Revista Cultura y Ocio

Jueves, 1 de enero de 2015

Publicado el 01 enero 2015 por Benjamín Recacha García @brecacha
Presentación El viaje de Pau en Bielsa

La presentación de ‘El viaje de Pau’ en Bielsa fue un sueño hecho realidad en 2014.   Foto: Carlos Migliaccio

Hola, Toni. Aquí estoy, la primera noche del año, escribiéndote una nueva carta, la que voy a aprovechar para hacer balance de lo vivido en 2014.

El año pasado escribí un post como el de tantos blogueros, que sienten (sentimos) la necesidad de expresar agradecimiento/decepción/enfado/alegría… al echar la vista atrás por estas fechas. Después de todo, un blog es en buena parte un diario personal que ponemos a disposición de quien quiera leer lo que en él expresamos, y de vez en cuando está bien detenerse para fijarse en el camino recorrido.

Ese post de resumen de 2013 lo titulé ‘El año en que confirmé que soy escritor’. Doce meses después puedo afirmar, satisfecho, que sí, efectivamente, soy escritor. Aquel 2 de enero hablaba de mi nueva novela como del proyecto principal para la primera mitad de 2014. Fui demasiado optimista/ambicioso, porque todavía no está terminada, pero por aquel entonces apenas llevaba escritas unas pocas páginas y nunca hasta entonces había experimentado el “bloqueo del escritor”. Lo sufrí poco tiempo después y, en serio, no sé si a ti te ha ocurrido alguna vez, pero la verdad es que se pasa muy mal. Me ponía ante la pantalla o con el boli en la mano, dispuesto a crear, pero era incapaz de escribir una sola palabra potable.

Uno puede plantearse escribir una novela en seis meses y lograrlo… si únicamente te dedicas a ello. La cuestión es que, además de las tareas normales de una persona normal, es decir, responsabilidades familiares y laborales (remuneradas), yo tenía que continuar haciéndome un huequecito en el mundo editorial con mis propios medios, actualizando el blog, promocionando El viaje de Pau, e interactuando con la gente que se interesa por mi trabajo. Vamos, que a escribir la nueva novela dedicaba poco tiempo para pretender acabarla en medio año. Escribir es un ejercicio de constancia, y yo no fui capaz de adquirirla hasta casi el verano. Superé el bloqueo dejando de agobiarme, pensando en otras cosas, hasta que un buen día me vino la solución: “crea un nuevo personaje”. Eso hice. Metí en la historia a un tipo que no estaba invitado, que rompía con la línea argumental que tenía en la cabeza, que suponía un contraste tan grande con los protagonistas que me abría nuevas posibilidades hasta entonces inexistentes.

De todas formas, aun habiendo recuperado la creatividad, seguía avanzando muy lentamente. Había demasiadas cosas que interferían en el proceso. Así que tuve que tomar la decisión de dejar en un segundo plano aquello que los escritores “tradicionales” no hacen. Es decir, la promoción de sus libros. Dejé de obsesionarme con la búsqueda de librerías para El viaje de Pau, algo a lo que dedicaba muchos más esfuerzos de lo que valía la recompensa; dejé de estrujarme el cerebro para idear ingeniosas acciones de promoción que, la verdad, tampoco entusiasmaban a las masas; y, sintiéndolo mucho, empecé a ser más selectivo con los blogs que sigo, que son muchos, demasiados quizás.

En definitiva, hice caso a los buenos consejos de quienes tengo más cerca. “Escribe”, me decían, “y no te preocupes por lo que no depende de ti”. Tú también me dijiste algo parecido. Y es así, un escritor tiene que escribir. No es una verdad científica, escribir no lleva necesariamente al “éxito”, pero no hacerlo, o hacerlo de forma intermitente, seguro que conduce al fracaso.

Llevo una semana con la novela parada. Las vacaciones navideñas suponen demasiadas distracciones para crear algo consistente, y me encuentro en un punto culminante del proceso, a punto ya del desenlace, en el que necesito concentración absoluta para no “cagarla”. Creo que con un par de semanas de trabajo constante y productivo la tendré lista. Luego, claro, llegará el momento de volcarla al ordenador y de las correcciones. Esta vez le voy a dedicar mucha más atención que con mi primera novela.

