Por Gastón del Torto
Sin duda el mejor arquero del fútbol argentino. El más seguro, regular y al que menos le convierten. Nuevamente ocupando el lugar que le pertenece en el arco de la Selección Argentina. De los posibles convocados por Sergio Batista, es el de mejor presente. Todo esto es Juan Pablo Carrizo. Uno de los baluartes de River, una de las figuras del equipo. Hoy frente a Racing volvió a demostrar sus aptitudes, su capacidad. De hecho, fue el principal responsable de la victoria por 1-0 del equipo de Juan José López.
Varias atajadas a Teófilo Gutiérrez, una a Pablo Lugüercio y más de un centro descolgado con firmeza. Seguramente la más destacada fue la que le tapó al colombiano apenas un minuto después del gol de River: tras un pelotazo largo, el delantero la bajó con el pecho y a un metro del arquero disparó con fuerza. Carrizo no sólo evitó el empate sino que incluso embolsó la pelota sin dar rebote.
Lejos de querer desmerecer el trabajo de Leandro Chichizola cuando le tocó reemplazarlo, no cabe dudas de que, tanto el Presidente, como toda la dirigencia de River tendrá que hacer lo posible para que JP se quede después de junio. Como lo puede hacer un delantero o un número 10, él también gana partidos solo.
Junto a la soberbia actuación del número 1 de River, también hay que destacar el trabajo de Erik Lamela. Quien en el primer tiempo se encargó de llevar al equipo adelante y además generó las situaciones más importantes. Primero en una doble pared con Rogelio Funes Mori (volvió a la titularidad por Diego Buonanotte) que lo dejó mano a mano con Roberto Fernández pero tras el disparo cruzado la pelota pegó en el palo y salió.
Luego la individual: tomó la pelota en mitad de cancha y comenzó a correr hacia delante dejando a cuatro jugadores rivales atrás. Dentro del área fue derribado por Matías Cahais por lo que el árbitro, Sergio Pezzotta cobró penal. Mariano Pavone se encargó de convertir el gol, 4º en el campeonato. De hecho, tres de ellos sirvieron para que el “Millonario” ganara 1-0 (Independiente, Banfield y Racing).
Hasta allí, River, con libertades hasta mitad de cancha, había dividido demasiadas pelotas. Racing no presionaba y los defensores junto a buscaron constantemente a los delanteros por arriba. Sin embargo, desde el penal, Matías AlmeydaLamela comenzó a pedir más la pelota y a hacerse dueño de cada ofensiva. Incluso, el conjunto de J. J. López pudo haber conseguido algún tanto más ya que la defensa local no estuvo muy segura.
Distinto fue en el segundo tiempo. Con la expulsión de Juan Manuel Díaz a los 45 minutos de la primera parte, River comenzó el complemente más retrasado y focalizado sólo en su propio arco y no en el rival. De hecho, Roberto Pereyra ingresó por Mariano Pavone para rearmar la línea de cuatro mediocampistas. Aún así, Racing no incomodó demasiado. Algunas jugadas a partir de rebotes pero nada elaborado pues el visitante se cerró bien.
De esta manera, sin sufrir en el final, River consiguió una nueva victoria de visitante y así se mantiene a dos puntos de Vélez (goleó a Estudiantes 4-0). Durante el mandato de J. J. López, el equipo no perdió en esa condición y ganó cinco de los nueve que jugó. Inclusive, en este campeonato apenas le anotaron un gol: Mauro Óbolo en el empate 1-1 con Arsenal. Por último, lo negativo que dejó esta fecha es que tanto Almeyda como Lamela llegaron a las cuatro amonestaciones cada uno y de recibir una más el próximo domingo frente a All Boys, se perderán el Superclásico con Boca de la fecha 14.