KIKE FERRARI: Un Pirata Literario con Vocación de Escritor
La biografía de Kike Ferrari revela un apasionante viaje desde los humildes comienzos hasta el reconocimiento literario. Descubre cómo un panadero cambió la vida de su hijo con un libro en las manos.
El panorama literario de Kike Ferrari está lleno de historias tan emocionantes como las novelas que él mismo escribe. La fascinación de Ferrari por la lectura y la escritura comenzó de una manera tan sorprendente y mágica que parecería sacada de uno de sus propios relatos.
Un Regalo Inesperado: El Origen de una Vocación
Todo empezó cuando el joven Kike, de tan solo siete años, recibió un regalo de su padre, un panadero con la sabiduría de un filósofo. Este hombre, en lugar de entregar una pelota o un juguete, puso en las manos de su hijo un libro, un objeto que, según él, diferenciaba a los humanos de los monos. Esa novela de aventuras, protagonizada por Sandokán y escrita por Emilio Salgari, no solo marcó el comienzo de su amor por la literatura, sino que también plantó la semilla de su futura vocación.
“El libro, un artefacto de tamaña importancia, transformó a un niño en un futuro escritor.”
Al leer sobre la trágica vida de Salgari y las aventuras de Sandokán, Ferrari tomó una decisión crucial: prefería ser el hombre que imaginaba los mares desde su ventana, a ser el pirata que los surcaba. Esta decisión, aunque cargada de riesgos y desafíos, se convirtió en el pilar de su identidad como escritor.
El Primer Abordaje: La Biblioteca de Corrientes
La vida de Ferrari no fue siempre tan ordenada. A los trece años, experimentó su primera incursión en la “piratería cultural”. Paseando por la Avenida Corrientes, descubrió un libro sobre Conan el Bárbaro en una librería de viejo. Sin dinero pero con un deseo ferviente, decidió robar el libro. Esta acción se repitió seis veces, hasta que finalmente terminó la historia.
“Un escritor debe ser también un ladrón de historias, apropiándose de ellas con la misma pasión con la que un pirata se apodera de un tesoro.”
Esta anécdota, lejos de ser un simple hurto, refleja una paradoja intrigante: los escritores, a menudo, toman prestadas las historias y conocimientos de otros para construir sus propias obras. Este acto de apropiación, si bien ilícito, es también un testimonio del hambre de conocimiento y la pasión por la lectura que define a los grandes escritores.
La Cultura del Hurto Literario
Kike Ferrari no está solo en este camino. La Avenida Corrientes, con sus numerosas librerías, es un epicentro de bibliocleptomanía en Latinoamérica. Otros escritores han confesado sus propias incursiones en el robo de libros, desde Rodrigo Fresán hasta el mismísimo Roberto Bolaño, quien consideraba este tipo de hurto como una actividad inherente al oficio de escritor.
“La pasión por la lectura puede llevar a actos de rebeldía, pero también a grandes creaciones literarias.”
Enrique Vila-Matas relata cómo Anthony Burgess robó una edición en catalán de James Joyce en Barcelona, y Mónica Ojeda recuerda su juventud robando un ejemplar de El perfume de Patrick Süskind. Estos actos, aunque moralmente cuestionables, demuestran una verdad ineludible: la literatura es un campo donde la pasión a menudo supera las normas sociales.
Una Dedicatoria Especial
El artículo cierra con una dedicatoria a los libreros que hicieron la vista gorda cuando jóvenes estudiantes, con hambre de conocimiento, se apropiaron de libros caros y valiosos. Estos actos, aunque reprochables, contribuyeron a la formación de mentes que hoy día enriquecen el mundo literario.
“Un libro robado en la juventud puede ser la semilla de una gran obra literaria en el futuro.”
La última novela de Kike Ferrari, El significado del fuego, es testimonio de este viaje. Su biografía, llena de momentos de aprendizaje y desafíos, es un recordatorio de que la vocación literaria puede surgir de los lugares más insospechados, y que, a veces, los actos de rebeldía juvenil pueden alimentar la llama de la creatividad.
¿Qué Harías con un Libro Robado?
Al finalizar este recorrido por la vida de Kike Ferrari, surge una pregunta inevitable: ¿cuántos escritores futuros se forjarán en los portales de las librerías, ocultando un libro bajo su abrigo? ¿Qué importancia tiene un acto ilícito si este nutre la mente de un creador?
El legado de Ferrari invita a reflexionar sobre los límites de la ética y la pasión en la búsqueda del conocimiento.