Revista Filosofía

Justicia social.

Por Juanferrero
Con esto de la crisis intento hacerme alguna idea de que es la economía, como funciona, y como uno no está para tener principios o prejuicios que le lleven a dar opiniones sin más sobre el por qué de la crisis o quién o quiénes son los culpables, he leído aquí o allí, y entre esas lecturas, escuchas de algunos audios, e incluso algún video, de youtube que he visto, hay una posición que me ha llamado especialmente la atención que es la del anarcocapitalista Jesús Huerta de Soto. Dicho así podría parecer que el tipo de pensamiento que defiende sería uno de los culpables de extender este pensamiento que se denomina indefinidamente como "neoliberal". Sin embargo, me parece que su planteamiento está lejísimos de lo que se entiende por especulación, y lo fundamenta en un aconteciminto que fue un error que se cometió en 1844, y que está en la raíz de casi todas las crisis que se sufren desde entonces, esta ley que pretendía servir para evitar toda una serie de crisis económicas anteriores, inaugura una nueva época de las mismas. El mal consiste en lo que el denomina expansión crediticia, frente a la creación de dinero con un patrón realmente existente. El patrón oro. La cuestión es que el error que se cometió en 1844 fue que con el oro se garantizaba la emisión de papel moneda, pero no se garantizaba los depósitos, es decir, todo el sistema de cuentas de ahorro, cuentas corriente, cuentas a plazo fijo, que sigue siendo dinero ficticio y sigue expandiendo el crédito sin un refrendo en el oro. Esta cuestión junto con el control del precio del dinero por parte pública aumenta e intensifica la expansión crediticia y evita algo tan importante para realizar inversiones, que son lo que dinamiza una economía de mercado, el ahorro. Los políticos no necesitan ya de discursos que produzcan entusiasmo y euforia, la mejor manera es la de controlar las acciones humanas incentivando a consumir sin ahorrar, esto se hace con "mano izquierda", pero después con la derecha se echa la culpa al mercado de la recesión de la crisis y demás, claro está que el que tiene mano izquierda suele tener un perfil de derechas y el que con mano derecha critica al mercado suele ser de izquierdas cuando no se confunden los papeles y todos los "gatos son pardos".Así la critica a las acciones humanas individuales, del propio Huerta de Soto, consiste en calificarlas de irresponsables, principalmente porque son estas acciones las que necesariamente coadyuvan a la expansión crediticia, obviando en cada caso la necesidad de ahorro. Y esto sería una fórmula moral pero de moral fría, que sólo busca la salvación para este mundo. La conclusión es clara, el mercado libre no es el causante del problema, en realidad es su solución para que las cosas no sean aún más graves, causadas por las acciones de unos pocos y que ocupan puestos públicos. Estados Unidos y Alan Greespan no salen bien parados según este esquema, precisamente.

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