La 57 Seminci se despide en su gala de clausura

Foto de familia de la 57 Seminci. Fotografías de Doc Pastor

En la fría noche del último sábado de octubre tenía lugar la gala de clausura de la 57 la Seminci. En el año de México, del cine indio y del siempre cine de autor de dentro y fuera del continente,  Mara Torres y Ledicia Sola despedían una edición marcada por los recortes.

El palmarés  ya se sabía desde la mañana del sábado, pero era el momento de recogerlos. Los primeros fueron los galardonados de Tiempo de Historia. Eduardo Chapero- Jackson agradecía su mención honorífica con un verso de Antonio Machado, “el hoy es malo, el mañana es mío” que, según el director, estaba muy acorde con los tiempos actuales.

Adolfo Dufour Andía, ganador del primer premio por “Nosotros” agradeció este a los trabajadores de Sintel, de quienes, en sus propias palabras, admira su dignidad, y dejó participar a uno de ellos en su entrega. Éste no dedicó el galardón, sino ese momento de la gala a todos sus compañeros y familias, por ser los “protagonistas directos, pero involuntarios” de este documental.

Ledicia Sola presentando la gala

En la onceava edición de Punto de Encuentro como sección competitiva, el premio sería para Tudor Giurgiu y Nic Baltahazar, ex aequo.  Este último, a pesar de encontrarse en el Teatro Calderón, no recogería su galardón hasta después de los premios Fipresci. “Me había perdido” se disculpaba Nic Baltahazar, y continuaba “me encanta España y Valladolid por sus grandes películas y sus grandes premios”. El realizador belga acababa por agradecer el premio a Seminci y a su público, y “a todos los distribuidores que me van a comprar la película”, bromeaba.

Pere Vilá y Jessica Woodworth saldrían a recoger los premios de la Crítica Internacional, los Fipresci.  El director de ‘La Lapidation de Saint Étienne’ recogía el premio mientras lo calificaba como “pura energía para seguir trabajando”.

Luego llegaría el momento de los cortos. Bo Mikkelsen, mención especial del jurado por ‘Tabu’ decía que en Valladolid “ha sido la primera vez que me han pedido una autógrafo”, algo que no olvidará nunca. Ísold Uggadóttir recogía su Espiga de Oro por ‘Útrás Reyjavík’, y lanzaba un mensaje a los cineastas españoles: “En Islandia hemos presionado al gobierno para no quitar el apoyo al cine”, exclamaba, y arrancaba una ovación al público del Teatro Calderón, “y le hemos demostrado que es viable desde el punto de vista económico”.

El jurado Joven volvía a premiar ‘La Cinquième saison’, y Jessica Woodworth aseguraba haber tenido poco tiempo para prepararlo, pero que deseaba enviar un mensaje a la juventud: “tener miedo es necesario. Gritar es necesario. Y esperar, es necesario”.

Ni el mejor actor, Matthias Schoenaerts, ni las mejores actrices, Elle Fanning y Greisy Mena estuvieron allí para recibir sendos premios. Pero ésta última mandaría un sms para dedicarlo a todo el equipo de ‘La vida precoz y breve de Sabina Rivas’, y concluir con un “gracias España, gracias Valladolid y Gracias México”.

Oscar Jaenada, con la Espiga de Plata

Para el premio al mejor director, salió Andrés Martín, de Vértigo films. El distribuidor llegó a aparecer hasta cinco veces en el escenario a recoger diferentes premios de las películas de su distribuidora. “Este era el plan, como el club de la comedia, que yo tenía que salir en todas”, bromeaba a él.

Tampoco acudiría el director de ‘Les Chevaux de Dieu’, película ganadora de la Epiga de Oro; se había quedado a cinco minutos de Valladolid por un retraso en su vuelo desde Casablanca.

Y con esa desafortunada anécdota terminaba la gala de clausura de la 57 edición de la Semana Internacional de cine de Valladolid.  Tras la película de ‘The Words’, se clausuraba la edición de este año, y sólo quedaba esperar a la que viene, porque, como decía Mara Torres “el cine nunca descansa”.

Dafne Calvo

Por afecto o por defecto, pero me encanta el periodismo. Sueño con un mundo dibujado sobre viñetas, donde esté prohibido comer palomitas en el cine.

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