Como seguimos “tanteando” juegos con palabras escritas, hoy os enseño otra idea para ello, y os recuerdo la anterior aquí para que veáis que se puede utilizar muchos materiales.
El material me resultó muy atractivo para jugar: son las tapas de toallitas
Hace unos días me llamó la atención ver cómo mi hija se paraba en una chapa de hierro del suelo que tenía escritas las letras de una empresa y decía: Emma. Y en otra ocasión con una pintada en una pared: Emma (con el tonillo que uso yo pausado y separando sílabas para vocalizar de forma clara: Emmmm- ma. Jajajaja, demostrado: los niños (y algunos adultos) son egocéntricos
Ya os he comentado en más ocasiones que el sistema que me gusta utilizar para enseñar a leer es el que parte de lo global (palabras) para acabar en lo particular (sílabas y letras). Hablé del método Doman con anterioridad aquí. Como empiezo a jugar pronto con mis hijos no me entraría en la cabeza empezar a enseñar letras o sílabas porque ¿eso qué es y cómo lo comprende un niño tan pequeño?… Me resulta más lógico que un niño pueda asociar una palabra escrita a los objetos, igual que los asocia a la palabra oral.
Las palabras escritas no dejan de ser dibujos, representaciones gráficas que hemos acordado de un concepto, objeto, persona…, así que cuando son tan pequeños va a funcionar la asociación como en tantas otras cosas; si asocian una palabra oral a una persona o cosa para aprender a hablar un idioma, ahora es asociar esa palabra oral a dos imágenes (la fotográfica del objeto, y la gráfica de la palabra escrita). Eso sí, el proceso es el mismo: tú los hablas y sabes que van a acabar hablando, pues aquí es jugar y saber que van a acabar leyendo, pero sin jugar para que aprendan a leer. No sé si esta idea os la consigo transmitir… creo que quienes me seguís a diario quizá ya me entendáis: se utiliza el aprendizaje como juego, sabes que acaban aprendiendo pero no es el fin perseguido, con lo cual es jugar y disfrutar sin esperar nada, dejándote sorprender por ese genio tan pequeño que es tu hijo. Aunque siempre llega el día que dices: ¡olé!, vaya si podían aprender solo jugando…
Se busca asociar imágenes con palabras escritas y palabras orales
Se busca ser natural, divertido, nada manipulativo (en el sentido de no dirigir al niño, sino buscar que sea el mismo el que empiece a comprender las cosas y a relacionar unas con otras)… es el niño por sí mismo el que con todos los recursos que tú has puesto sobre la mesa empieza a desarrollar su pensamiento propio. Si te gusta observar ese proceso de tu hijo verdaderamente te quedarás maravillado de lo que puede ser capaz un ser humano, y no podrás dejar de seguir promoviendo su potencial porque además tienes la pasión de que es tu hijo.
Estaba claro: ¡su hermano es el favorito!
Como veis os hablaba de “tantear”, porque me gusta que sea mi hija la que determine cuándo un juego le resulta atractivo. Nunca sé si algún recurso que propongo va a tener éxito o no, y no me preocupa, busco que sean mis hijos los que encuentren el momento en el que usarlos. Con el tema de la lectura sé que siempre acabo utilizando las fichas de las que ya os he hablado aquí, pero antes uso otros recursos para que tengan un componente de atracción y curiosidad que inicie el camino de un juego progresivo. En esta ocasión como jugamos a abrir y cerrar objetos cotidianos (cremalleras, tapones, tapas) se me ocurrió reciclar las tapas de las toallitas que habíamos usado recientemente, y usé unas pegatinas blancas para imprimir las palabras.
Y a vosotros, ¿os gusta partir del método global de aprender a leer? ¿Creéis que es más lógico aprender así?