Después de 37 jornadas, de 370 partidos, de 267 días de fútbol, la Liga BBVA habrá de decidirse en la última semana, en el último capítulo, en un duelo que enfrentará a los dos candidatos en una lucha a vida o muerte por el título. No se puede pedir más. Un desenlace memorable para un campeonato memorable, el más igualado de los últimos años, gracias a un Atlético de Madrid que ha conseguido romper el binomio Barcelona-Real Madrid que había hecho perder gran parte de la emoción de una competición cuyo ganador sabíamos de antemano desde el mes de agosto. Este curso, ante la sorpresa de todos, el equipo de Simeone ha desbaratado todos los esquemas para alegría del espectador neutral, que ha podido gozar de un torneo imprevisible, vibrante, con ventajas mínimas que han hecho de cada fin de semana una lucha entre los tres por el liderato. Liderato que, aunque ahora suene raro por cómo se han desarrollado los últimos meses de competición, ha ostentado el Barça durante 23 jornadas, por 10 el Atlético y apenas 4 el Madrid, que hace menos de dos meses parecía tener el título en sus manos y lo dejó escapar en una semana fatídica (derrotas consecutivas frente a Barcelona y Sevilla) que ha repetido ahora, con 2 puntos de los 9 a los que aspiraba en estos últimos siete días, en los que ha perdido definitivamente toda posibilidad de conquistar el trofeo. Así, vía libre para un Barça que hace dos semanas estaba desahuciado y prácticamente de vacaciones y que a día de hoy depende de ganar el último partido en su feudo para proclamarse campeón. Culpa de ello ha tenido también el Atleti, claro favorito 7 días atrás, cuando le valía con ganar dos de los tres últimos partidos para cantar el alirón. Desdibujado en el Ciutat de Valencia, ayer el Calderón se vistió de gala con la esperanza de lograr una victoria que les daría el título si el Barça no ganaba en el difícil Martínez Valero. Fue una tarde de transistores en la ribera del Manzanares, donde se seguía con igual atención el encuentro de los rojiblancos y el de los culés frente al Elche de Fran Escribá, en el que se confiaba por su pasado atlético para no tener que esperar a la próxima semana en el Camp Nou para ser campeones. Fran y su equipo respondieron a los deseos de la afición colchonera, pero no así la muchachada de Simeone, que se topó con Caballero y desperdició una oportunidad única de hacerse con un título que lleva acariciando varias semanas pero no termina de culminar. Y en fútbol el que perdona suele pagar, veremos si le ocurre a un Atlético que ya sabe lo que es estar en una situación así. Fue en la temporada 50-51, Sevilla y Atleti se jugaban la Liga en Hispalis y el empate dio el título a los colchoneros. En el otro precedente estuvo involucrado el Barça, que recibía al Sevilla, y curiosamente también un empate hizo campeones a los visitantes. Por tanto, los números juegan a favor del Atleti, al que le vale un empate para reinar. Pero son solo eso, números. Será el balón el que dicte sentencia el próximo sábado. El día del juicio final.