Juego de Tronos, reseña tercera temporada

Queridos lectores y lectoras, la adaptación televisiva de la obra del señor George RR Martin sigue su curso, y finalizada ya su tercera temporada, nos corresponde realizar la pertinente y breve reseña. Analizaremos, como siempre, lo bueno y lo malo que esta temporada nos ha aportado. Partimos de la base de que esta tercera temporada adaptaba la primera mitad de "Tormenta de Espadas", el tercer libro de la saga, y hasta ahora el mejor, además del más impactante, por la gran cantidad de giros argumentales y muertes inesperadas. "Tormenta de Espadas" es un punto importante de inflexión, dado que los dos libros anteriores no son más que el calentamiento, y los posteriores, que bajan algo el ritmo, son un puente hacía lo que promete ser un final épico y por todo lo alto de la saga. Las expectativas estaban, pues, realmente altas. Esperábamos mucho de esta temporada, y creo que en líneas generales, y a pesar de que sí ha habido notables fallos, el listón de la calidad ha quedado alto, sobre todo en los momentos en que tenía que estarlo.
Lo mejor de la temporada ha sido, sin duda, que había momentos inolvidables y épicos en el libro que no se han quedado nada atrás. Daenerys Targaryen comprando a sus soldados eunucos, los Inmaculados, y destruyendo Astapor con sus dragones era uno de los más esperados, y desde luego, fue un momento magnífico, tal y como tenía que ser. Otros momentos eran por ejemplo, el duelo entre lord Berric Dondarrion y Sandor Clegane, el "Perro", en el que Dondarrion portaba su espada de fuego sin saber que su enemigo tiene un pánico atroz a ese elemento. Fue un duelo que no decepcionó. También esperabámos con ansia poder ver la transformación experimentada por Jaime Lannister, después de todo lo sufrido al perder su mano derecha y el trauma tanto físico como psicológico que esto le causa, así como su creciente amistad con Brienne, la doncella acorazada de Tarth. Ambos personajes tienen en los libros una química estupenda, y se convierten en grandes amigos y compañeros. Junto con el sufrimiento por la pérdida de su mano, es también la lealtad y la amistad de Brienne la que hace que Jaime se convierta en un hombre mucho más maduro, humilde y sencillo de lo que era antes. Su camino lo anda con ella, y aunque nos han faltado algunos detallitos, en general ha sido una delicia verlos juntos, y destaco sobre todo la grandísima interpretación del actor danés Nikolaj Coster-Waldau, que nos ha brindado a una Jaime más vulnerable y humano que nunca, desde las burlas iniciales a Brienne, al grito de dolor atroz al cortarle la mano, la posterior depresión, el desmayo en la bañera, el rescatar a Brienne del oso, y la carita de esperanza al reunirse de nuevo con su hermana y amante. Sin duda, Jaime es uno de los personajes que más se ha lucido en esta temporada. Pero sin embargo, el momento más esperado (y más temido a la vez) por los fans lectores era la sangrienta Boda Roja. La traición vivida por Robb Stark a manos de los Frey y de los Bolton en la boda de su tío Edmure Tully es recordada con gran rencor por los fans, en especial por aquellos que se sienten más del lado de los Stark. El momento fue tan desgarrador como cabía esperar, sobre todo porque estamos viendo una masacre total tan solo porque un joven siguió su corazón (u otras partes de su cuerpo... ) y se casó con otra muchacha, haciendo un feo a las hijas de lord Walder Frey. No había motivos para semejante chaqueterismo, o al menos, para semejante masacre. Las reacciones no se hicieron esperar, e internet se llenó de vídeos mostrando las caras de infarto de los que habían leído los libros, y desconocían por completo el percal. Viéndolos, me alegré de haberlo leído, porque igualmente viví intensamente ese duro momento, aunque no me dío el mismo patatús que ha ellos. Podemos decir sin duda, pues, que la serie ha cumplido con este y otros muchos momentos destacados (Sam el Mortífero acabando con un caminante blanco, la tórrida escena de sexo en un manantial en aquella cueva entreYgritte y Jon Nieve, por mencionar algunos) y no ha decepcionado en ello, aunque eso no quiere decir que todo haya sido perfecto.
