Krokodil, la droga caníbal

Krokodil, un derivado de la morfina Hace unos días aparecía en algunos medios de comunicación la detección del primer caso en España, y concretamente en Castellón, del uso de una droga sintética conocida como krokodil o “droga caníbal” [1, 2, 3, 4]. Su principio activo es la desomorfina o dihidrodesoximorfina, por lo que deducimos que es un derivado de la morfina, un opiáceo. Su nombre proviene del ruso крокодил, “krokodil“, que obviamente significa ‘cocodrilo’, y probablemente derive de uno de los intermedios, la clorocodida, que se produce en su síntesis clandestina. También es probable que su nombre derive del aspecto de la piel de los consumidores habituales de esta droga.

Lo cierto es que no es una droga nueva, ya que se conoce desde 1932, cuando fue sintetizado en Estados Unidos como un análogo a la morfina, aunque 8 o 10 veces más potente. Además se comercializó en Suiza con el nombre Permonid .

¿Qué sabemos de la desomorfina y por qué se le llama “droga caníbal“?

Krokodil o droga caníbal

La desomorfina es el compuesto sintético, un opiáceo, principal de esta droga. Es un medicamento (droga) sedante y analgésico muy potente, análogo a la morfina pero 8 o 10 veces más potente. Aunque Krokodil tiene un inicio más rápido, una duración más corta. Sus efectos son iguales, o muy similares, a los de la heroína.

Como todos los opiáceos, comparte una estructura común, que se resume en estas características:

Son isómeros levógiros y proporcinan analgesia
Tienen un nitrógeno básico terciario con carga positiva
Tienen un carbono cuaternario (concretamente el C13) separado del nitrógeno básico por cadena etano y unido a grupo fenilo
Tienen un grupo hidroxilo fenólico (morfina) y/o un grupo cetona (meperidina y metadona)
El centro del anillo aromático está justamente a 4,55 Amstrongs del nitrógeno

Los opiáceos proceden de una planta llamada adormidera o amapola (Papaver somniferum L.). De los exudados de la cápsula de las semillas de la adormidera se extrae el opio que está compuesto principalmente por tres alcaloides, la morfina, la codeína y la tebaína. A partir de la morfina, acetilándola, obtenemos la heroína (diacetilmorfina), una de las drogas semisintéticas más adictivas conocidas. A partir de la tebaína se obtiene la naloxona. A partir de la codeína (que ya hable de ella en el post titulado Codeína, un opiáceo de venta en farmacias) se obtiene la desomorfina por un proceso relativamente sencillo. Y es por la sencillez de este método que esta droga se haya convertido en un peligroso “compuesto”.

Como aclaración he de decir que no es lo mismo el krokodil que la desomorfina. La desomorfina no deja de ser un opiáceo (muy potente) usado en el pasado en medicina, con algunos efectos secundarios como la disminución de la motilidad gastrointestinal, contracción de las pupilas, nauseas, depresión respiratoria o la desregulación de la temperatura corporal. El krokodil es una mezcla de compuestos que derivan del proceso de síntesis y que generan una serie de graves problemas.

¿Cómo se sintetiza el krokodil?

Básicamente el krokodil se sintetiza de manera clandestina (y ahí está el kit de la cuestión) a partir de la codeína. Es un proceso en el que se utiliza cloruro de tionilo para obtener clorocodida, que primero es reducida y luego desmetilada para obtener desomorfina.

Síntesis de la desomorfina a partir de la codeína

Esta es una reacción “limpia”, el problema viene cuando la codeína que se utiliza en los laboratorios clandestinos no es codeína pura, si no que se utilizan los conocidos jarabes para la tos o tabletas para la garganta. Estos medicamentos, generalmente están mezclados con otros compuestos como paracetamol, cafeína o difenhidramina.

¿Por qué es tan peligroso el krokodil?

Rusia es el primer consumidor mundial de heroína donde es muy cara (alrededor de 40 dólares) y el “Krokodil” se puede conseguir en tan sólo cuatro dólares. Y es allí donde se sintetiza mayoritariamente el krokodil (y de donde llegó a estos lares) de manera clandestina, sin ningún tipo de control, a partir de codeína en tabletas o jarabes para la tos, yodo y fósforo rojo (del rascador de las cerillas). También se utilizan gasolina, diluyente de pintura y algunos otros ingredientes. La codeína se vende sin receta, y los adictos pueden comprar sin dificultad los demás elementos necesarios para “cocinar” la droga. El producto final no está purificado y contiene sustancias tóxicas que quedaron de la “cocción”, que son las que causan daño a los tejidos, a las venas y a la piel, y pueden resultar en gangrena. La desomorfina sintetizada de esta forma es muy impura y se encuentra contaminada con varios subproductos orgánicos tóxicos y corrosivos.

Debido a estos productos tóxicos y corrosivos, la droga genera trombos que llegan a gangrenar la carne en las extremidades. Literalmente la carne se muere y se cae, llegando a dejar los huesos al descubierto, de ahí lo de la droga caníbal. También la piel se vuelve gris y escamosa, dando lugar a la apariencia de la piel de un cocodrilo, de ahí también su nombre.