"En el ámbito interpersonal, no hay áreas más importantes que las de la espiritualidad y la política" Es la síntesis perfecta del artículo Espiritualidad y política para el siglo XXI de Ken Wilber. Hay razones para que se establezca un diálogo entre espiritualidad y política. Más, cuando queremos reunirlas en una discusión. Para Ken Wiber, está claro "Por lo que a mi respecta, no puedo pensar en una discusión más importante".
Al reconocer la importancia del diálogo abierto entre la espiritualidad y la política, nos enfrentamos a dos problemáticas:
1- Cómo vamos a definir "espiritualidad" y "política".2- La distinción entre "derechos negativos"y "derechos positivos" en el marco de sociedades liberales.
Respecto a cómo definir "espiritualidad" y "política", el primer problema que nos enfrentamos es cómo definir "espiritual" para que pueda ser incorporado en "lo político" sin violar la separación entre Iglesia y Estado. El Estado no puede imponer ninguna creencia religiosa o espiritual como tampoco ningún comportamiento determinado. Se puede incorporar lo "espiritual" en lo "político", como veremos más tarde. A esto, Ken Wilber lo denomina "espiritualidad sin coacciones".
Respecto a la necesidad de distinción entre "derechos negativos" y "derechos positivos" en el liberalismo dentro de esa "espiritualidad sin coacciones". En la teoría de la política, se establece una distinción entre "derechos positivos"- "libertad para" practicar una religión- y "derechos negativos"- "libertad frente a" la religión-. Una "espiritualidad sin coacciones" afirma el derecho a una "libertad frente a"- por tanto, un derecho negativo- a la coerción del Estado respecto a las creencias religiosas.
En este contexto, esta libertad de religión significa también "libertad frente a" la religión:
"Cualquier "bien" religioso o espiritual(...) debe venir después de un sistema de "derechos" que proteja al individuo de coerción por parte del Estado en dichos asuntos, en consecuencia, el derecho precede al bien"
Sin embargo, como apunta Ken Wilber, el "derecho" preceda al "bien" religioso/espiritual, no quiere decir que el "derecho" excluya el "bien" religioso. En el liberalismo, la política puede(o no) desarrollarse sin la religión(sin el "bien religioso/espiritual"), pero si participa debe ser sin coerciones. De lo contrario, la religión- como "bien" religioso/espritual- deja de serlo. Ahora bien, podemos adoptar 2 actitudes respecto al papel de la religión en la política: Una primera actitud es la del rechazo de la religión en la participación de la política. Practican una política "libre de religión" constituyéndose ésta última en una auténtica religión por sí misma. Una segunda actitud es la de "insertar" la espiritualidad en la política. En esta segunda actitud, "quedan a menudo atrapados en programas pre-liberales, no postliberales" quienes defienden la participación de la espiritualidad en la política. Podemos concluir, que si bien es cierto, que la "libertad de religión" puede significar "libertad frente a la religión", no es menos cierto que la "libertad frente a la religión" ha sido usada para oprimir la "libertad de religión". La cuestión es cómo alcanzar un balance positivo entre ambas.
De todo lo dicho, podemos afirmar que el liberalismo entiende el "derecho" como un "bien" que protege a la sociedad de una regresión a una forma pre-liberal.Dentro de esta perspectiva, los derechos individuales no son libertades negativas sino bienes positivos. En otras palabras, el liberalismo es un bien- sistema de derechos- que previene de la regresión a un estado pre-liberal. ¿Qué significa que el liberalismo es un "bien" en sí mismo? En el liberalismo, los bienes espirituales forma parte de las libertades de una sociedad, si una "forma de espiritualidad florecierá como una expresión libre de coacciones". En las sociedades liberales, el derecho a una "realización espiritual" se considera un derecho básico como el derecho a la educación o como el derecho a la sanidad.
Ken Wilber establece una distinción entre religión y espiritualidad. La religión remite a las "formas tradicionales e institucionalizados" heredados del pasado. La religión tiende a "involucrar estructuras de creencias, dogmas y doctrinas, ninguna de las cuales son necesariamente malas, sino que simplemente son los caminos por los que cualquier tradición religiosa se reproduce a sí misma". Por contra, la espiritualidad remite a aspectos vivos que a menudo acaban por institucionalizarse, por tanto, convirtiéndose, en religión. La espiritualidad "significa a menudo las realidades vitales, vivas y presentes, a las que uno accede a través de la práctica espiritual". Mientras la religión implica creencia, el espiritualidad implica experiencia. Tanto la religión como la Espiritualidad no pueden ser separadas completamente. Ambas deben entenderse como "diferentes momentos en el proceso evolutivo hacia el establecimiento de una relación con lo sagrado".
