Revista Cine
Lo que atrapa de la poesía de Constantino Kavafis es su no perdida de vigencia, es decir su calidad de atemporal. Aunque no este hablando de nuestra calle, país o ciudad, ni de nosotros o nuestro vecino, aunque lo haga además en otro tiempo bien lejano al nuestro, cada verso del poeta griego se comunica con el presente, de este tiempo que nos toca vivir. Quizás el mundo no ha cambiado tanto y mas allá del Chat, el twitter y el facebook, la vida sigue siendo la misma y las preocupaciones surgen por doquier, sobre las mismas cuestiones, incluso en aquellos que las eluden o que no se percatan de tenerlas.
Kavafis habla del irremediable paso del tiempo, de la ciudad de la que quieres huir y a la que vuelves constantemente porque la llevas en ti, del viaje quizás no a Ítaca, el viaje particular de cada uno, que debe estar cargado de experiencias, porque su finalidad recae en las anécdotas que cosechas en el camino, no en la meta, nunca hay meta. A veces podemos creer, que la literatura es esa cosa inmaterial, que nada tiene que ver con “la realidad”, pero por el contrario, siempre he pensado que el mundo esta lleno de literatura, solo que imbuidos en el día a día caminamos en inercia, en automático... Hay poco tiempo para reflexionar y poco tiempo para ver (para verse) y descubrir (descubrirse), eso tan importante para que la vida realmente sea una aventura y no una mera repetición de hechos. Constantino Kavafis fue un poeta griego nacido en 1863, y cuya muerte acaeció en 1933, “La ciudad” e “Ítaca” son dos de sus poemas más famosos, pero en estos días releí estos otros dos, llenos de belleza e ideas. 2 cosas fundamentales. Enjoy!
En cuanto puedas
Y si no consigues hacer tu vida como quieresintenta por lo menos estoen cuanto puedas: no vayas a ensuciarlaal frecuente contacto de la gente,con charlas y negocios por doquiera.
No vayas a ensuciarla con llevarla,con volverla a menudo y exponerlaa la vulgar locura cotidianade tanta relación y compañíapara que se convierta en una extraña intrusa.
Velas
Los días del futuro están delante de nosotroscomo una hilera de velas encendidas-velas doradas, cálidas, y vivas.Quedan atrás los días ya pasados,una triste línea de velas apagadas;las más cercanas aún despiden humo,velas frías, derretidas, y dobladas.No quiero verlas; sus formas me apenan,y me apena recordar su luz primera.Miro adelante mis velas encendidas.No quiero volverme, para no verlas y temblar,cuán rápido la línea oscura crece,cuán rápido aumentan las velas apagada