Revista Cine
Kickboxer: vengeance (John Stockwell, 2016. EEUU): denigrante revamp, estúpido de pies a cabeza, de aquella película que probablemente terminó de cimentar la fama de Jean-Claude Van Damme, el honorable Kickboxer de 1989, y una demostración de que siempre ha habido sitio, y siendo amables, digamos que excesivo sitio, para las malas películas en el panorama cinematográfico americano, de forma especialmente sangrante en el siglo XXI. Ni divierte ni motiva, dos aspectos en los que el aquel clásico de artes marciales de bajo presupuesto sí destacaba. Con saltos temporales, propio de los tiempos pero que resultan torpes e ilógicos, y con un van Damme que hace el papel del sabio entrenador del original, bordeando la vergüenza ajena.