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Julian Assange y Wikileaks: ¿crimen o castigo?.

Publicado el 09 diciembre 2010 por Losplatoscomoojos @platoscomoojos
Julian Assange y Wikileaks: ¿crimen o castigo?.El genial escritor ruso Fiódor Dostoievski publicó en 1866: Crimen y castigo, la que según crítica y público pasó ha convertirse en su primera gran obra maestra y con el paso de los años, en un libro imprescindible de la literatura universal. La novela en cuestión, centrada en el doble asesinato perpetrado por su protagonista Rodion Raskolnikov, y las dudas acerca de la moralidad del acto que persiguen a su persona, culmina con su entrega por diversas presiones y propio convencimiento a la justicia. Recibiendo como castigo: trabajos forzados en Siberia durante 8 años.
En el caso de Julian Assange y Wikileaks, podemos asegurar que su realidad es justamente la antítesis de la anterior situación. Y pese a lo que diversos poderes, medios de comunicación, individuos o gobiernos intenten hacernos creer, no hay ningún crimen que denunciar, y en consecuencia a todas luces no puede haber castigo alguno que sentenciar. A un periodista serio y riguroso, que se denomine como tal, se le presuponen una serie de cualidades que distan mucho de renglones oficiales, dictámenes económicos y políticos o sumisión clara a la parcialidad; más bien son fieles a sus convicciones, dotados de rigor crítico, abogan por la deseable pulcritud, y hacen gala de un estricto deber profesional. Assange, en este sentido he de decir, que es y sin ápice alguno de incertidumbre, el mejor exponente de la búsqueda y contrastación de la verdad.
Por todos es sabido, a día de hoy, el fenómeno y enorme repercusión de la filtración diplomática norteamericana, así como parte de sus argumentos. Un escándalo de proporciones inusitadas, agravado por unos mass-media retroalimentados con su jugo que no paran de mostrarnos, por decirlo así, las "vergüenzas" de un Imperio desnudado. La perfecta revolución en toda regla, en la que los países han quedado al descubierto: desde China a Libia pasando por Alemania hasta recabar a nuestra política nacional. Ignorar su contenido, jugar a la teoría de la conspiración, o simplemente negar cualquier acusación, fue la estrategia inicial de la clase política internacional. Aunque en la práctica, se intuía que más de uno ante este terremoto, tendrían mucho que ocultar. Aquí en nuestra España querida, las supuestas "motas de mugre" en ámbito judicial y político, no tardaron en adquirir su cuota de amoralidad. Mientras, el gobierno americano estupefacto veía como su imagen se enturbiaba, ante una explosión desatada e incapaz de someterla a su control. 

Julian Assange y Wikileaks: ¿crimen o castigo?.

Logotipo de Wikileaks

Descubierto el pastel, ahora queremos saber y ser conscientes de nuestra realidad; tenemos y exigimos nuestro derecho a la información, ¿o acaso es delito conocer la verdad?. Ron Paul, un congresista republicano, ofrecía con su acertada opinión más luces sobre este asunto: "En una sociedad libre se supone que conocemos la verdad. En una sociedad donde la verdad se convierte en una traición, nosotros de cualquier manera estamos ante una gran problemática.".
Pero la realidad ofrecida por Wikileaks no es la versión oficial que debemos escuchar, para los gobiernos aquí el problema no reside en lo vergonzoso o repudiable que pueda resultar el modo de actuar estadounidense. De ninguna manera, según su extraño sentido de la libertad y difuminado concepto democrático, todas nuestras miras y reproches deben estar puestos en demonizar al responsable de hacer pública su realidad. Pues señores, no vamos a comulgar con esta posibilidad y como afirma el sucesor de Assange en Wikileaks: Kristinn Hrefnsson, "No nos van a amordazar".
El discurso de: matar al mensajero, no puede hacerse efectivo, y la conciencia colectiva debe hacerse valer.  Wikileaks de ningún modo ha de ser censurada, desprotegida o considerada organización terrorista; y a decir verdad, aunque no jugamos en el mismo tablero que los poderosos, por ahora, tampoco creemos en un mundo al revés. La reacciones ( siempre ajustándose a la legalidad, no soy partícipe de actividades piratas o punibles) contra las decisiones coercitivas de Amazon, Paypal o Mastercard, no se han hecho esperar, y han puesto de manifiesto que a la población civil le queda mucho que decir.

Julian Assange y Wikileaks: ¿crimen o castigo?.

Assange prestando declaración

Julian Assange ha sido vilipendiado, y víctima directa de una maniobra de acoso-derribo bestial, con un carácter desde múltiples ángulos, un tanto, se podría decir que cuanto menos desproporcionado y "exótico":
Primero: De repente aparecen de la nada (A día de hoy ni su abogado defensor ni el juez del caso, declaran haber visto las pruebas que pesan contra el acusado) cuatro delitos contra su persona: Una violación y dos abusos sexuales junto a una coacción, todos cometidos en Agosto de este año. Cuanto menos resulta un poco raro que un tipo sin antecendes se desboque de esta manera, ¿no?.
Segundo: La justicia sueca ha tramitado su demanda en un tiempo imbatible y han rechazado cualquier alegación en favor de su defensa.
Tercero: La Interpol ha actuado batiendo récords en su persecución, aunque resulta desconcertante que sea la misma que ha denegado la petición cursada por el juez Santiago Pedraz, para la detención de los tres militares estadounidenses supuestos responsables de la muerte de José Couso.
Cuarto: No hay posibilidad para la libertad bajo fianza, ya que se abduce posible riesgo de fuga. Pero vamos a ver, un hombre que se entrega voluntariamente, como es el caso de Assange, ahora ¿se va a fugar?. Esta medida, a mi juicio, da la sensación que es una soberana estupidez.
Quinto: EEUU, pide su extradición (y visto lo visto, la va a conseguir) por un supuesto delito de espionaje. Aunque a decir verdad, no lo comprendo: ¿Europa dicta una orden de arresto para que sea entregado a EEUU?; y mientras, nosotros hace escasos años no conseguimos la extradición del asesino Pinochet, ¿cómo se come esto?.
Además para rematar la fiscal sueca que lleva el caso Assange niega que sea un complot contra Wikileaks: "No ha habido ningún tipo de presión política o de otro tipo". Curiosa declaración, aunque leyendo los cables diplomáticos, esta respuesta sinceramente, suena a pantomima y vodevil.
En definitiva, aquí no hay crimen ni se puede aplicar castigo; la justicia está ausente y tan sólo se trata (esperemos que en sentido figurado) de: supuestamente fusilar al enemigo.

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