Revista Cine
Centrada en las frías estepas de Mongolia, Khadak es algo más que una película sobre las formas de vida de los mongoles, y trasciende hasta convertirse en una confrontación entre la tradición y el futuro de los pueblos.
Bagi lleva una vida serena con su abuelo y su madre, cuidando los rebaños, pero cuando una oveja se pierde y él la encuentra, oyéndola en la distancia y sufriendo un ataque epiléptico, la chamana del poblado se da cuenta de que Bagi tiene un carisma especial y un destino, que es el de convertirse en chamán.
Su abuelo le advierte, en una escena preciosa en la que ambos están sentados bajo un árbol mientras atienden a las ovejas, de que luchar contra el destino trae mala suerte y le recuerda la historia de su padre, un piloto de avión que llevaba manzanas al pueblo, que se enamoró de la empleada de correos, su madre y que terminó falleciendo en un accidente de su avión.
Al poco tiempo, un convoy militar llega a la casa informando de que los animales de la zona están afectados por una epidemia que se contagia a los hombres y apremiándoles a abandonar la tierra, trasladándoles a una ciudad minera. Bagi tiene que abandonar a su caballo, al que despide en el árbol sagrado dejándole con una simbólica cinta azul en el cuello.
Los poderes de Bagi continúan en la ciudad, y también sus ataques epilépticos. Movido por su don, salva la vida de la joven ladrona de carbón Zolzaya, lo que le hace ser arrestado y condenado a trabajos forzados, junto con los amigos de la chica. Un nuevo ataque de epilepsia le lleva a un hospital dónde le diagnostican dicha enfermedad. Muy pronto, sin embargo, su sentido de la audición vuelve a despertar. Susurrando a través de las tuberías de agua oye los sonidos de los animales. Bagi trata desesperadamente de convencer a otros pacientes que pueden escuchar a los animales que siguen vivos. Nadie hace caso de sus gritos y él se coloca en régimen de aislamiento. Bagi, a continuación, se adentra en su primer viaje chamánico y se encuentra confrontado por la chamana en el contexto de una ciudad devastada y futura. Ahí es cuando nace un movimiento ciudadano de retorno a la antigua forma de vida, y cuando Bagi y Zolzaya vuelven a estar juntos.
Khadak es una película con imágenes poderosas y de gran atracción, en la que siempre se enfrentan la forma de vida tradicional de los mongoles, aferrados a sus animales, con las ciudades actuales y los bloques de edificios. A la epilepsia se contrapone el ser un chamán, al caballo la moto, a las carretas de ganado la excavadora gigante con la que trabaja en la ciudad la madre de Bagi. Es como una forma de reivindicar una antigua forma de vivir que se ha perdido con el tiempo.
Premiada en Venecia con el León del Futuro, con una mención honorífica en Toronto y en competición en Sundance, esta coproducción alemana, belga y holandesa, dirigida por Brosens y WoodWorth, del año 2006, es visualmente casi perfecta y una obra moderna que a veces se asemeja a un videoclip musical ubicado en no se sabe qué tipo de ciudad futurista.