Santo Tomás amaneció con un sol radiante y con varios qorilazos rondando la Plaza de Armas, anunciando que iba hacer un día marcado por su bravura. Así fue, nuestra Tierra Brava está viviendo días de fiesta, cumplimos 189 años de creación política y nos embarga el orgullo porque vemos crecer nuestra tierra sin dejar atrás nuestro folclore y tradición.
Desde temprano estuvieron reunidos los Qorilazos de todos los distritos de Chumbivilcas en la plaza monumental de toros de Santo Tomás. Demostraron en la arena, una vez más, la fuerza y valentía que les caracteriza. A cada doma, chucareo y laceo a cincha la plaza se llenaba de júbilo y de palmas.
Jerry Roe, así se hace llamar, es de la comunidad de Ccapamarca, del distrito del mismo nombre, ahí desde pequeño ayudó a su papá y a sus tíos en la doma de potros y en la cincha de toros. “Ser el qorilazo de mi cuadrilla es un orgullo porque ellos mismos me han elegido. Todos somos qorilazos pero tiene que haber un representante para participar”, comenta Jerry, quien pertenece a la cuadrilla los “Chalanes de Chogoyo”.
Un Qorilazo chumbivilcano
Las 16 cuadrillas que participaron en el “Gran Rodeo Chumbivilcano” fueron llegando desde las nueve de la mañana. Algunas cuadrillas habían llegado con jóvenes quienes no iban a participar pero ayudaban a la cuadrilla a prepararse para el ruedo. Uno de ellos, Jerónimo le gritaba al qorilazo de su cuadrilla “¡ya lo amarre! Ahora jala”, mientras que del otro lado Pablo, el qorilazo, jalaba con toda su fuerza la cuerda para que esté lista para el laceo a cincha. Jalaban tan fuerte, como lo iban hacer cuando el caballo o el toro este brincando.La constancia es la base del rodeo, me dice Pablo.
El rodeo chumbivilcano comenzó con la presentación de todas las cuadrillas y el respectivo agradecimiento de las autoridades. Al final de las cuadrillas desfilaban tres mujeres que participaban en la doma de potros, era la cuadrilla “Apuc Lakani”, las hermanas Giraldo, tres valientes mujeres chumbivilcanas que también querían demostrar que la fuerza no es solo de los hombres.
Paulina y Heydi Giraldo Saldivar saben domar potros desde los 14 años, ellas ayudaban a su tío, Dionisio Saldivar, quien les enseñó este arte que las ha llevado a recorrer todas los distritos en busca de un ruedo en el que puedan participar. Ellas muy orgullosas dicen que siempre ganan, “no hay muchas mujeres que sepan hacer esto, nosotras con nuestras faldas hacemos laceo y subimos a los caballos”, cuenta Paulina. La mujer chumbivilcana no le teme a nada.
La gente comenzaba a llegar a la plaza de toros, fue un día laborable, así que fue complicado llenar toda la plaza desde temprano, pero conforme caía la tarde llegaban de todos los distritos para alentar a su cuadrilla. Alrededor de la plaza también estaban las atareadas tendederas con su trucha frita, su guiso de cordero y su chicha de jora para el sediento. Toda la plaza era una fiesta: música, comida y sobre todo un hermoso espectáculo.
En la arena esperaba ansiosa la primera cuadrilla para demostrar porqué se llamaban “Los arrancadores de Santo Tomás”. Unísonos los aplausos y gritos de aliento cuando se pararon al centro del rodeo y alzaron los sombreros saludando al público. Comenzó la corrida, el primer laceo, el segundo, les quedaba una sola opción más para domar a este potro salvaje, ¡lo hicieron! El público se enciende y grita, “¡kausachun q’orilazo!”