Juegaterapia: La quimio jugando se pasa volando

Si eres capaz de fotografiar en riguroso blanco y negro la planta cuarta de un hospital sin que nadie diga “patata”, quizás esa instantánea pudiera pasar por la de un campo de concentración en el que no se llevaban los pijamas de rayas. Pero en lugar de perseguidos por el fascismo, en esa foto posan en realidad príncipes convertidos en rehenes de unas máquinas que les ofrecen futuro a cambio de la devastación de sus células.

Cuando examines la estantería de tu habitación probablemente la encuentres repleta de títulos pendientes. ¿Qué hay de aquella princesa que lleva años en el castillo esperando ser rescatada? ¿Y esos soldados alemanes a los que aún has de derrotar? Recuerda que todavía tienes que liberar a la galaxia de la terrible invasión alienígena que te regalaron por tu cumpleaños. ¿No crees que ha llegado el momento de delegar? En la planta cuarta de cualquier hospital tienes a tu disposición un completo escuadrón de héroes, pelones pero listos para la acción. No encontrarás en ningún otro lugar ayudantes más valiosos y cualificados para llevar a buen puerto todas esas misiones que llevan años cogiendo polvo en tu estantería.

Si alguno de esos valientes que ha de salvarse cada día a sí mismo, recibe un disco con la sencilla misión de salvar a la humanidad entera, probablemente el mundo siga siendo un lugar injusto, pero cuando llegues a casa y enciendas la consola para jugar, quizás en algún lugar un príncipe destronado por el cáncer repita ese mismo gesto con una sonrisa de oreja a oreja. Si eres capaz de semejante hazaña, habrás desbloqueado el logro más difícil de toda tu vida: habrás vencido antes de pulsar start.