Una dolorosa enfermedad había impedido al maestro bíblico Billy Walker continuar con su activo cronograma de actividades durante varios meses. Le dijo a un grupo de hombres que lo que echaba de menos de manera especial era no poder predicar, pero que Dios le estaba enseñando a lo largo de su recuperación.
Un día durante su convalecencia, mientras meditaba y oraba, la atención de Billy se centró en el pasaje acerca del naufragio de Pablo en Malta, que se registra en Hechos 28. En este relato hay mas cosas para analizar aparte de la historia de la milagrosa inmunidad de Pablo a la mordedura de una serpiente venenosa (vv. 3-6).
Este gran apóstol de los gentiles, predicador de miles, obrador de milagros, y autor de gran parte del Nuevo Testamento quedó varado en una isla como prisionero. ¿Acaso se recostó y lamentó su condición?¿Acaso pensó que debía recibir un mejor trato que los demás porque era un apóstol? ¡No! Las Escrituras nos dicen que eligió contribuir al trabajo y aliviar las necesidades de sus compañeros. Hacía frío y llovía, así que «recogió Pablo algunas ramas secas» para echarlas al fuego, el cual era de gran necesidad (v. 3).
Tal vez te hayas visto apartado por un tiempo debido a circunstancias difíciles. Tal vez hayas llegado a ese momento en tu vida cuando la actividad vigorosa ya no es posible. No te desesperes. Recuerda el ejemplo de Pablo y haz lo que puedas, incluso si se trata simplemente de «juntar ramas secas».
Reflexión: Dios nunca te pone el lugar equivocado para servirle.
Fuente: Nuestro Pan Diario
Bendiciones!