Revista Opinión

La alarmante deriva de la izquierda reaccionaria

Publicado el 05 febrero 2017 por Vigilis @vigilis
La prueba del nueve de la muerte de la generación socialdemócrata de las izquierdas la tenemos en que en el proceso de mestizaje que acompaña la caída de la URSS y la apertura de mercados y fronteras, esta izquierda no es capaz de influir y modificar ideologías que son su competencia. La desaparición de la influencia soviética en tiranías africanas y de Oriente Medio no se tradujo en su sustitución por la ideología socialdemócrata. De hecho, ocurre lo contrario: la socialdemocracia retrocede en Europa, lo que ya cuenta como una derrota, pero no queda ahí la cosa: también se ve modificada por otras ideologías.
La alarmante deriva de la izquierda reaccionaria
Perdida su capacidad de influencia, se ve a sí misma influenciada. Esto yo diría que es importante aunque tan solo sea porque esa generación de izquierda es el soporte ideológico de la Unión Europea y algunos otros países (Canadá, Noruega,...).
Mi duda es si esta generación de izquierda socialdemócrata se ha visto ya tan absolutamente modificada que tenemos que dejar de considerarla hoy como parte de las generaciones de izquierda. Planteado de otro modo: ¿es hoy la socialdemocracia una ideología de la familia de las izquierdas?
Mi posición es que no, que la socialdemocracia hoy ha sido tan modificada que no se parece en absoluto a las ideas políticas de posguerra que relacionamos tradicionalmente con la palabra socialdemocracia. Para apoyar mi hipótesis tengo tres ideas que defiende hoy la socialdemoracia-zombi que jamás hubieran defendido sus antecesores.

Anti-comercio

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Manifestación de catorce personas en Ann Arbor contra la comida (?).

Estar contra el comercio es una tradicional contradicción de todas las generaciones de izquierda. Tan solo la socialdemocracia de posguerra y el actual maoísmo líquido no se oponen al comercio. Y es curioso porque si establecemos la base de todas las izquierdas —después del liberalismo clásico— en los textos de Marx y Engels vemos que desde el minuto uno el comercio no era rechazado. Los padres del comunismo veían a los burgueses de la ilustración como revolucionarios frente a las fuerzas feudales y reaccionarias. Ellos —contemporáneos de la revolución industrial— creían que el aumento de la producción era condición sine qua non de la emancipación social. La mayoría de los comunistas anteriores al horror soviético pensaban que había que desarrollar el capitalismo hasta sus últimas consecuencias para que revelara sus contradicciones finales y así dejar el camino libre a la revolución.
Sin embargo hoy la izquierda banal rechaza el comercio, rechaza los tratados comerciales internacionales y defiende el dogma de fe de que para que uno se haga rico otro ha de empobrecerse, un dogma de fe descartado por la evidencia empírica que muestran los resultados en calidad de vida y prosperidad en aquellos países que deciden comerciar.
Nacionalismo
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Toda revolución comunista acaba siendo una revolución nacionalista. Todo estado socialista que ha existido o existe es una sociedad militarizada, con gran aparataje en las partes del estado dedicadas a la seguridad interior y al control de la población. Al ser el comunismo una doctrina estatal obligatoria, el estado tiene que crear una lealtad artificial y apoyarse en el consentimiento grupal es una herramienta básica. Si el grupo es un país, las alusiones a defender los supuestos intereses nacionales son un recurso obvio.
Sin embargo los socialdemócratas de posguerra rechazaron el componente nacionalista. En primer lugar debido a que se oponían a la dictadura militarizada y defendían que el ejército no podía cumplir un papel importante en una sociedad representativa. En segundo lugar porque la nación étnica no dejaba de ser el recurso recurrente de las fuerzas conservadoras para dividir verticalmente a la sociedad. Los socialdemócratas manejaban una descripción horizontal de la sociedad (ricos, clase media, pobres) y por tanto las divisiones verticales solo podían ser un recurso de los ricos para dividir a los pobres. Un diputado laborista galés de la posguerra no estaría de acuerdo en bajar los impuestos a los galeses sino a los británicos pobres. Esta es una diferencia absimal con lo que ocurre hoy. Hoy la izquierda banal defiende las divisiones verticales de la sociedad. En España abundan los ejemplos (también los hay en otras partes del continente, ojo, no somos especiales).
Si volvemos a Marx y Engels hay un intercambio postal muy gracioso cuando comentan la situación alemana y la política bismarkiana. Hay una carta de Engels del día de Santiago de 1866 en el que comenta los pros y los contras de la unificación alemana:
The good side of the affair is that it simplifies the situation; it makes a revolution easier by doing away with the brawls between the petty capital cities and will certainly accelerate developments. After all a German Parliament is something quite different from a Prussian Chamber. The petty states in their totality will be swept into the movement, the worst localising influences will disappear and parties will at last become really national parties instead of merely local ones.
The chief disadvantage – a very great one – is the unavoidable flooding of Germany with Prussianism. Also – the temporary separation of German Austria, which will result in an immediate advance of the Slav elements in Bohemia, Moravia and Carinthia. Unfortunately nothing can be done against either of these consequences.

