Revista Opinión

Juan Ramón Rallo y el hambre en España

Publicado el 20 agosto 2014 por Liberal

Hace unos días, los habituales palmeros de Juan Ramón Rallo empezaron a difundir un artículo escrito por él titulado “¿Hambre en España?” Como era de esperar, sus seguidores dejaron las mismas burradas de siempre en los hilos de debate. Ellos realmente no debaten, solo hacen afirmaciones y cuando se les refuta, entonces te tachan de “rojo”, de “comunista” y otros nombres que para ellos son insultos. Normalmente no pierdo mi tiempo rebatiendo los artículos de un medio tan propagandista y repugnante como es “Libertad Digital”, pero como se le ha dado mucha difusión al artículo, quiero rebatir los argumentos de Juan Ramón Rallo. Nunca me he cerrado jamás a mantener un debate público y abierto con Rallo, pero él se niega porque, como dijo él mismo aquí, “los individuos con mayor empatía dentro del grupo (los que tienen más o mejores contactos o más posibilidades de expandirlos) valen mucho más que los individuos marginales o excéntricos dentro del grupo”. Ese, el que va de super “individualista” y anarquista, promoviendo el colectivismo de toda la vida. Pero en fin, mis batallas personales con ese sujeto no merecen demasiada atención. Lo que sí merece atención es la cantidad de gente que toma en serio las cosas que dice, otorgándole un “status” de profeta y de “gran economista” (no es ni uno ni el otro).

Vamos a refutarlo punto por punto.

Dice Rallo:

“Desde hace más de un año venimos escuchando cada vez con más frecuencia la cifra de que un tercio de las familias españolas pasa hambre. Todo comenzó cuando Unicef y la ONG Save The Children publicaron sendos informes en los que denunciaron que entre 2,2 millones y 2,8 millones de niños viven en hogares “en riesgo de pobreza o exclusión social”. Bastó que, a partir de entonces, varios medios de comunicación equipararan riesgo de pobreza con pasar hambre para que en septiembre de 2013 el PSOE registrara una iniciativa parlamentaria en la que denunciaba que “tres de cada diez niños se van a la cama con hambre”. Hoy la cifra ya constituye un lugar común en el debate político y es instrumentada recurrentemente por todos aquellos que se oponen a cualquier recorte del gasto público, incluyendo los de Podemos e Izquierda Unida. El mantra es recurrente: recortes = hambre.”

Bueno, no solo fue UNICEF y Save The Children. También fue el Equipo Nizkor, de Derechos Humanos.

En efecto, tiene razón Rallo en que no es correcto confundir “riesgo de pobreza” con “pasar hambre”. Pero él acusa solamente a la izquierda de instrumentalizar esto, cuando lo cierto es que también es intrumentalizado por los voceros del PP y de la troika. Rallo, por ejemplo. Porque, entonces cae en el error de pretender que los recortes no son “tan malos” si “sólo” provoca un riesgo de pobreza o exclusión, algo que CLARAMENTE SÍ han provocado.

El informe denuncia la realidad de niños desmayándose en el colegio por falta de alimentos (esto también se está viendo en los EEUU y denunciado constantemente por profesores que conozco y tienen que, por su propia caridad humana, darles de comer un desayuno por lo menos), de niños que llevan la misma ropa durante tres semanas consecutivas en España, debido a su pobreza.

En el 2011, la pobreza infantil alcanzaba ya un 30% y no es tan complicado saber que los recortes a los presupuestos educativos ascendieron al 21,4% durante los últimos tres años, según el informe.

Recortes no será “hambre”, pero sí son paro, sí son desnutrición para millones de niños en el país (especialmente de origen inmigrante pero también de origen español), recortes son menos oportunidades, menos educación, menos infraestructura, menos sanidad. Pero no, en vez de denunciar todo esto, Rallo se limita a decir que “bueno, al menos no pasan hambre” (una falsedad también, pero bueno…) hay que ser serio con las estadísticas oficiales.

