La vampírica saga "Crepúsculo" llega a su fin. Tras su multitudinario estreno en Los Ángeles, el trío formado por Robert Pattinson, Kristen Stewart y el hombre lobo Taylor Lautner presentó hoy en Madrid "Amanecer: Parte 2", la quinta y última entrega de la franquicia, que mañana llega a los cines.
Sonrientes, los protagonistas de esta historia de amor casi imposible ideada por Stephenie Meyer posaron ante las cámaras: Stewart (Bella), enfundada en un ceñido vestido blanco y negro de cuello dorado, y Pattinson, (Edward) con camisa granate a cuadros, juntos de nuevo tras su sonada ruptura el pasado verano (boreal).
Si la primera "Amanecer" acababa con Bella resucitada y convertida en vampiresa, después de morir al dar a luz a su hija con Edward, esta segunda parte refleja la profunda transformación del personaje de Stewart. "Ha sido una transición muy gratificante", contó la actriz, pues Bella no sólo pasa de ser humana a chupasangre, sino que además, deja de lado sus inseguridades para convertirse en una matriarca realizada, sin temores "y que lucha por su felicidad junto a la gente a la que ama".
Y es que ahora la cándida Bella debe controlar su sed de sangre, y para ello tendrá que apartarse durante algún tiempo de su pequeña Renesmee. Pero a su vez, la niña mitad humano, mitad vampiro, despierta las sospechas del clan Volturi, pues se trata de un híbrido nunca visto que supondría una nueva especie de inmortales. Mientras crece a toda prisa, Jacob (Lautner) se imprima con ella, convirtiéndose en su mayor protector.
Han pasado cuatro años desde que estrenaron la primera película de la saga, y en ese tiempo el fenómeno fan no ha parado de crecer. "Nunca había visto una saga en la que los fans influyeran tanto, y de la manera más positiva", dijo el joven Lautner. El guapo licántropo tenía apenas 15 años cuando comenzó a rodar "Crepúsculo", y ha "crecido y madurado" con la franquicia. "Es increíble saber que tienes tanto apoyo detrás, parece irreal", confesó.
A Pattinson, de 26 años, le sorprende ese "aspecto devocional" de los fans. "Sientes que lo que haces es importante, porque la gente le da sentido", señaló. "Y eso hace que te sientas responsable. Pero tener a tantos fans a nuestro lado es muy agradable en este mundo cínico". La del público es "una energía que contagia, como un volcán en erupción, algo excepcional", agregó Stewart.
Los años que han transcurrido desde el primer rodaje han sido "muy intensos, pero también muy íntimos", afirmó la actriz, que entre tanto también encarnó a Blancanieves en "Snow White and the Huntsman" -con cuyo director, Rupert Sanders, tuvo un affaire que causó su ruptura con Pattinson- y se soltó la melena en la adaptación de la novela beat "On the Road". Para Stewart, ha sido una experiencia única, que sólo se puede mantener con mucha ilusión, y de la que "no cambiaría nada".
Por eso, contó que le resulta muy difícil escoger entre alguna escena, pues hay muchas memorables: Desde el momento en el que da a luz a la boda con Edward o el primer beso entre ambos. "Fue un poco ridículo, había tanto revuelo que hubo que repetirlo, pero al final salió bien", declaró la actriz, que durante toda la rueda de prensa mostró mucha complicidad con Pattinson. "Si tuviera que elegir entre la Bella del libro y la de la película, me quedo con esta última", dijo por su parte el actor. "Es fantástica, y en la vida real, también".
Al final, "Amanecer: Parte 2", no llegará a los cines en formato 3D, como se prometió en un primer momento. Su director, Bill Condon ("Dioses y Monstruos"), explicó que les habría gustado mucho hacerlo, pero no resultaba práctico: ambas películas se rodaron a la vez, y habría sido muy difícil filmar unas escenas por la mañana y cambiar de cámara por la tarde para rodar en tres dimensiones. Eso sí, después la edición y el montaje se prolongaron año y medio, un trabajo que hace esta entrega muy distinta a las anteriores.
Satisfecho, el cineasta alabó especialmente el "extraordinario" trabajo de Stewart convertida en vampiresa. Y sin revelar demasiado a la espera del estreno, sólo declaró que la película es un homenaje a Meyer que entronca con el inicio de la saga. "¿Por qué se enamora Edward de Bella? Porque no puede leer sus pensamientos", señala Condon. Pues ahí, en la transformación de Bella, está la clave del desenlace.