Revista Bolsa

“Keeping fit, keeping it!” El efecto del deporte en el mercado de trabajo

Publicado el 10 marzo 2015 por Monedarota @Monedarota

Encontrar y mantener un puesto de trabajo resulta una tarea ardua y complicada si tu carnet de identidad revela que tienes menos de 30 años y te ha tocado ser español. Eso también tiene un lado positivo: puedes disfrutar de más sol, playas más cercanas y pinchos más ricos que tus congéneres europeos y, en general, tienes más salud, más optimismo, más entusiasmo y más energía que tus colegas de edad más avanzada españoles (recalco, en general).

No obstante, no es fácil acceder al mercado de trabajo tal y como están las cosas. Un 40% de desempleo juvenil no es un síntoma bueno. Y tampoco promete un futuro tranquilo. Y, claro, sin trabajo no hay grandes cosas: no hay playas ni pinchos, y tampoco mucho entusiasmo del que poder disfrutar una vez que la excusa de estar estudiando se ha gastado de tanto usarla. Al menos el sol es gratuito, de momento…

Si bien hay algo que puede ayudar a arreglar la situación: el deporte. O como decían los clásicos: mens sana in corpore sano. Y es que se puede sacar mucho partido del hecho de practicar regularmente algún tipo de deporte.  Un trabajo de Michael Lechner titulado “Sports, exercise, and labor market outcomes”, disponible aquí, y publicado por el Institute for the Study of Labor (IZA) extrae algunas conclusiones clarificadoras recogiendo diversos estudios sobre la cuestión que me han llamado mucho la atención.

Su tesis principal es que el incremento de la práctica deportiva puede conseguir incrementar la productividad de los trabajadores a través de la mejora de su salud mental y física, su bienestar, la reducción de los tiempos de ocio improductivos (véase, ver la tele tumbado en el sofá) y la adquisición de habilidades que se valoran como el trabajo en equipo, la disciplina y la autoconfianza. En último término, todo esto se traduce tanto en el logro de una mayor productividad como de la mejora del éxito en el mercado laboral, lo cual también permite obtener un salario mayor. Por ello, el autor también promueve la puesta en marcha de políticas orientadas a potenciar los deportes y el ejercicio físico entre la población.

Para demostrarlo, el autor menciona un experimento realizado hace unos años en Suecia (Rooth, 2011). El experimento consistía en valorar 8000 solicitudes de empleo a diferentes empresas que fueron enviadas por distintos candidatos, y que incluían una serie de preguntas aleatorias acerca de los deportes y ejercicio que dichos candidatos solían practicar. Tal y como se esperaba, las empresas tuvieron en cuenta la realización de actividades deportivas a la hora de aceptarlos para realizar una entrevista, concluyendo que ser activo en algún deporte puede incrementar en dos puntos porcentuales las probabilidades de ser convocado a una entrevista para acceder a un trabajo.

Así pues, no estaría mal abrir una sección distinta en el currículum vitae donde se mencionen los deportes que uno práctica. Otro estudio (Cabane, 2014), en este caso para Alemania, ha encontrado una correlación positiva entre practicar una actividad física y pasar del desempleo al empleo en mujeres que al menos tenían tres años de experiencia laboral previa. Esto reflejaba la existencia de unas barreras psicológicas menores en la búsqueda de trabajo más que en la propia sensación de estar físicamente activo. Pero el deporte no sólo es importante en la búsqueda de empleo.

Otro trabajo del propio autor (Lechner y Downward, 2013) analiza el impacto de la práctica deportiva en el empleo en diferentes grupos de edad, usando datos de Gran Bretaña en este caso. Aquí se profundizó mucho en investigar qué tipo de deportes se practicaban y así se pudo conocer el efecto de los distintos deportes. Para los individuos de 26 a 45 años, se encontró un efecto positivo entre la práctica deportiva y tener un trabajo. En el caso de los hombres, un deporte al aire libre o el fitness pueden tener resultados más positivos, mientras que en el caso de las mujeres son los deportes de raqueta para las que tienen 26-45 años y los deportes al aire libre para las mayores de 46 años.

Más aún, también el deporte tiene un efecto positivo en el salario que ganan quienes trabajan. Cornelissen y Pfeifer (2008) encontraron que los hombres que practicaban deporte ganaban un 5% más que aquellos que no lo hacían. Además se encontró que las mujeres que practicaban deporte a los 15 años también ganaban un 6% más en la actualidad que aquellas que no lo hacían. Lechner (2009) llegó a la misma conclusión. Como se observa en la Figura 1, se encuentra un incremento medio de 1200 euros al año a lo largo de un periodo de 16 años para adultos que son activos físicamente.

El beneficio de practicar deporte en el salario

Fuente: Lechner (2009)

La dificultad de estos estudios empíricos reside en el hecho de controlar los efectos causales. Es decir, que aquellas personas que han encontrado un trabajo o ganan más dinero sean las que practiquen más deporte porque se lo pueden permitir, y no al revés. Sin embargo, cada vez son más las técnicas econométricas que permiten llegar a las mismas conclusiones controlando estos factores de endogeneidad.

Sin embargo, también conviene aclarar que existen una serie de inconvenientes asociados a la práctica deportiva. Por ejemplo, los accidentes o lesiones que se producen con la práctica deportiva, lo que también puede afectar en cierto modo al trabajo. Y también hay que tener en cuenta que practicar deporte conlleva un tiempo necesario, por lo que si realizas algún deporte, el tiempo que se consume en ello no se dedica a otras cosas que también pueden ser productivas, como por ejemplo estudiar, preparar unas oposiciones o buscar trabajo. Así pues, es recomendable que siempre que se haga deporte, se emplee tiempo de forma eficiente para lograr minimizar esta desventaja.

En definitiva, parece que la literatura empírica es contundente y clara, y que existen numerosos trabajos que, con datos procedentes de distintos países y diversas técnicas, concluyen mayoritariamente que la práctica deportiva afecta positivamente al hecho de encontrar un trabajo, y también una vez que se tiene trabajo, incrementan la productividad y los salarios de aquellas personas que lo practican.

Así pues, si estás buscando un trabajo, no te desanimes. Sal a correr o coge una raqueta, y ve a por todas. Y si ya tienes un trabajo que te gusta, ya sabes cuál es tú objetivo: keeping fit, keeping it!

 

Cabane, C. (2014): “Unemployment duration and sport participation.” International Journal of Sport Finance, 9 (3), pp. 261–280.

Cornelissen, T., and C. Pfeifer (2008): “Sport und Arbeitseinkommen: Individuelle Ertragsraten von Sportaktivitäten in Deutschland.” Jahrbuch für Wirtschaftswissenschaften, 59 (3), pp. 244–255.

Lechner, M., and P. Downward (2013): “Heterogeneous Sports Participation and Labour Market Outcomes in England”, IZA Discussion Paper No. 7690.

Lechner, M. (2009): “Long-run labour market and health effects of individual sports activities.” The Journal of Health Economics, 28 (4), pp. 839–854.

Rooth, D. O. (2011): “Work out or out of work: The labour market return to physical fitness and leisure and sport activities”, Labour Economics, 18 (3), pp. 399–409.

Lechner, M. (2015): “Sports, exercise, and labor market outcomes”, IZA World of Labor, 126.


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