Kitty, Daisy & Lewis tienen el enorme marrón de quitarse de encima la sorpresa que causo su álbum de debut hace tres años. Y es que aquel trabajo lleno de versiones de clásicos del rockabilly, el blues o el swing, no estaba nada mal, sobre todo porque venía de tres chavalines que apenas rozaban los veinte años, y sonaban como una estupenda banda de los años cincuenta. Tras pasar por todos los festivales importantes de medio mundo y telonear a gente como Coldplay, ahora vuelven con su segundo álbum, en el que ya tiran de canciones propias, y en el que deagraciadamente, se han quedado a medias.
En Smoking In Heaven, los tres hermanos de Durham pecan de falta de originalidad en casi todos los temas, que suenan demasiado estándar, y aunque no está mal, no dejan de producir cierta indiferencia. Tan solo destacan un poco cuando les da por el ska (I’m So Sorry es lo mejor del disco con diferencia), y en alguna que otra canción con un estribillo más acertado (Don’t Make A Fool Out Me). Para colmo, se les ha ido la mano con la duración del disco, que es de casi una hora, y con alguna que otra canción (los siete minutos de What Quid? son de lo más mediocre).
Desde luego, que antes de escuchar esto, es mucho mejor recurrir a las miles de grabaciones que hay de esos años, y que mucha gente todavía no ha descubierto.
6