Justicia del alma

Forges, ayer, "sin palabras"

La absolución de Camps, declarado no culpable es el tema del día. Las redes sociales hierven de vergüenza y perplejidad con la sentencia (también llamada fallo, por algo será) del jurado del Tribunal Superior de Justicia de Valencia. No sé qué diferencia hay entre no culpable e inocente, pero con la primera acepción esquivan (eso creen) el ridículo supino que supondría calificar de inocente a Camps y su acólito Costa tras escuchar, como hemos escuchado todos, las patéticas conversaciones con El Bigotes. Lo peor es que el tema amenaza con traspasar estas 24 horas que componen el día después y ser el tema de la legislatura completa. Entradas de políticos corruptos y hombres justos en tribunales del alma y salidas de rositas de los primeros e inhabilitantes para los segundos. Y así sucesivamente hasta 2015.

La justicia ha fallado, lo ha hecho una vez más. Las sospechas se han confirmado y es vox populi que no es igual para todos. Ha dejado de hacer honor a su nombre. Si las tropelías no han hecho más que empezar y esto es el inicio del inicio, como así se nos ha prometido, va a ser necesaria justicia con mayúsculas. Si no se encuentra en los tribunales y juzgados, donde se le supone que debería estar, nos abocan a buscarla por nuestra cuenta lejos de allí. Cuando la burla atiborra los juzgados como si fuera un pavo de Navidad hasta que no cabe dentro ni un gramo de justicia, ésta salta por las ventanas a la calle. No sería la primera vez.

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