.
Blanco y amarillo, colores de la bandera de El Vaticano.
Entre otras contribuciones en especie, Osborne ha donado mil botellas de vino que será consagrado para las misas, la empresa Renova ha aportado 7.000 rollos del papel higiénico aromatizado y de los colores del Vaticano –blanco y amarillo– para ser usado como serpentinas gigantes durante la JMJ, varios legionarios participarán de forma voluntaria en el Vía Crucis portando al Cristo de Mena y la Selección Española de Baloncesto jugará un partido benéfico contra Lituania. En definitiva, será difícil saber cuánto costará exactamente la JMJ que acogerá Madrid del 16 al 21 de agosto, más si cabe por el carácter voluntario de muchas de las aportaciones.
Braulio Rodríguez, arzobispo de Toledo y primado de España, advierte que “estamos haciendo el ridículo mundial” con las críticas que está recibiendo la organización de la JMJ y aboga porque “no seamos paletos”. Rodríguez dice haber estado en bastantes eventos de este tipo en todas las partes del mundo, pero asegura que en ninguna parte ha visto lo que está pasando en España. Niega que la financiación de la JMJ sea pública, pero matiza que, en el caso que lo fuera, “hay que decir que los católicos, que pagamos impuestos igual que todos los demás, somos inmensa mayoría en España”. Rodríguez lamenta que, cuando hay toda una serie de problemas de paro y muchas familias que no tienen ningún recurso, “parece que eso lo tiene que arreglar el papa no viniendo a la Jornada Mundial de la Juventud o queriendo de algún modo decirle que él es el culpable de todas las cosas que suceden en España”. Y añade, indignado: “¿Por qué van a tener más razón los librepensadores que otros? Que a uno no le guste la Jornada Mundial ni le guste el Papa, pues muy bien, pero no insulte usted y no diga cosas que no son verdad”. Según el arzobispo primado “lo que no se puede, porque no se esté de acuerdo con la forma en la que se han organizado las Jornadas Mundiales, es deducir que todos los problemas se resolverían si no se abrieran los colegios a los miles de jóvenes que van a venir de todo el mundo. Eso es tan absolutamente desmesurado, tan realmente ridículo, que yo no puedo estar si no en el fondo indignado”. El arzobispo de Toledo puntualiza que los obispos “no somos toda la Iglesia y lo que hay detrás o delante es una realidad muy profunda, con fallos, con pecados –¿quién no los tiene?–, pero que ha dado muestras de una solidaridad que ya me gustaría a mí que muchos de los que van a protestar ese día lo fueran”.
Benedicto XVI, en su popular 'Papamóvil', ya se trasladó en noviembre del 2010 a la catedral de Santiago de Compostela a oficiar una misa.
Ruth Toledano escribe en El País el artículo “¿¿¡¡Perdón!!??”, en el que se pregunta: ¿Quién ha decidido que se desaloje a pisotones la acampada en el paseo del Prado y se destruya el pactado puesto informativo en una Puerta del Sol que nos pertenece y que ya es símbolo mundial de un nuevo sistema? ¿Quién, que se cierren por la fuerza los accesos a la plaza, en una actuación insólita de la que hasta un sindicato de policías cuestiona la legalidad?... ¿Camacho y Gallardón? ¿Rubalcaba? (¿dónde está Zapatero?) ¿También Rouco Varela? Porque a la alevosía y a la ‘estivalidad’ de la operación hay que unirle una indignante ‘vaticanidad’, pues a pocos escapa que esta operación tiene, con la llegada a Madrid de Ratzinger, una relación inversamente proporcional a la limpieza que los ‘mossos’ perpetraron en su día en la plaza de Cataluña de Barcelona, supuestamente por un encuentro futbolístico: si entonces supimos que nada tenía que ver con el fútbol y sí con la represión del 15-M, ahora sabemos que la del movimiento en Madrid se realiza porque el ‘papamóvil’ va a pasar por aquí. Pero, ¿esto qué es?, ¿qué pretenden ustedes? Mientras los indignados solo hacen uso del espacio público para protestar contra los sistemáticos abusos del poder establecido; mientras se sientan en el suelo para celebrar en asamblea el encuentro de su conciencia, de su unión, de su voz y de su voluntad, quienes llevan las riendas de la caballería deciden sofocarlos para abrir paso al jefe de un Estado ridículo en su ‘mismidad’, culpable de crímenes que no se le permitirían a una república bananera”.