Durante este año he aprendido mucho. He aprendido a conocerme como escritor, a conocer a otros escritores y a saber que hay tantas formas de escribir como personas que se dedican a ello, y todas absolutamente válidas. He aprendido a aceptar las críticas y a sacar lo bueno de ellas. Me sometí voluntariamente a un “apedreamiento” por parte de lectores de El viaje de Pau nada condescendientes, y aunque hubo momentos en que me sentí un pelín herido en el orgullo (dicen que los escritores lo tenemos particularmente desarrollado), comprendí que las opiniones siempre son individuales. Son tan válidas las negativas como las positivas, porque no expresan más que (o expresan tanto como) el punto de vista de un lector.

Estoy plenamente convencido de que el oficio de escritor sólo tiene sentido por el hecho de que existen lectores, aunque escribir sea una actividad individual y solitaria y que pueda tener como único objetivo el desahogo de quien escribe. La literatura, sin embargo (qué grande se me hace la palabra), existe para ser leída, para proporcionar placer intelectual.

Hablando de placer, El viaje de Pau me ha seguido proporcionando mucho este año que dejamos atrás. La presentación en Bielsa, en el marco de las jornadas de La Bolsa, el episodio de la Guerra Civil que me inspiró la trama principal, fue un sueño hecho realidad, la culminación a un proyecto que dos años atrás ni siquiera imaginaba ser capaz de llevar a cabo.

Sant Jordi - Espai Literari

Firmando en la parada de la librería Espai Literari durante la diada de Sant Jordi.

La participación en la fiesta del libro que es Sant Jordi en Catalunya fue el otro gran triunfo del año, otro sueño inolvidable que debo agradecer a dos proyectos valientes que, lamentablemente, no han podido seguir adelante: las librerías Espai Literari de Barcelona, y Llamborda de Caldes de Montbui. Les estaré eternamente agradecido por haber confiado en mi obra y por haberme dado la oportunidad de disfrutar de una de las mejores experiencias que puede vivir un escritor.

También gracias a mi debut como autor independiente tuve la oportunidad de participar en otro acontecimiento importante en el sector literario: el Salón Liber, que se celebró en Barcelona, y del que recordarás que escribí tres artículos bastante extensos y con mucho jugo. Es obligado volver a acordarme de quienes contaron conmigo, Beatriz y Elena, y su proyecto Biografías Personales. La experiencia fue magnífica, una nueva oportunidad para conocer mejor la realidad del sector, a profesionales con cosas muy interesantes que contar, y para confirmar que el camino de la autopublicación no es ni mucho menos un billete hacia la irrelevancia.

El viaje de Pau en Córdoba

Gema Albornoz, poeta (lo demuestra a diario en ‘Emociones encadenadas’) y lectora de ‘El viaje de Pau’ desde tierras cordobesas.   Foto: Gema Albornoz

Me tengo que acordar también de todos los que han leído mi novela, les haya gustado o no, y especialmente de quienes le han dedicado palabras amables a través de las redes sociales y en sus blogs. Toda mención es de agradecer, pero no puedo dejar de referirme a las entrevistas que me hicieron Berta Carmona para el excelente blog de ‘Ecoescritura’, y Covi Sánchez para la Radio del Principado de Asturias y la web de la Asociación de Escritores Noveles.

En 2014 también ha habido lugar para proyectos frustrados, como el contrato con la editorial brasileña Liga. Me hizo mucha ilusión cuando contactaron conmigo para traducir El viaje de Pau al portugués y comercializarlo en versión digital en Brasil, pero tras varios meses de espera, y después de que me aseguraran que la novela ya estaba traducida, acabaron por comunicarme que la delicada situación económica en que se encontraban les impedía asumir nuevos proyectos. Una pena.

