Revista Arte

La afrenta romántica, el duelo, sus obsesiones, y su inevitable solución.

Por Artepoesia
La afrenta romántica, el duelo, sus obsesiones, y su inevitable solución.La afrenta romántica, el duelo, sus obsesiones, y su inevitable solución.
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Los duelos o enfrentamientos entre caballeros por una cuestión de honor fueron una práctica que sólo comenzaron, realmente, a partir del siglo XV. No tenían nada que ver con los legendarios torneos medievales, ya que éstos o eran por causas guerreras o por los llamados juicios de Dios, pero nada personales. Los duelos, sin embargo,  se caracterizaban por tratar de resarcir el honor personal del agraviado. No se pretendía asesinar al ofensor, sino aceptar el reto, de morir incluso, antes de humillarse ante la afrenta. Muchos podían llegar a ser los motivos. Comenzaron éstos por tratar de defender la dignidad del ofendido en asuntos personales de cualquier causa y, sobre todo, a partir del advenimiento del romanticismo, empezaron a ser además los lances amorosos los más justificados para retar al ofensor.
El gran compositor ruso Piotr Ilich Chaikovski (1840-1893) creó la música de la ópera Eugene Oneguin, que consiguió estrenar en 1879 en Moscú. Basada en la novela del mismo nombre que el poeta ruso Aleksandr Pushkin (1799-1837) escribió en 1831, cuenta la historia de Eugene Oneguin, atractivo y vividor joven ruso, y de Vladimir Lenski, poeta y prometido de una bella dama provinciana. Ambos se hacen muy amigos, y una tarde Lenski invita a su amigo a visitar a su amada, Olga. Ésta tiene una hermana, Tatiana, la cual es a su vez una joven melancólica e impresionable, mientras que aquélla es una divertida y alegre jovencita. 
Tatiana se enamora rápidamente de Eugene y le acaba escribiendo una carta declarándole así su amor. Oneguin, sin embargo, no está interesado en ella sino en su hermana Olga, declarandole, además, públicamente su amor. De este modo Lenski, ofendido, le obliga a batirse en un duelo mortal. Eugene acaba matando a su amigo Vladimir Lenski. Entonces aquél, abatido, comprendiendo su cruel y maldito destino, decide alejarse de todo, marcharse definitivamente, en un largo y olvidado viaje a través del mundo. Años después, de regreso a San Petersburgo es invitado al baile del príncipe Gremin, el cual le presenta a su amada y bella esposa. La sorpresa de Eugene es enorme al comprobar que la gran dama de esa alta sociedad es su despechada Tatiana. En ese momento comprende que es a ella a la que ama realmente, que siempre estuvo enamorado de ella. Pero, Tatiana ya no desea lo mismo que entonces, a pesar de reconocer amarlo. Él, derrotado, se marcha ahora para siempre, acabando su vida solo, resentido, amargado y triste.
Pushkin conoció a Natascha Goncharova en 1830, ella era una de las mujeres más hermosas de Moscú. Natascha le rechazó ese año pero al año siguiente él consiguió su mano. Años después, en 1837, un militar francés, Georges d'Anthés, intenta cortejar, provocadoramente, a Natascha. Inevitablemente acaba retándose en un duelo con Pushkin, en donde a éste le manipulan fatalmente el arma para que no pueda dispararla bien. El gran poeta ruso terminó falleciendo el  29 de enero de 1837.  Su colega y amigo, el poeta y pintor Lérmontov, trató durante años de hacerle justicia, incluso escribiendole al Zar. Todo fue inútil, por lo que sólo pudo hacer aquello para lo que estaba preparado, escribir la poesía Muerte del Poeta en homenaje a su lírico y asesinado amigo. Este es un fragmento de la obra de Lérmontov:   Y entonces será inútil acercarse a la maledicencia: 
   Esta vez no los protegerá.
   ¡Con sus oscuras sangres no podrán lavar
   la sangre cristalina del poeta!
Curiosamente Mijaíl Lérmontov (1814-1841) acabó sus días abatido en otro duelo, aunque por un motivo más prosaico y ridículo; un oficial, del mismo ejercito ruso al que Mijaíl servía, se sintió ofendido por un comentario sarcástico y chistoso del poeta. Éste decidió, incluso, que se batieran al lado de un precipicio, para tratar de este modo de morir si sólo se saliese herido. La pasión de estos creadores románticos sólo es comparada con los mártires de la antigüedad, salvo que en este caso su dios es la impulsiva, inevitable, arrebatadora, infinita y subyugante forma de vivir y morir.
(Óleo Duelo de Oneguin y Lenski, del pintor ruso Iliá Repin (1844-1930); Cuadro del pintor francés Jean-Léon Gérôme, Duelo después de un baile de máscaras, 1857; Cuadro Pushkin, del pintor ruso Vasili Tropinin, 1827; Retrato del pintor y poeta Mijaíl Lérmontov, del pintor Piotr Zabolotsky, 1837; Cuadro del pintor francés Gérôme, Mujer circasiana velada; Retrato del compositor ruso Chaikovski, del pintor ruso Nikolai Kusnetsov, 1893; Retrato de Natascha Pushkina, del pintor Brulov; Óleo Tiflis, del pintor y poeta Lérmontov, 1837.)

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