El fútbol está plagado de situaciones morbosas, de reencuentros, de casualidades, de oportunidades para reivindicarse, desquitarse o, directamente, fastidiar a quien te quiso mal. Una de estas situaciones comprometidas se dio el sábado en la Serie A italiana. Posiblemente el traspaso más polémico de este verano fue la salida de Higuaín del Nápoles con rumbo a la poderosa Juventus de Turín, entendida por el público partenopeo como la usurpación por parte del grande de turno de su mayor esperanza para poder luchar por títulos, de su hombre gol. Este sábado fue el primer enfrentamiento entre Higuaín y su ex equipo, y acabó como tenía que acabar, con un gol decisivo del argentino que, eso sí, no celebró a pesar de que el partido se jugaba en Turín.
Sin duda era uno de los duelos más atractivos del fin de semana futbolero en Europa. Dos de los equipos punteros de la Serie A y con el morbo añadido del asunto Higuaín. Ambos formaron con esquemas clásicos, la Juventus con su habitual 3-5-2, luciendo su particular BBC defensiva (Barzagli, Bonucci y Chiellini, no tan brillantes pero igual de importantes para su equipo de la BBC madridista), Hernanes como eje y Mandzukic con el mencionado Higuaín arriba. Por su parte Sarri, con las importantes bajas de Milik y Gabbiadini, apostó por la alta velocidad arriba de Insigne, Mertens y Callejón.
Como suele pasar en estos casos, el primer tiempo fue muy táctico y cerrado. Sin ocasiones claras, los acercamientos más peligrosos vinieron al contraataque, con algún acercamiento más de la Juventus sin poder hablar de gran dominio. Un balón cruzado de Cuadrado que complicó a Reina dejó a Lichsteiner en buena posición, pero el lateral suizo mandó el balón a las nubes. También Higuaín rompió la defensa cazando un buen balón en profundidad de Khedira pero cuando se plantó ante la puerta, Chiriches interceptó mandando a córner.
De otra manera se planteó el segundo tiempo, sobre todo cuando a los cinco minutos llegó el primer gol. A la salida de un córner a favor de la Juventus, Ghoulam perpetró un despeje horrible desde la frontal del área hacia su portería que dejó solo a Bonucci en el punto de penalti. El defensa cazó una volea imparable con la que pareció querer enseñarle a Ghoulam como tendría que haber despejado.
Poco tardó el Nápoles en empatar el encuentro. Antes de los diez minutos de la segunda mitad, Insigne encontró con su pase el mismo hueco que Callejón halló con su desmarque, entre Lichsteiner y Álex Sandro. El español marcó su séptimo gol de la temporada con un toque preciso por debajo de Buffon.
Hacia el minuto 70 de partido llegó el momento clave, cuando el futuro vino a buscar a Higuaín para cortar amarras con su pasado. Arrancó desde medio campo y quiso filtrar un balón a Khedira por detrás de la línea defensiva azzurra, como no era el día de Ghoulam, su cruce para despejar el balón llegó a la frontal de vuelta a Higuaín que cazó un zurdazo cruzado raso al palo izquierdo. Gol, cara de circunstancias del argentino, manos abiertas frenando la euforia del momento y cariño a su ex equipo que parece sincero y se contrapone con el odio mostrado por sus antiguos seguidores.
Desde entonces al final, un par de buenos acercamientos del Nápoles, como un disparo desde la central de Mertens y un balón suelto en área pequeña de Buffon. Por parte de la Juve, de nuevo Higuaín, con un cabezazo desde muy cerca que acabó saliendo muy desviado.
El partido deja a la Juventus más líder y al Nápoles un poco descabalgado en la tabla, quintos a siete puntos. Y nos deja también a la espera del partido de la segunda vuelta para ver cómo continúa el culebrón de Higuaín en San Paolo, en la casa de los napolitanos.
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