No lo encontrará en casa. De eso, estoy segura. Y ya veremos si vuelve…
Nadie entiende que le pasó a Victoriano Vivalavirgen,arquitecto de profesión. Hasta hace unos días, Don Victoriano era un hombre ejemplar. Cultivado, inteligente, elegante…Siempre cuidando las formas. De una educación exquisita, de verdad… No encontrará un vecino que le pueda decir lo contrario.
Lo vimos el viernes pasado y nos saludó con su formalidad habitual. Venía de participar en los debates municipales de mejora de la ciudad, en calidad de asesor. No dijo ni hizo nada extraño … ¿Qué dijo, exactamente? Déjeme pensar…Le deseamos un buen fin de semana y nos respondió que él iba a hacer limpieza. ¿Fue eso, no, Manolo? Me acuerdo bien porque mi marido, Manolo, estaba conmigo y cuando Don Victoriano se marchó le dije : “L-i-m-p-i-e-z-a. Manolo, aprende”. Después de eso, nos despedimos. Nada más.
El domingo de madrugada, mi hijo volvía a casa . Ya sabe que estos jóvenes de ahora se retiran muy tarde . Eso es, ya despuntando el día… Vio una furgoneta aparcada delante del edificio donde vive Don Victoriano . De esas pintadas con flores….Y cual fue su sorpresa al reconocerlo, con unos tejanos de con rotos por las rodillas-¡Don Victoriano con unos tejanos rotos!-, gafas redonditas de color amarillo , una cinta en el pelo y una camiseta de esas hippies.
Se subió a la furgoneta y se fue .Su casa está vacía y nadie tiene noticias de él.
Si quiere dejar aquí el sobre, yo se lo entregaré si algún día vuelve, aunque, mire, como es un certificado, mejor le deja el aviso en el buzón, que esas cosas son muy delicadas. Ud. ya me entiende…
“Ya va siendo hora de hacer limpieza. Una de esas, totales.
Voy a sacar todos, todos los muebles. Tantos, me han puesto en estado de sobrecarga. Estoy desbordado : tengo estanterías ( llenas de libros), sillas, mesas, sofás, mesitas auxiliares, divanes, chaise-longue, armarios, cajoneras,…Eso sí, todo muy bien puesto.
Como se dice habitualmente : la tengo bien amueblada.
Pero ya estoy cansado de tanto mueble.
Hay tantos, que ya no cabemos aquí. O los muebles o las neuronas… El sofá está abarrotado en el occipital derecho y a ese butacón orejero que descansa en el temporal izquierdo , le tengo especial manía. Así que…fuera.
Esto de tener la cabeza bien amueblada es demasiado formal. Me hace más gracia, tenerla llena de pajaritos. ¿No es más divertido? Los anglosajones me hablan de “Toys in the attic”. Parece más alegre…Y, mira, si me lo pones como último recurso, hasta prefiero que esto este vacío, hueco …
Tengo que elegir : o una cabeza llena de pájaros o una cabeza hueca pero…los muebles, fuera.”
NB : Y para los que tengan la cabeza bien /mal amueblada ( dejo en “opcional” si mal o bien), aquí un modelo del diseñador Walter Van Beirendonck. Esta foto, por cierto, da para una disertación sobre la moda o… lo que sea en lo que se haya convertido. ; – )