Contra todos nuestros pronósticos y contra todo lo que podíamos llegar a imaginar, al final hemos de rendirnos ante la evidencia: Kinect ha sido un exitazo con todas las de la ley.
Lo dicen sus números; números que tengo que creerme al ser oficiales, pero que no por ello cuesten menos de tragar. Números que nos demuestran por lo menos que Microsoft ha sabido hacer muy bien sus deberes y ha conseguido que su flamante aparatico, que lleva ya entre nosotros casi la friolera cifra de seis meses, haya calado entre el público, por más casual que éste sea.
Dicen en periodismo político que hay que brindar hasta cien días de gracia a un nuevo gobierno antes de empezar a analizar su gestión y andadura… Una ley que se me antoja también más que valida en el terreno del Hardware. Por eso, cuando han pasado ya casi unos doscientos días desde el lanzamiento de Kinect, que fue allá por principios de Noviembre del año pasado, creo que ya va siendo hora que analizemos su trayectoria. ¿Ha calado realmente entre el público? ¿Es lo que prometía ser? ¿Ha revolucionado la industria y el mercado?
A este respecto tengo algo muy claro; es evidente que nos equivocamos respecto a sus ventas, pero en cuanto a su futuro y repercusión me temo que lo clavamos tremendamente bien.
¿Acaso soy el único que reconoce que el camino que está siguiendo Kinect, es el mismo que recorrió en su día el Wiimote? También en su día la tecnología de Nintendo era asombrosa y fascinante, capaz de todo tipo de gestas técnicas… Y el resultado final lo conocemos sobradamente.
Lo que es peor… Ya no es que Kinect siga los mismos pasos que Nintendo, emperrados en desaprovechar tajantemente una tecnología tan prometedora. Es que encima Microsoft parece empeñada en desaprovechar su sistema con clónicos de los mismos títulos que calaron en Wii.
Hagamos resumen, ¿cuál es la oferta actual para Kinect? Juegos de baile, juegos de cuidar bichos de inquietantes sonrisas, clónicos de Wii Sports, títulos que recuerdan sospechosamente a los Hugo… Y poco más. Bueno, eso sin contar cierto juego de conducción que juega él solito y que fue anunciado originalmente como un juego gratuito para Xbox Live. Sí, hablo de JoyRide; mirad de nuevo la conferencia del E3 de 2009 si no me creéis…
¿Dónde están, pregunto, los juegos de combate con espadas y artes marciales que tan buena pinta tenían? ¿Dónde están aquellos concursos de preguntas emulando a Jordi Hurtado? ¿Dónde está aquello de escanear objetos, como tu tabla de skate, y utilizarlos en los juegos? ¿Dónde está todo el rollo de la realidad aumentada? ¿Dónde está Milo?
En otras palabras, ¿dónde está toda aquella tecnología puntera, nunca antes vista, que iba a revolucionar, palabras textuales, la industria del videojuego? ¿En un tigre sonriente? ¿En dar saltos subido a una canoa? ¿En jugar a los bolos?
Por no tener, ni siquiera tenemos todavía un Kinect que hable español. Así que… ¿dónde esta todo el rollo del reconocimiento de voz?
Busquen ustedes las 7 diferencias.
Lo más triste de todo no es que lo diga yo… Es que lo diga hasta Rare, la antaño gran Rare, que reconoce abiertamente que Kinect está desaprovechado y del que apenas se ha visto un 10% de su potencial real. Viniendo de los principales culpables de querer emular hasta las últimas consecuencias a Wii con su Kinect Sports tiene tela, pero que encima lo diga un estudio que ha pasado de la grandeza a la casi mediocridad, no se si tomármelo como un mal o nefasto augurio.
Kinect es noticia cada día, pero si os fijáis nunca lo es por sus títulos. Siempre se habla de que tal desarrollador está sopesando si utilizar Kinect en su próximo título (y al cabo de unos días reaparece diciendo que se lo ha pensado mejor y va a ser que no), sobre que Microsoft está investigando el desarrollo de una nueva tecnología que va a mejorar exponencialmente las capacidades de Kinect (y que curiosamente, al final ningún desarrollador va a aprovechar para su nuevo juego de cuidar animalicos), o lo mejor del caso, sobre algún frikazo de tomo y lomo que ha desarrollado, él solito y sin ayudas, una proeza técnica que convierte a Kinect en un pequeño Skynet en miniatura.
Por eso, cuando Microsoft hace el amago de vez en cuando, de anunciar que es posible que liberen los medios de programación oficiales para Kinect a toda la comunidad PC e Indie, no puedo evitar desear con todas mis fuerzas que así sea.
Porqué me temo que la única forma que tendremos de catar esa tecnología revolucionaria que tanto nos prometían será gracias a los desarrolladores independientes, a los aficionados, a los frikazos que consiguen que Kinect salga cada semana en portada de Anait o VidaExtra.
Por el momento, lo dicho, tendremos que conformarnos con los mismos juegos que tanto odiábamos para Wii, y en una política de lanzamientos pensada e ideada para hacer sonreír de forma inquietante a un tigre y en vender barcas hinchables de toda la vida para ser utilizadas en el comedor de casa.