Volviendo al diálogo entre espiritualidad y política, ese diálogo puede cambiar según el significado de la palabra espiritualidad. Existe fundamentalmente 4 significados de espiritualidad:
El primer significado entiende la espiritualidad como una experiencia cumbre o como un estado de conciencia alterada. Una persona puede tener una experiencia directa con "lo divino". Estas experiencias o estados alterados constituyen la esencia de la espiritualidad.
El segundo significado concibe a la espiritualidad como adquisiciones de estadios de desarrollo. La espiritualidad corresponde a los niveles más elevados de cualquier línea de desarrollo evolutivo. En todos los casos, son los estadios "post" los que la mayoría de las personas identifican como "espirituales". La espiritualidad exige transformación como un rasgo permanente en el individuo.
El tercer significado comprende la espiritualidad no como un estado alterado sino como una línea completamente separada en sí misma. En este sentido, el desarrollo espiritual es como el desarrollo cognitivo o el desarrollo emocional. Todas las líneas de desarrollo son relativamente independientes. Aquí, la espiritualidad no es un estadio pasajero sino una línea de desarrollo que comienza en la infancia y que tiene sus propios cauces de desarrollo.
Y, el último significado no ve a la espiritualidad como un estado, nivel o línea de desarrollo sino como una cualidad que uno puede( o no) tener en cualquier estadio, nivel o línea de desarrollo. Considera "espiritual" al hecho de poseer dicha característica. Esta cualidad pueden ser "el amor, la benevolencia, la sabiduría, el conocimiento y la conciencia despierta, la compasión o la integridad".
Cada uno de estos significados reflejan diferentes aspectos de la espiritualidad. El diálogo entre espiritualidad y política tiene un signo u otro según el uso de espiritualidad que evoquemos. A fin de avanzar en ese diálogo, Ken Wilber sugiere un modelo teórico integral que puede incluir estos 4 significados de espiritualidad en diferentes disciplinas: psicología, sociología y política. El esfuerzo, por acomodar estos cuatros significados, es denominado como "integral", hablaríamos, entonces, de psicología integral, sociología integral y política integral, respectivamente. "Integral" se refiere al intento de ser "tan inclusivo" como se pueda.
Veamos, cómo se traslada a la psicología y a la política este enfoque integral.
La psicología integral desarrolla modelos psicológicos que incluyan los estados de conciencia. Los modelos psicológicos que no incluyan cada uno de estos cuatro significados de espiritualidad- que hemos hablado antes- no son, por definición, modelos psicológicos integrales. El desarrollo de la psicología integral ayuda a proporcionar mapas y modelos sobre las potencialidades humanas.
La política integral intentaría tomar los mapas y los modelos desarrollados por la psicología integral, cuando se introduce la espiritualidad en la política. El desarrollo de una teoría política integral debe contemplar dos aspectos:
Un primero, identificaría las diferentes teorías políticas de Oriente y de Occidente para crear un marco amplio que reconociera e que incorporará las verdades de esas teorías políticas. Dicho marco nos descubre diferentes dimensiones del pensamiento y de la acción política, como recoge Ken Wilber en su artículo:
a) "¿Es la causa del sufrimiento humano primariamente interna o externa?"
b) "¿Debería ponerse más énfasis en los derechos del individuo o en los derechos colectivos?"
c) "¿Cómo pueden los modelos psicológicos integrales- que incluyen ondas, flujos, estados y tipos- ser incluidos en la teoría política de forma que se honde todo el espectro de los potencialidades humanas contenidos en cualquier sistema de gobierno?"
Podemos elaborar un "índice" de todos los mapas políticos, a partir de las respuestas a estas preguntas, que nos ayudará a buscar caminos para superar los sistemas políticos que no respetan y contemplan la integridad del ser humano.
Y, un segundo, Ken Wilber propone un mapa integral denominado OCON( "todos los cuadrantes, todos los niveles"y "todas las líneas, todos los estadios y todos los tipos") que pretende encauzar las preguntas que hemos formulado con anterioridad en el punto uno. En este mapa se recoge cuatro dimensiones que representan "cuadrantes" distintos, a saber:
a) causalidad interna (adoptada por la derecha)
b) causalidad externa (adoptada por la izquierda)
c) la individualidad (derechos)
d) la colectividad (deberes)
Todos estos cuadrantes tienen "ondas,cauces, estados y tipos, cuya existencia nos permite, entre otras cosas, ver cómo las distintas teorías políticas se han originado en diferentes estados y estadios de la conciencia humana", como podemos ver en la imagen. El resultado de este mapa es el comienzo de una teoría política integral.