Estando de acuerdo con las definiciones y los matices que Rallo subraya en ese sentido (ya que, efectivamente nadie se está muriendo de hambre en España — aún no hemos llegado a eso y espero no llegar a verlo jamás), dice a continuación:

“De hecho, sólo uno de los elementos del segundo criterio (la privación material del consumo de carne, pescado o pollo al menos una vez cada dos días) se acerca a la definición de pasar hambre, si bien de manera muy incompleta: una mala alimentación (malnutrición) no es lo mismo que falta de alimentación (desnutrición); de hecho, en la malnutrición se incluye también la obesidad”.

Yo no sé cómo es posible no enfadarse ante este juego de palabras, ante esta tomadura de pelo tan “pepera” (aunque Rallo niega ser del PP, pero claramente es afín) — veamos: precisamente por el tipo de políticas que gente como él defiende, lo que ocurre a menudo es que en España, los niños entonces tiran de las becas de comedor, tienen el (cada vez más precario) colchón familiar y las ONGs junto a la Iglesia (todo hay que decirlo) reparten alimentos que, de momento, impiden que haya desnutrición pero que dificultan ENORMEMENTE e inaceptablemente para un país democrático y avanzado el diario vivir de millones de personas.

Las becas de comedor, el colchón familiar y el reparto de alimentos son las únicas alternativas a disposición de estos hogares para que los niños ingieran las proteínas que necesitan.

¿Malnutrición o desnutrición? ¿En serio? ¿De verdad ese es el debate que se plantea? ¿Ese es el “nivel” de Juan Ramón Rallo y sus superficiales palmeros? Qué bien se ha asesorado los matices entre los términos…también está la subnutrición y podriamos hablar de sobrenutrición…o incluso “dieta inadecuada”.

Pero es que además, como él mismo bien dice, la malnutrición también puede ser obesidad. Y miren por donde, que precisamente cuando algunos habíamos propuesto prohibir vender bollos, caramelos y otras chucherías en los colegios, Rallo y su gente pusieron el grito en el cielo, tachándonos de “soviets” y “controladores”. Porque lo cierto es que a Rallo no le interesa ni la desnutrición ni la malnutrición – solo le interesa generar debates absurdos para marear la perdiz y que son una total falta de respeto a la ciudadanía de un país que se llamaba España y tenía dignidad.

Es inadmisible que haya un solo niño mal alimentado. Eso influye en su crecimiento, en su salud posterior y en el rendimiento escolar. Qué vergüenza tan grande, que en el nombre del liberalismo, se defienda matizar tanto entre desnutrición y malnutrición. De tanto beneficio a las grandes empresas (pagado por el ciudadano, no te olvides de eso nunca) y de tanta demagogia, irresponsabilidad e hipocresía por parte del poder, del gobierno, que no le interesa para nada lo que está ocurriendo y que van a provocar un gran conflicto social, de clases.

Luego Rallo tira de otras estadísticas para seguir confundiendo a los lectores. Dice:

“en 2006, en plena burbuja inmobiliaria y con el gasto público en plena expansión, ese porcentaje era del 3,9%, cuatro décimas superior al actual. Asimismo, en Suecia, el número de familias con incapacidad para comer carne, pollo o pescado al menos una vez cada dos días asciende al 2%, en Noruega al 2,5, en Finlandia al 3,2, en Francia al 7,4, en Alemania al 8,2 y en el conjunto de la Eurozona al 8,5. ¿Había una tragedia alimentaria en España en 2006? Si la había, nadie hablaba de ella, y, desde luego, la continua expansión del gasto público propia de esos años no consiguió aplacarla. ¿Hay una tragedia alimentaria en Finlandia, Francia o Alemania? No lo parece, y en todo caso no nos habremos enterado de que la tragedia alimentaria en España es la mitad de grave que en Europa y similar a la de los ejemplares países nórdicos.”

