Revista Coaching

Jugaad: cómo inventar más con menos

Por Falcaide @falcaide
Os dejo una interesante entrevista que aparece en La Contra de La Vanguardia con el diplomático Vikas Swarup, autor del libro que dio lugar a la película ´Slumdog millionaire´ (´¿Quién quiere ser millonario?´) y que acaba de publicar ´Seis sospechosos´ (Anagrama). Aquí va:
De la misma India a la que damos limosnas y mandamos ONG nos llegan útiles lecciones de filosofía productiva, como el Jugaad, innovación frugal, o cómo inventar más con menos: "Es lograr que el motor funcione sin esa pieza cara o fabricarla mucho más barata". Es la mentalidad de los "manitas" de la autárquica posguerra que hoy vuelve a ser necesaria para los nuevos tiempos que corren por Europa: ánimo, amigos, que las privaciones avivan el ingenio, del mismo modo que la opulencia lo desactiva. Esperemos que India, que hoy nos vende sus nanocoches a precio de saldo, prospere antes de que nos exporte también sus microsalarios y su miniestado de bienestar.
¿Por qué escribe en inglés?

Pienso en hindi, pero también en inglés. De hecho, los mezclo y sueño en ambos, pero mi inglés es indio. Los indios hemos creado nuestro inglés. De hecho, la e de English es la primera de las cuatro e que explican el progreso indio.
Aquí damos limosnas para India...

Y, sin embargo, también compran coches Tata indios. ¿Sabe que el coche más barato del mundo es indio? El Tata Nano: cuesta 2.500 dólares. Lo hemos fabricado gracias a la única J de nuestro progreso, la de Jugaad,la innovación frugal.
¿El inglés no banaliza su cultura?
La globalización sólo asusta a quien no está seguro de su identidad y teme que se la cambien. Ese miedo te hace aislarte y te esteriliza a la larga. Los indios, tras la independencia, podríamos haber proscrito el inglés por ser la lengua invasora y colonial...
... Pero la adoptaron como propia.
¡Qué gran acierto! Hoy facilita nuestro despegue económico y ha dado buena literatura india en inglés, y le citaré a Rushdie, Vikram Seth o Arundhati Roy...
Usted también es best seller en inglés.
Y sin embargo puede apreciar que mi inglés tiene un grueso acento hindi...
Los acentos molan.

La segunda e del progreso indio es la de empowerment con sus imperfecciones y corruptelas-sino, sobre todo, de las nuevas tecnologías... ¡El móvil es revolucionario!
Pues es un producto de multinacional.

¡Qué gran invento contra la pobreza! Tenemos mil cien millones de indios y ciento sesenta millones de teléfonos móviles: cada mes compramos 15 millones de móviles más. Y mejoran las vidas de los pobres.
¿Cómo?
Antes cada día llamaba a mi puerta el lavandero arrastrando su carromato: "Señora: ¿tiene ropa para lavar?". Y cantaba lo mismo casa por casa en todo el barrio cada día.
¿Hoy qué hace?
Un día nos dejó su número y dijo: "Si quieren lavar algo, llámenme". Hoy, en vez de perder el día dando patéticas vueltas con su carromato, se dedica sólo a lavar.
Y aumentó su productividad.
¿Sabe usted el calvario que sufrían los agricultores arrastrando su carromato desde el campo hasta un mercado donde los especuladores los engañaban? Hoy llaman a varios mercados y apalabran antes de ir a ningún sitio el precio... Y ya no les estafan.
Veo que tienen ganas de trabajar.

Y de innovar. La otra e del éxito indio es la de entrepreneurship (emprendedor): llevamos el negocio en la sangre, igual que las matemáticas y la lógica del sánscrito, padre del latín y abuelo del catalán y el castellano: no olvide que inventamos el 0. Y, por eso, también funciona la cuarta y más importante e del progreso: la e de educación.
¿Cómo?
Cuando éramos el país más pobre de la Tierra, Nehru invertía primero en educación.
De élite; China, en cambio, apostó por la básica y hoy tiene menos pobres.

Nehru creyó en islas de excelencia educativa que lideraran al resto del país, pero lo importante es que la educación es para todos los indios la máxima prioridad: ingeniería, tecnología... son populares en India; porque a las e añádales la J de Jugaad.
Decía usted que era ingeniería frugal.

Jugaad es la improvisación creativa con recursos limitados.
Como aquí en la posguerra.

Los indios no tiramos nada, lo reconvertimos. Y dejamos que la creatividad surja de abajo arriba: el operario es el que sabe cómo hacer una pieza más barata. Quien tiene la idea manda. Al final, si va a una empresa de software en Bangalore, por ejemplo...
Dicen que son muy competitivas.

... Pues allí vería que se trabaja como en una banda de jazz: cada ingeniero toca su solo cuando quiere y todos tratan de adaptarse a todos para que la música suene.
Y ahora dígame qué es lo que no acaba de despegar en India.

Tenemos 300 millones de indios viviendo con menos de un dólar al día... Y también cuatro multimillonarios en la lista Forbes.
¿Y cuál es la tendencia?

Necesitamos un billón de dólares en infraestructuras en la próxima década, pero el dinero vendrá, porque en India hay muchísimo dinero por ganar: millones de jóvenes educados dispuestos a trabajar barato. Nuestra media de edad es de 23 años.
¿Las castas aún son eternas?
Yo mismo, como millones de indios modernos, he renunciado a mi apellido de casta: son una realidad en retroceso.
La corrupción era parte de su sistema.

Lo era, pero se toman medidas. Por ejemplo, el carnet de identidad, hasta ahora no lo teníamos, pero lo estamos implantando y eso limitará la corrupción junto con nuevas normas de transparencia.
Le veo muy optimista.
Tenemos motivos - ¡por fin!-para estarlo: estamos creciendo al 8 por ciento anual y la sensación en el país es de prosperidad creciente. Todo el mundo quiere hacer negocios y cada vez es más fácil hacerlos. Pero sobre todo me da esperanzas el nuevo mantra que repiten todos...
¿. ..?

Inclusividad: hay que crear riqueza, pero también repartirla.

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