Juan Pablo Carrizo, el sostén del River puntero

Disputadas seis jornadas de este Torneo Apertura, River es uno de los tres líderes. Contrariamente a lo esperado, no es su juego lo que lo distingue, sino la solidez que desde el comienzo del torneo transmiten sus dos centrales y su arquero, por sobre todas las cosas.

Juan Pablo Carrizo, al que muchos catalogaron como el mejor refuerzo del libro de pases, es toda una garantía en el arco “Millonario”. Lo conoce como pocos y actúa en consecuencia. Como si nunca se hubiera ido.

Sobrio, consistente y seguro, irradia tranquilidad y se las contagia a sus compañeros. Es de esos arqueros que todo equipo que aspira a conseguir algo importante desea tener.

Su actualidad no sorprende y son muchos los que osan comparar su desempeño en lo que va del certamen con aquel que tuvo en el Clausura 08, en el que gritó campeón de la mano de Diego Simeone.  Y no esta mal. No obstante, hay matices que distinguen sendas perfonmances.

La diferencia radica en que a este River no le llegan tanto como aquel, lo cual no hace más que agigantar la figura del propio Carrizo. No interviene tanto, pero cuando lo hace responde y con creces. Saca la que tiene que sacar. Gana partidos.

En aquel Clausura, JP recibió solo dos goles en las primeras diez fechas (le convirtieron once en todo el Torneo), llegando a un record personal de 598 con la valla invicta. En este Apertura, si bien le marcaron cuatro goles, sostuvo el invicto en cuatro de los seis encuentros que se llevan disputados hasta el momento (Tigre, Huracán, Argentinos y Arsenal).

Los números no hacen más que refrendar lo anteriormente mencionado. Juan Pablo Carrizo no ha cambiado. El el mismo que se fue. Solo que con un paso por Europa que si bien terminó siendo frustrante y lo alejó de la Selección, le sirvió como experiencia.

“River está en un momento difícil y es hora de darle una mano después de todo lo que me dio”, dijo ni bien se concretó su retorno al club. El mismo al que regresó para volver a ganar protagonismo y al que sueña conducirlo al titulo con cada una de sus intervenciones.

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