El inconfundible sonido que anuncia el inicio del Pac-Man se cuela al menos tres veces en Música y apocalipsis, ficción alemana que participa de la competencia internacional del 21º BAFICI, tras haberse pre-estrenado en febrero pasado en la sección Forum del 69º Festival de Berlín. La referencia retro y gamer ilustra el objetivo principal de la verborrágica sátira de Max Linz: la suerte que la investigación académica corre en un laberinto acechado por un mercado angurriento y siempre insatisfecho.
Por otra parte, vale comparar al guionista y director francfortés con el Comecocos (españoles dixit) que el japonés Toru Iwatani creó a principios de los años ’80. De hecho, el realizador también persigue a vario fantasmitas: en este caso, la tilinguería intelectual, la evangelización empresarial, el progresismo resignado, la sobrestimación de las tecnologías de realidad virtual.