No se cuando ha pasado y si ustedes se han dado cuenta, pero en este cambio de siglo no hemos avanzado hacia el 21 sino hacia el 19. Sólo con una explicación de regreso temporal hacia atrás es posible explicar como en las relaciones laborales de la actualidad, en la empresa de carrocerías de la planta de Fiat en Mirafiori (Turín), símbolo de la pujanza económica italiana de la posguerra mundial, los trabajadores han votado en referendum perder sus derechos sociales adquiridos, por ejemplo el de huelga y representación sindical y algunas bajas por enfermedad, además de recortar las pausas y la comida y de reordenar los turnos. A cambio los empresarios dicen que van a mantener un poco más Fiat en Italia.
Si lo del corrimiento temporal no les convence, hay otra explicación, claro, que bebe de las fuentes de las relaciones económicas, de su chantaje permanente a los trabajadores, del desmantelamiento de la cultura social, del exacerbamiento del individualismo a ultranza, de pensar en el hoy más que en el mañana. De la ausencia de una izquierda que actúe de contrapeso, de la desafectación de la política, del sindicalismo y de cualquier atisbo que huela a comunidad, a sociedad.
Claro que la segunda explicación, sin duda alguna inspirada en mis obsesiones marxistas, hablaría de lucha de clases, de capitalismo, de la centralidad del trabajo, de la economía especulativa, y de la dictadura de los mercados. Ya saben, esas cosas pasadas de moda…
Y es que al ver la foto de la pancarta sobre L’accordo della vergogna no se porqué me ha dado por pensar que mañana nos toca a nosotros seguir renunciando a derechos.
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