El viaje de Pau - Librería Consumició Obligatòria

Ya hace un año y medio que publiqué mi primera novela, y aunque actualmente estoy muy centrado en la que tengo entre manos, sigue dándome satisfacciones, como el hecho de que vuelva a estar a la venta en una librería física de Barcelona, Consumició Obligatòria (en el barrio de Gràcia), donde la volveré a presentar el próximo 9 de enero. Me encantará encontrarme allí con amig@s “virtuales” y conocer a otros nuevos para charlar un rato no sólo sobre el libro, sino sobre la escritura y el mundo editorial. Una de las que ya no es virtual es Núria, a quien tengo que agradecer el que me facilitara el contacto con la librería, pero mucho más que eso, ya que gracias a uno de los concursos que he venido haciendo en Facebook se ganó el derecho a ir leyendo mi nueva novela a medida que la voy escribiendo, y se ha tomado tan en serio la oportunidad que me está haciendo sugerencias realmente útiles, que valoro muchísimo.

Durante el año que acabamos de superar he sido testigo y parte de otro proyecto admirable que no podía obviar en este resumen. Se trata de ‘Salto al reverso’, el blog creativo coral del que formo parte prácticamente desde su nacimiento y que sigue creciendo y sorprendiendo gracias a gente estupenda y al empuje y el talento de su impulsora, Carla Paola Reyes, una privilegiada joven pluma mexicana. Ya no es sólo un blog, sino una revista digital repleta de talento a la que me encantaría poder dedicar el tiempo que se merece.

Para 2015 tengo montones de ideas que espero poder ir desarrollando. Cuando acabe la novela (y le encuentre un título) y decida el camino a seguir para publicarla (que con casi toda seguridad será la autopublicación), dedicaré mis esfuerzos a Memorias de Lázaro Hunter. Es muy probable que acabemos optando por el crowfunding para darle salida, puesto que hasta el momento las editoriales especializadas en novela gráfica y cómic con las que hemos contactado no parecen estar interesadas. Ellas se lo pierden.

Libro viajero - El viaje de Pau

El libro viajero volvió a casa cargado de recuerdos.

Tengo pendiente otro proyecto que me ilusiona mucho, relacionado con el libro viajero. Sabes que después de casi un año recorriendo España, regresó cargado de recuerdos, y me encantaría reconocer el cariño y la dedicación que pusisteis todos los anfitriones en hacer posible el éxito de una iniciativa tan bonita con algo más que repetir una y otra vez lo agradecido que os estoy. Quiero editar un libro digital del viaje, aprovechando las fotos que hicisteis y los textos tan estupendos que escribisteis. Creo que sería un recuerdo bonito para tod@s. ¿Qué te parece?

También puede ser un buen año para publicar nuestras cartas con los contenidos “extra” de que hemos hablado, y quién sabe si para desarrollar esas ideas que deben conducir al éxito a los escritores independientes de calidad como nosotros… ¡Jajaja!

Mi cerebro no para, no hasta el punto de tener varios proyectos literarios en marcha, como es tu caso, pero la verdad es que estos últimos días he empezado a pensar en mi próxima novela. Hay uno de los personajes de la que estoy escribiendo que da mucho juego y me está pidiendo a gritos que le dé un papel protagonista. Spin off se le llama a eso, ¿no? Además, sería la oportunidad de meterme en un género, el policial, que me atrae mucho pero que hasta ahora no me había atrevido a abordar con seriedad. Inicié una serie titulada ‘La cooperante’, que fui publicando en ‘Salto al reverso’, pero que dejé aparcada después de siete capítulos. Espero retomarla en algún momento.

Y voy a cortar ya, que 1.800 palabras son algo más que un resumen.

Por supuesto, en 2015 seguiré leyendo a autores independientes, a clásicos, a consagrados y a estrellas comerciales. La buena literatura no entiende de etiquetas. En una próxima carta hablaré de mis lecturas de 2014, que no es cuestión de concentrarlas en unas pocas líneas mencionándolas de pasada.

Feliz año nuevo, amigo escritor.

Un fuerte abrazo.


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