Juan luis panero

PANERO MÁS ALLÁ DE PANERO

Cuando decimos Panero, decimos Leopoldo. Para qué negarlo, tan insigne apellido, ligado desde siempre a la poesía, ha quedado atado a ese nombre que es el de, sin duda, un magnífico poeta. Pero hay otro Panero, otros, que también cultivaron el ¿noble? arte de la poesía.

Juan Luis Panero (Madrid, 1942) es un hombre de silencios largos y palabras ciertamente certeras, que mira más allá de su imagen y se sumerge en la memoria:“Dura ha de ser la vida hasta el instante/
en que veles tu memoria en este espejo:/
tus labios fríos no tendrán ya refugio
/ y en tus manos vacías abrazarás la muerte.”

Lamuerte es un elemento constante en los versos del poeta. Una mirada consagrada al abismo, a la pérdida, a la consciencia de ella, al tiempo que ha de ser el mismo para todos, abrasador y verdugo.

Entre la vida y la muerte se encuentran los pasos de Juan Luis Panero, entre el olvido y la memoria: “La luz del sol sobre los muros,/
la resaca, las voces que te cercan,/
los árboles que al fondo se dibujan,/
los recuerdos que secan más tu boca,/
el implacable escenario de tu herencia./
Sin embargo has venido,/ has vuelto
a recobrar tu patrimonio abandonado,/
el espectro que tú llamaste vida,/
lo que fue, lo que los años han dejado./
Palabras tropezadas de pasión,
violenta lengua, piel derramada entre las manos,/
lo que fue, carne entregada,/ saliva, sangre,
temblor, caliente olor,/ dos cuerpos enlazados
rodando para siempre hacia la nada.”

La presencia obsesiva de la muerte, el reto del perdedor ante la vida cotidiana, que intenta vivir sin bajar los brazos. Juan Luis Panero llena sus versos de maestría musical y de una tristeza que se resbala por los distintos caminos que llevan hasta el poeta. El dolor que se ha instalado en sus ojos lo impregnan todo, lo llenan todo de una luz tenue, de una felicidad apenas concebida y el riesgo de desmedir los tiempos.

A veces, esa misma voz nos lleva de la mano hasta sus tótems, y nos ofrecen la sabiduría de quien gustó vivir entre ellos, marcando la línea de lo aprehendido con las palabras exactas: “Con cierto miedo a su valor/ 
-por vez primera había afirmado su existencia-/ 
tal vez curioso, con cansado gesto,/ sintió el peso de sus párpados caer./
Horas después -una extraña sonrisa dibujaba sus labios-/
se anunció a sí mismo, tercamente,/
la única certidumbre que al fin había adquirido:/
jamás volvería a dormir solo en un cuarto de hotel.”

El Panero poeta, el articulista, el ensayista, todos son uno y ese que es la imagen de un apellido a un nombre ligado, el positivo de la imagen que nos es más familiar, deja un rastro de humildad y genio que son difíciles de encontrar.

Bibliografía poética:

A través del tiempo (1968)

Los trucos de la muerte (1975)

Juegos para aplazar la muerte (1984)

Antes que llegue la muerte (1985)

Galerías y fantasmas (1988)

Enigmas y despedidas (1999)

La memoria y la muerte (2009) antología poética.