Entre los defectos, destaco que la serie se aleje peligrosamente, y cada vez más, de la trama real de los libros. Comprendo que se deban realizar cambios y adaptaciones, y hasta ahora, para mí, han respetado tanto la cronología como la esencia de la obra de George Martin. Entiendo cambios como adelantar la trama de las torturas que vive Theon Greyjoy a manos del bastardo Ramsey Bolton, para no dejar al actor que lo interpreta, Alfie Allen, sin trama esta temporada. Además, nos brinda la oportunidad de ver de lleno el terrible efecto de todo lo que le hace en la personalidad otrora chispeante y graciosilla de Theon, que deja de ser el niñato de la eterna sonrisa para pasar a ser una sombra de lo que fue. Ese cambio lo comprendo, pero no entiendo cosas como cambiar por completo el origen y el nombre de la esposa de Robb Stark (de Jeney Westerling del Risco a Talisha de Volantis) sobre todo cuando eso tiene un enorme efecto de la trama y es la causa principal de la Boda Roja. Tampoco comprendo el cambio de bastardos del rey Robert, dando a Gendry el papel que debía tener el pequeño Edric Tormenta, tan solo para ahorrarse un actor. Y ya que estamos, como esta temporada iba falta de tetas y culos, pues escena de sexo gratuita entre Gendry y la sacerdotisa roja Melisandre, que ya que vas a matar al mozo, como es un herrero y esta buenorro a más no poder (si, el chico esta potente, ¿pasa algo? jaja ja) pues antes de cargármelo para el sacrificio, lo monto cual amazona salvaje. Lo que hay que ver. Menos mal que Davos Seaworth, el personaje más razonable y sensato de toda esta esta saga, estuvo al quite y al igual que en los libros se encargó de que se llevaran a Edric lejos de allí, aquí también ayuda a escapar al joven Gendry. Son cambios que me molestan, sobre todo porque no me parecen necesarios, y no me parecía tampoco tan difícil hacerlo tal y como venía en los libros. No era tan complicado mantener al menos el nombre de la chica de la que Robb se enamora, y por la que da la espalda a Walder Frey; ni tampoco había que pagar una fortuna a un joven actor, casi un niño, para el papel de Edric. Me temo además que esto va a ser cada vez más común en la serie, y no me atrae nada la idea, pero bueno, es su serie, ellos sabrán que hacen con ella.
Nikolaj Coster-Waldau como Jaime Lannister, uno de los destacados de esta temporada
Melisandre de Ashai, la responsable de la escena de sexo gratuito y porque si de la temporada
Robb Stark y su "falsa" esposa totalmente inventada, antes de la Boda Roja. R.I.P los dos, no los volveremos a ver en la serie
El comienzo de los padecimientos de Theon Greyjoy. Un cambio acertado. No te queda nada, amigo... pobre Theon.
Ygritte, la responsable de que Jon Nieve haya aprendido un par de cositas esta temporada...
Intenso primer plano de Jaime, que pongo porque me gusta. 
En general creo que la serie se encuentra en una interesante encrucijada. Aún queda por delante la segunda mitad de "Tormenta de Espadas", con muchos más giros y muertes inesperadas todavía, y con un finalazo de infato total. Así que hay buen material para adaptar. Pero de otro lado, esta el problema de hasta que punto adaptamos y cambiamos sin perder del todo el respeto y la esencia de la obra original. Y también, el problemón bastante problemático de que la serie sigue su avance imparable, pero el autor sigue trabajando en el sexto libro, que se espera sea el penúltimo de la saga, quedando detrás otro más aún. No hay pues, un final cerrado en ciernes (o solo lo sabe el autor) y existe un grave riesgo de que le alcancen. Hace un tiempo el propio autor mostró preocupación por eso, pero recientemente, se ha mostrado más tranquilo al respecto, no sabemos si porque ya lleva el libro más avanzado y por lo tanto, respira más aliviado. Sea como sea, esta previsto que "Vientos de Invierno" salga como muy pronto a finales de 2014, o primeros de 2015. Es el momento de organizar bien las cosas si quieren conseguir que la serie siga mantiendo alto el listón de calidad, y siga siendo, dentro lo posible en una adaptación, leal a la obra original.