Juegos inolvidables: Advance Wars

Ahora que estamos a poquito de que llegue la nueva entrega de Fire Emblem para 3DS, y después de varias buenas noticias como que Project X Zone llegará a tierras occidentales , o que está en desarrollo un crossover entre Shin Megami Tensei y Fire emblem que me pone francamente palote, me he decidido a escribir sobre una de las mayores alegrías que me ha dado el género de la estrategia por turnos: La saga Advance Wars. Pero no os preocupéis, no voy a hacer una retrospectiva detallada, ni os voy a relatar los inicios de esta franquicia con pelos y señales. Os voy a contar, simplemente, como descubrí este tremendo juegazo, y por qué, en mi opinión, se merece estar en esta sección. Ya sabéis, la de los juegos inolvidables, en las que os cuento mi vida un poco.

Por aquella época, no era un hombre rico y exitoso como ahora, y digamos que mis recursos eran precarios tirando a lo puto pobre. Tenía un PC viejuno en el que no tiraba prácticamente nungún juego de la época, y un montón de tiempo libre por el que mataría ahora mismo y que de aquella malgastaba en cualquier cosa de poco provecho.
Así que, en esas circunstancias (vamos, las normales en un chaval), la emulación era un recurso perfectamente válido, y puedo decir, no sin cierto remordimiento, que he jugado a gran parte del catálogo de Game Boy Advance en mi ordenador cochambroso vía emulador. De hecho nunca he llegado a tener una de verdad, aunque como FastEtc tiene millares de ellas, pues el karma queda ampliamente compensado. Digo yo. Si no avisadme que paro de escribir.
El caso es que me bajaba millares de juegos de GBA y los disfrutaba enormemente, porque si de algo puede presumir Game boy Advance es de tener un catálogo de esos que te regalan, se acaba el mundo y dejan de hacer juegos y a tí te da lo mismo. Un montón incalculable de horas que pasé delante de la pantalla descubriendo joya tras joya sin parar.

Y en esto que, buscando entre la tonelada de tactics que tenía a mi disposición, veo uno que se distingue un poquito del rollo clásico de fantasía y rpg pseudo medieval: Advance Wars...un tactics con tanques...vamos a ponerlo. De aquella yo ni siquiera había oido hablar de los Nintendo Wars, precursores de el juego que acababa de cargar en el emulador de GBA, así que me lleve un sorpresón cuando comencé a catarlo.
Ya no sólo porque, como comentaba antes, la ambientación fuera distinta a lo que estaba acostumbrado, si no porque su forma de tratar lo que viene siendo un conflicto bélico me dejó la cabeza un poco del revés. Niños comandantes, coleguitas entre sí, con todas esas historias de la rivalidad, el esfuerzo y la capacidad de superación tan típico de lo japones, convirtiendo una masacre planificada en una bonita aventura pixelada en la que llevas a montones de soldados anónimos pixelados a una muerte segura por razones inciertas. El horror del combate, la carga de conciencia de las bajas, el estrés postraumático de la guerra...¿Todo eso que es?
Lo curioso es que, a pesar de parecerme un planteamiento extremadamente frívolo, incluso comparándolo con otros títulos de estrategia, a la vez consiguió generar cierto interés en mí. El argumento es algo trillado, y no pasa de ser la clásica historia de superación de un chaval medio poochie que es muy bueno en todo, pero se desarrolla de una forma muy dinámica, con muchas sorpresas y, sobre todo, con un plantel de personajes muy remarcables. Que si, que pueden estar muy estereotipados, pero están bien construidos y, sobre todo, conforman un conjunto creible cuando dejan ver sus fortalezas y sus debilidades.

Porque estamos aquí hablando de la historia y demás tontadas cuando lo realmente poderoso de Advance Wars es su sistema de juego, una mezcla de estrategia clásica y tactics, con gestión de recursos y unidades, control de puntos clave, y un combate basado en el clásico piedra-papel-tijera que hace que no puedas dejar de jugar en ningún momento, y todo el que lo ha probado lo sabe. A todo esto hay que sumarle la gran variedad de unidades, cada una con sus pros, sus contras y sus mecánicas específicas, y aderezarlo con las habilidades y los poderes de los propios comandantes, que influyen de forma determinante en la estrategia a seguir.
Por que no es lo mismo llevar al bueno de Grit, un experto en la artillería de fuego indirecto, y basar toda tu estrategia en destrozar al enemigo desde lejos mientras tus débiles tanques intentan molestar lo máximo posible, a ponernos en la piel de Kanbei, un veterano comandante cuyas unidades son más poderosas que el resto, pero también más caras. Contamos con multitud de comandantes que nos iremos encontrando durante la aventura, y que será un placer probar para ver cómo puedes aprovecharte de sus características.
En conjunto, Advance Wars es una experiencia maravillosa si, como es mi caso, te gustan este tipo de juegos. Tanto es así que, después de disfrutarlo mucho en emulador y de pasármelo un buen número de veces así porque sí, decidí que me compraría el resto de juegos que salieran de la saga, y así ha sido hasta ahora. En mi caso, no perdieron una venta por la emulación, si no que ganaron varias que, de otra forma no se habrían producido. Y es que los juegos buenos se venden sólos.

Ni que decir tiene que, a pesar de que las entregas posteriores de la saga han pecado de cierto conservadurismo (aunque por ello siguen funcionando igual de bien que esta primera) espero como loco cualquier noticia acerca de una futura continuación para 3DS.  Advance Wars y yo estamos destinados a pasar muchas horas juntos, que lo se yo. Aunque mientras, y viendo que tendré que esperar una buena temporada, igual ahogo mis penas con otros tactics, que siempre me acaban conquistando. Y quien sabe, igual otro día os hablo de mi idilio con Fire Emblem, que esa es otra.