Los fundadores del comunismo (y todas las izquierdas hasta la crisis del Congo, c. 1960) veían con antipatía el nacionalismo étnico y saludaban la aparición de estados multiétnicos ("hacen la revolución más factible" dice Engels). Acordaos de lo que dije antes de la división horizontal de la sociedad: para la izquierda normal la sociedad se divide entre ricos y pobres, no entre letones, bohemios y húngaros. Que yo, que lo que aprendo del comunismo es para criticarlo, se lo tenga que recordar tenía que darles vergüenza.
Ah, pero esto hoy ya no es así. La actual socialdemocracia ha tirado a la basura este principio fundamental y hoy defiende la fragmentación de los estados porque ha confundido "minoría" con "pobre" y no se da cuenta de que la defensa de la minoría es una idea históricamente reaccionaria (mucho más si la minoría está basada en criterios étnicos o religiosos). De ahí que un criterio objetivo para distinguir izquierdas y derechas sea el eje universalista-particularista.
Efectivamente los casos más escamosos se dan en España, donde la izquierda trata amablemente las exigencias de privilegios de los movimientos nacionalistas étnicos precisamente de algunas de las regiones más ricas del país.
Anti-religión

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Carnaval anti-religioso en la URSS (antes de ser prohibidos los carnavales).

En este epígrafe es donde sucede algo que al ser tan contemporáneo e inmediato igual no se acaba de ver pero intentaré explicarlo con ayuda de vuestra indulgencia. Este punto es el que me lleva a pensar en la mencionada "modificación socialdemócrata" y de ahí a unirlo a la alianza impía con el nacionalismo y a la empobrecedora posición antimercado, todas ellas posiciones que no sólo no pertenecen al ámbito de la socialdemocracia de posguerra sino que son más bien de la familia reaccionaria antiliberal.
Basándonos en el criterio objetivo de distinguir a las generaciones de izquierda como doctrinas racionalistas, su oposición a la religión es esperable. Pero hoy la izquierda banal no se opone ya a la religión sino que la defiende llegando a extremos totalmente incomprensibles. Hablo por supuesto de la religión musulmana (o mejor dicho, de la familia de religiones musulmanas, muchas de cuyas sectas están en conflicto a muerte con otras sectas).

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Mahoma en la portada de la revista soviética "Sin dios" (años 20).

Pongo ejemplos: Ben Affleck en un programa de televisión debatiendo con Sam Harris, divulgador ateísta. Harris critica el islamismo como doctrina política y el empleo de la palabra "islamofobia" como excusa para no criticar lo criticable del islam. El renombrado actor y director hollywoodiense le llama racista en la creencia de que él defiende la libertad de expresión del islamismo cuando el islamismo es una ideología que suele negar esa misma libertad de expresión (aquí el video). Tradicionalmente una persona de izquierda apoyaría el lado ateísta, pero no solo no lo apoya Affleck sino que además la posición de Affleck es compartida por otros en esta autodenominada "izquierda" con que la posmodernidad nos condena.
Otro ejemplo: Deepa Kumar es una profesora universitaria estadounidense que da conferencias sobre el "nuevo macartismo" para promocionar su libro. Suponemos que esta señora es de izquierdas y dejo que eso lo juzguéis vosotros al ver la siguiente diapositiva:

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"Los nuevos macartistas: neoconservadores y sionistas, la extrema derecha cristiana, apóstatas del islam y otros "informantes nativos"".

