Revista Arte

K&K (KENYA Y KAT), WHAT DID U EXPECT?: MELODÍAS TEÑIDAS DE EXPERIENCIAS PERSONALES

Por Asilgab @asilgab

K&K (KENYA Y KAT), WHAT DID U EXPECT?: MELODÍAS TEÑIDAS DE EXPERIENCIAS PERSONALES El panorama musical español se rejuvenece con K&K, dos jóvenes de apenas veinte años que inician su carrera musical con melodías teñidas de experiencias personales, donde el juego musical que nos proponen va desde el pop más desenfadado a la electrónica más edulcorada a través de sonidos y matices donde las cajas de ritmos y el fondo de la batería se reparten el protagonismo. Esa dulce inocencia con la que abordan sus composiciones son su mejor billete de presentación, pues no hay falsos artificios en ella, sino más bien una dulzura espontánea que se adorna de pura sencillez a la hora de presentarnos doce canciones repletas de frescura y espontaneidad. Kenya y Kat quieren dar a sus canciones ese aire desenfadado y esa sensación de coger y soltar el amor como si fuera el más sencillo de los juegos. No hay que preocuparse por esa aparente falta de alma en su propuesta, pues solo se trata  de un capricho tapizado de un hit pop de lo más tierno y divertido. I can't help it abre el disco y también es el tema que han elegido para su primer videoclip. En esta doble vertiente sonora y visual del grupo, asistimos a una exposición exenta de miedos y plagada de guiños desenfadados cargados por una insinuación de lo más juvenil, en la que encajan muy bien los adjetivos empleados hasta ahora para definir su música. Una tendencia que cambia un poco con ese piano inicial en On my ownque nos retrotraen a algunas de las baladas más oscuras y menos conocidas de Pet Shop Boys; una cara íntima que K&K alternan muy bien con su lado más divertido. Sin embargo, esa fragilidad deviene en majestuosa con las primeras notas de This is over, una canción que contiene los mismos elementos que las anteriores, pero mucho mejor combinados, pues se encuadra como un perfecto hit pop que nos embelesa tanto en sus arreglos como en esos rasguños de guitarra, que se alternan con una voz que se torna cada vez más grave. Ritmos juveniles de pista de baile que navegan sin miedo por el mar del pop más pegadizo; un acierto. Una secuencia que se retrotrae de nuevo en Your song donde aparecen por primera vez esos gritos de fondo de manifestaciones ciudadanas: "no nos representan... no nos representan..." que hacen de contrapunto al mensaje inicialmente hedonista de Kenya y Kat. Esa gravedad se traduce en un sonido más oscuro y pausado con el que parecen decirnos que ellas también son jóvenes de su tiempo. La alternancia de nuevo coge el timón en Nothing without you, donde las notas con las que se adornan K&K resurgen en todo su esplendor en forma de una pléyade de sentimientos exentos de miedo a crearnos arrugas en nuestra línea de expresión. 
Al llegar a Be mine experimentamos esa sensación placentera que nos proporciona un baño de sol en la costa californiana, y que en esta ocasión viene aderezado por sonidos desenfadados y especialmente pensados para las fiestas al amanecer; una dulce inmersión de juventud aderezada con una melodía de lo más multicolor; una especie de arcoíris en la primera línea del horizonte (hedonismo puro). Secuencias que no llegan a difuminarse en Can you hear me?, pues estas cadencias cortas de K&K también se congratulan con los colores de la primavera. Ritmos pausados que se rompen en My day, donde nos vuelven a mostrar esa faceta de desenfado mimetizado con leves toques guitarreros motown. Tendencias que reposan en una balada titulada Tragedy, donde una vez más asistimos a la versión más intimista del grupo, en la que tampoco faltan los rasguños de guitarra de fondo. Guitarras que de nuevo están presentes en Utopia en una mezcla de medio tiempo que no llega a ser atormentado, del que se vuelven a resarcir en Girl's world, un nuevo grito de guerra en el cancionero de K&K, y que en Take off for London se funde en un espejismo melancólico de la ciudad inglesa.
En definitiva, este What did u expect? es el prometedor inicio de Kenya y Kat, dos jóvenes que en su infancia soñaron con tener su propio grupo musical con el que crear melodía teñidas de experiencias personales. 
Ángel Silvelo Gabriel.

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