Hoy rescatamos para esta sección de Juegos de Mesa Míticos otro de aquellos best sellers con los que Cefa nos deleitó en los años 80: El Cetro de Yarek. (Y como casi siempre, a cargo del eficaz tándem Pineda-Monés).
He aquí la descripción original: "En El Cetro de Yarek, los jugadores encarnarán a poderosos magos que desean obtener el preciado Cetro de Yarek, ¡que otorgará el máximo conocimiento sobre todos los tipos de magia!
Pero el Cetro está oculto en un barco maldito lleno de zombies y criaturas espectrales que no dejarán libre el paso para los magos. Durante la partida los jugadores deberán avanzar su mago por los distintos recorridos del barco, ayudados por la ruleta que marcará su movimiento. En el transcurso hasta llegar al cofre que guarda el Cetro de Yarek, cada mago deberá conseguir al menos una llave que le permita el acceso a tan codiciado artefacto mágico.
¿Conseguirá tu mago sortear los peligrosos derroteros del barco y superar a todos los enemigos que se encuentre para obtener el más alto conocimiento que otorga el Cetro de Yarek?".
Con esta ambientación dejábamos correr nuestra imaginación y comenzábamos a pensar lo fastuosas y apasionantes que serían las luchas para hacernos con tan preciado elemento. Primero llegábamos al barco y nuestro movimiento estaba supeditado a una ruleta, que era la que nos decía cuanto podíamos andar.
En otras casillas podíamos desde avanzar o retroceder hasta perder turnos o incluso perder llaves que nos impedirían abrir el cofre final, aunque no todas eran válidas, sólo una era la verdadera. Así que había que ser cautos y tener suerte para llegar al cofre final y poder abrirlo, sino… nos podíamos dar por muertos.
La traicionera ruleta podía ayudarnos en alguna ocasión aunque cuando llegábamos a uno de los tres cruces de camino, la suerte de la ruleta podía hacer que nuestro camino hacia el cofre fuera mucho más corto o incluso podía llevarnos fuera del barco y tener que comenzar de nuevo para conseguir hacernos con el famoso cetro.
Mítico tablero "tridimensional" en forma de barco embrujado...
No puede negarse que su diseño fuera realmente espectacular (con su tablero en 3 dimensiones y demás), amén de contar con un buen argumento de partida, pero... ¿qué nos ofrecía realmente este juego?. Pues desgraciadamente, que a la hora de la verdad se hacía poco jugable, lo que al cabo de un rato de partida llegaba a producir una cierta sensación de monotonía (como muchos de los juegos que desarrolló Cefa por esa época). En definitiva: pasto de nostálgicos empedernidos.
Así que si vosotros, queridos amiguitos, os contáis entre estos últimos, y lo tuvisteis (aunque quizá en la actualidad no lo conservéis), os diré que hoy podéis comprarlo de segunda mano en internet por un precio que suele oscilar entre los 25 y los 60 euros (aproximadamente).