Esta señora tan de izquierdas mete en el mismo saco a los que apostatan del Islam y la extrema derecha. Esta señora tan de izquierdas igual tenía que saber que la gente es perseguida por abandonar el islam en casi todos los países islámicos y que abandonar una religión no es adoptar una posición política. Pero lo más grave del asunto (y esto ya es de por sí muy grave: la apostasia en el islam se condena con la pena de muerte), es que no se trata de una señora loca que va a su bola diciendo bobadas islamofascistas y haciéndolas pasar por "progresismo", lo más grave es que esta versión del progresismo ya se empieza a organizar políticamente, más allá de hacer entrismo en la moral progre banal. En el Reino Unido fundaron hace unos años el Partido del Respeto como escisión del Partido Socialista de los Trabajadores. Este partido de izquierdas se reúne con Hezbolá (literalmente "el partido de Dios", una organización terrorista financiada por la teocracia iraní) y su líder se niega a estar en la misma sala que un judío. Su líder llegó a diputado, pequeño detalle.
¿Queréis más ejemplos de la peligrosa cuesta abajo por la que caen los tumefactos desperdicios del cadáver de la socialdemocracia? Pedid y se os dará. Conferencia sobre la guerra civil siria organizada por una de estas ONG progres que están "en contra de la guerra". Aparecen unos sirios que huyeron de los bombardeos del dictador sirio pidiendo la palabra porque no se estaba hablando de los bombardeos de Al Assad, ¿qué hicieron los progres? Echarlos de la sala.
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Hay un punto en común en todos estos ejemplos: cómo la izquierda banal ha renunciado a los principios racionales compartidos por todas las precedentes generaciones de izquierda y se ha acercado a una defensa religiosa exclusivamente centrada en el islam. (Con el budismo existe una aproximación estética pero no hay influencia política (y menos mal porque esos están todavía más chalados que los otros)). Y por supuesto con el cristianismo muchos continúan en un rechazo irracional, arbitrario, estético y contradictorio (cambiarle el nombre a la Navidad y cosas así súper de izquierdas que te cagas, tía).

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Primera y última huelga de mujeres en Teherán contra la obligación de cubrirse la cabeza.

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Protesta de mujeres en Londres a favor de cubrirse la cabeza y el cuerpo (y prohibir el porno y mandar "al iinfierno" la libertad).

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Portavoz chavista en una provincia vasca ganando puntos para ser ministro iraní de moral religiosa.

El cariz de los acontecimientos venideros
De continuar la tendencia izquierdista por la vía de la antiglobalización, del nacionalismo identitario y de la defensa del islamismo, mucho me temo que el único espacio que quedará a la izquierda será el espacio liberal. Y será la única izquierda porque será la única familia ideológica que continúe oponiéndose a los privilegios de cuna y de sangre.
O igual hay otra opción: ya que el liberalismo carece de ADN revolucionario (se agotó hace doscientos años) y defiende el statu quo, lo que hay que hacer es dejar los términos de izquierda y derecha para los libros de historia.
En todo caso, si os fijáis, no me he metido en asuntos pedestres que tienen que ver con la posición anti-izquierdista de la autodenominada izquierda: toda la política ecologista es una subvención de los pobres hacia los ricos, lo que tiene que ver con la protección de los desprotegidos en el Estado del Bienestar también es algo que en particular en España se dejó de hacer hace treinta años, toda la política "animalista" es una subvención de los pobres hacia los muy ricos, etc. Si quitamos las etiquetas y los eslóganes, tenemos en España y Europa a la izquierda más de derechas que se ha visto en la historia. En principio no tengo problema con eso pero es la deriva, el siguiente paso, lo que me preocupa a mí y nos debe preocupar a todos.
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