No, no son velas coronadas sino alguno de los 200 confesionarios que esta semana fueron instalados sobre el césped de El Retiro para sepultar bajo el mismo todos los pecados.
“Esos poderes públicos –prosigue Toledano–, que abusivamente representan los gallardones, camachos, rubalcabas y roucovarelas de turno, parecen no poder comprender que a su ‘anciene régime’ le quedan dos telediarios que ya nadie ve, pues la información veraz fluye por otras redes. No comprenden que nuestra era ya no lleva su nombre porque es, será, la de Anonymous. O sí: lo comprenden y actúan desde la desesperación que produce el sentirse y verse acabados. No se dan cuenta de que agonizan precisamente por actuar así, por reprimir, por ser violentos, por ejercer abuso de su poder. Necios. ¿Millones de euros del dinero público para recibir al Papa? ¿De un dinero público que, sin embargo, no puede cubrir las prestaciones sociales de este país, sumido en los recortes que conlleva una profunda crisis? Si Jesucristo levantara la cabeza enfurecería con tales mercaderes. ¿Millones de euros para recibir a un tipo homófobo y en connivencia con peligrosos pederastas? ¿Estamos locos o qué? Y para llevar adelante este escándalo sacan sus escuadrones a la calle, en una suerte de ‘razzia’ a favor de Ratzinger que ofende a los limpios de corazón y a los indignados con razón. Belicosos. ¿Que la ciudadanía no puede tomar la plaza para tratar de desfacer vuestros graves entuertos pero vosotros podéis instalar 200 confesionarios en el Retiro? ¿¿¡¡Perdón!!?? ¿Confesionarios? ¿Pero estáis de broma o qué? Provocadores.
En el artículo titulado “El anciano políglota”, José A. Pérez escribe: “Si España no va a Dios, Dios irá a España. Y como el representante terreno de Dios es alemán, ha decidido venir en agosto, como todos sus compatriotas. Viene, eso sí, financiado por un nutrido grupo de patrocinadores entre los que se encuentran los muy cristianos El Corte Inglés, Movistar y Banco Santander, cuyas juntas de accionistas ya se han garantizado, con el gesto, el Reino de los Cielos. No me malinterpretes. Defiendo la libertad de creer cualquier superchería. Hay quien consume homeopatía, quien busca reducir las cartucheras con Somatoline, quien acude a reiki, quien lleva Power Balance y quien reza a nuestro señor Jesucristo (yo mismo hice esto último en mi infancia). El placebo es de libre uso, y no veo motivo para que los católicos no se metan un buen chute de autoestima supersticiosa coreando totus tuus (o lo que coreen ahora) en el centro de Madrid.