Efectivamente, en el 2006 la gente se veía, al parecer por las estadísticas del estado español, ligeramente más privadas de comer carne, pescado o pollo al menos una vez cada dos días. Rallo dice además esto: “en 2006, en plena burbuja inmobiliaria y con el gasto público en plena expansión, ese porcentaje era del 3,9%, cuatro décimas superior al actual.”

¿Es que nadie se la ha ocurrido preguntarle a Rallo EN QUÉ aumentó el gasto público precisamente en esos años? No precisamente en becas de comedor ni en ayudas sociales “socialistas” que él denuncia porque para él supuestamente en esos años había “mucho socialismo” y no mucha especulación, burbujismo, un desastre inflacionista y de crecimiento sin parar. Ahora bien, ¿pero es que además es cierto eso? Para el 2006, la cifra era ligeramente más que la actual, pero es que, EN EL 2007, la cifra era de 2,4%. Sí, sí – Mirad.

Por lo tanto, es a todas luces evidente que sí, que la pobreza en España sigue al alza — incluso entre el 2012 y 2013, la cifra subió. No hay datos para el 2014, pero las cosas siguen empeorando a la vista de los últimos datos económicos sobre la falsa recuperación española. Pero claro, estoy casi seguro que casi ningún (por no decir, NINGUNO) de los lectores de Rallo van a comprobar por sí mismos la información disponible en el INE. Porque lo suyo no es comprobar los datos, sino ser “anti rojo”, ser “anti sociata”, que no liberal. Ser “antisocialista” no te hace liberal, de la misma manera que ser “anti-Islam” no te hace cristiano.

El INE también apunta al hecho de que más de un millón de personas se han marchado del país – especialmente jóvenes e inmigrantes que han regresado a sus patrias. Mientras tanto, la “casta” PPSOE se está beneficiando de esta miseria social, aún cuando sus representantes destacados repiten el mito de que “los españoles han vivido por encima de sus posibilidades” para justificar sus recortes ilegales y antidemocráticos. Siguen cobrando sus sueldazos a cambio de producir NADA de valor para el país. Si eres uno de esos “libegales” que ven “rojos” en todas partes porque aquí se denuncia la injusticia social, dáte de baja del blog. Ya lo he dicho en montones de ocasiones: la derecha española NO ES AMIGA DE LOS LIBERALES. Nunca lo ha sido y nunca lo será.

Rallo también podría haber denunciado las SICAV que ofrecen planes atractivos de inversión para los especuladores porque se les cobra 1% y las SICAV siguen al alza en España.

Rallo concluye su artículo diciendo esto:

“Entonces, ¿por qué muchos de nuestros políticos y medios de comunicación utilizan como ariete el dato completamente falso de que un tercio de las familias españolas pasa hambre? Pues porque se trata de instrumentar política y electoralmente una tragedia como el hambre para llegar al poder. Lo verdaderamente relevante no es el número real de personas que sí sufren hambre en España, sino frivolizar la estadística y el sufrimiento ajeno para arañar votos. En el fondo, lo mismo les da ocho que ochenta hambrientos: lo que no les da en absoluto igual son ocho u ochenta votos.”

Una afirmación completamente gratuita y sin argumentarla. Yo, por ejemplo, NO quiero llegar a ningún “poder” bajo este sistema y aún así denuncio la pobreza. Probablemente, no, seguramente pago el triple de impuestos que Rallo, pero a diferencia de Rallo, yo quiero vivir en un país donde exista la dignidad, donde exista la igualdad de oportunidades, donde se invierta en lo público para fomentar también lo privado cuando esto es bueno. Yo no quiero que España se convierta en un país donde tener un trabajo significa ser esclavo y estar eternamente agradecido a tu patrón. Yo quiero un país avanzado, de oportunidades, con gente culta, gente tolerante pero FIRME en sus convicciones. En definitiva, no acepto las alternativas de Rallo y denuncio abiertamente a sus seguidores lectores que no comprueban las cifras por sí mismos. Usas vuestros cerebros, JODER. Dejad de “seguir” a Rallo y empezad a seguir la razón.


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