Sin duda alguna, el fútbol, es de una de las modalidades deportivas más importantes del mundo, existen millones de jugadores y seguidores, por ello, su denominación, “deporte rey”.
Muchos son los artículos publicados sobre los beneficios del fútbol, pero muy pocos sobre la actitud que muchos padres y madres tienen. Como en todo, existe un amplio abanico de actitudes que éstos tienen con sus hijos, actitudes que tendrán una gran repercusión en el éxito del niño o de la niña en dicha modalidad deportiva.
Los padres (en su mayoría) y madres que inscriben a sus hijos/as en un equipo de fútbol base buscan que éstos sean grandes profesionales y se conviertan en un Messi o en un Cristiano Ronaldo, este deseo provoca en muchas ocasiones que se le exija al niño el realizar gestos o acciones que están por encima de sus posibilidades, dado que no existe una maduración psicomotora acorde al movimiento que se solicita al pequeño, provocando esta exigencia el fracaso deportivo del menor.
Los adultos debemos de ser conscientes de la agresividad que existe en los partidos de fútbol base, donde los niños viven situaciones de agresiones verbales y casos extremas físicas, mayormente, hacia los árbitros del encuentro.
Debemos educar a nuestros hijos en valores, y ser nosotros mismos un ejemplo a seguir, debemos de pensar antes de actuar, y ser conscientes de que nuestros pequeños son verdaderas esponjas que imitan todas nuestras acciones.
Existe un triángulo deportivo que tenemos que tener en cuenta, y es el de jugador – entrenador – padres. Éste triángulo debe de tener un único objetivo para la práctica deportiva en la infancia, y es que los niños/as jueguen para divertirse.
El triángulo tiene una importante tarea, y no es otra que educar al pequeño. Si cada uno adopta su rol y lo ejecuta de manera satisfactoria, seguramente tendremos éxito.
El rol del entrenador es Educar a través del movimiento para potenciar destrezas psicomotrices y en la dinámica de grupo potenciar valores de lealtad, compañerismo, justicia, valor, esfuerzo, entre otros. Además de enseñar una serie de bases motrices que un niño de la categoría benjamín todavía necesita ajustar: salto, carrera, lanzamiento y tiro.
Por otro lado, el rol de los padres y madres en el fútbol base se entiende como Educadores a través del comportamiento.
En el Club Deportivo Más Vale Prevenir, estamos convencidos de que el niño debe aprender jugando, y que la práctica deportiva siempre tiene que impartirse mediante juegos, potenciando aquellas actitudes positivas.