“Ocurre que la pasta de los patrocinadores no es suficiente, mira tú, porque mover al vicario de Cristo es caro de cojones. Ni siquiera con la contribución de Ford y SGAE –muy cristianos también– alcanza para transportar al pastor de pastores, su coche de diseño exclusivo y su faraónico séquito. De modo, damas y caballeros, que hay que apoquinar. Dicen los organizadores de la Jornada Mundial de la Juventud que el evento saldrá rentable porque va a generar un cuantioso retorno. Y probablemente estén en lo cierto. Jesucristo tiene más groupies que Harry Potter, muchos de ellos dispuestos a mover su inmaculado culo allende fronteras para ver al Santo Padre en acción. La próxima semana, las cadenas de televisión vomitarán toneladas de imágenes donde personas procedentes de todo el mundo ensalzarán las virtudes del autor de reflexiones como “la homosexualidad es un desorden objetivo”. El mismo tipo que afirmó que los condones agravan el problema del SIDA en África. Un tipo que ha llegado a comparar el ateísmo con el nazismo, un personaje con unas ideas que, de no llevar ese extravagante traje blanco, sería calificado de fanático, imbécil o algo peor que, por respeto al lector católico, dejo en elipsis. Con la visita de un anciano alemán políglota y malcarado, Madrid se llenará de personas racionales comportándose con irracionalidad, místicamente arrebatados por la superstición que han mamado desde niños. Me parece estupendo. Cada uno se engaña como quiere. Pero el estado no paga mi placebo. Que no pague, por tanto, el de los católicos. Por muchos que sean”.
“Para el Papa sí hay dinero”, titula Ignacio Escolar en Escolar.net. “En una muestra más de la aconfesionalidad de esta España eterna, 800 colegios e institutos públicos madrileños se convertirán este agosto en improvisados albergues para los miles de peregrinos que se esperan por la visita del Papa. Los turistas religiosos tendrán cama gratis por la gracia de dios, y también por obra y gracia del Gobierno, de la Comunidad de Madrid y del Ayuntamiento. El otrora laicista Zapatero, la supuesta liberal Aguirre y el teórico moderado Gallardón se han dado la mano al fin en algo: firmar un generoso convenio con la Iglesia Católica que para sí ya quisieran los organizadores de otros happenings capitalinos, como el Orgullo Gay o el Festimad. El acuerdo no sólo implica prestar los colegios –y pagar los sueldos de los bedeles que tendrán que trabajar en agosto–. También incluye descuentos fiscales, la cesión gratuita del Palacio de los Deportes y del aeródromo de Cuatro Vientos e incluso un abono transporte a precio reducido”.
Este es el humor papal (la primera caricatura de Benedicto XVI es de Matteo Bertelli, publicada en 2007) que esta semana hemos sacado de la antología “Si los curas y frailes supieran”, de Jaume Capdevila (Ediciones Tempestad), indagando la historia del anticlericalismo. El resto de imágenes seleccionadas son los siguientes: Apa (Feliu Elías, Papitu, 1909. Lo de los obispos; Andrés Vázquez de Sola, 1992; Jaume Perich, 1994; Giorgio Farattini, Panorama, 1979 y Dzib, 1980. Después de habernos reído convenientemente, dense un paseíllo hasta El Retiro, en donde podrán arrodillarse, si lo desean, ante más de un centenar de confesionarios y confesar sus pecados. Y, si tienen suerte, a lo mejor les toca el mismísimo padre santo, a quien seguro que no le hará ninguna gracia escuchar que se han reído tanto de él.
Manel Fontdevila continúa con su bendito verano.
Y Territorio Vergara, con su diccionario biográfico español. Esta semana con Trillo-Figueroa, De Cospedal, Rubalcaba, López Francisco Javier y Botella.
Y Pep Roig, sigue descubriendo nuevas sinergia y frases pueblerinas: “La bida es vella o Qué vello es vivir”; “Vamos bien”, “Noticias de Tot vabé” y “salvador mundial (en ciernes)”.
Con esta actuación en el festival Iberia Huesca Folk, Hato de Foces, el grupo de música folk aragonés muestra su interesante actuación por los escenarios, tras más de 30 años de existencia. El 6 de agosto de 1981, se subían a un escenario para interpretar un total de trece temas que tenían versionados, y el éxito de aquel concierto les animó a hacer su primer disco 'A madruga'. Hato de Foces intenta expresar una nueva manera de entender el folk en base a la interpretación con instrumentos autóctonos y dando mucha importancia a las voces.
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