El Parque nacional De Hoge Veluwe, uno de los más extensos de los Países Bajos, es visitado por más de medio millón de turistas cada año y es el legado único de una de las parejas más llamativas de la historia holandesa: Anton y Helene Kröller-Müller que instalaron un museo en su interior.

La pequeña aldea oculta la componen nueve cabañas que se construyeron en 1943 para cobijar entre 80 y 100 personas. La dura persecución de los judíos en Holanda provocó que de los 140.000 judíos que vivían en el país, antes de la guerra, solo sobrevivieran 38.200. Los refugiados eran en su mayoría judíos semitas pero también se encontraban algunos desertores y estuvieron escondidos aproximadamente un año y medio. Este refugio se encuentra escondido en el corazón de este bosque de casi 55 kilómetros cuadrados situado muy cerca de Arnhem, el puente más lejano de la Operación Market-Garden.

El interior de las cabañas apenas tenía comodidades. Tan solo había unos estrechos bancos corridos en las paredes que servían para sentarse o tumbarse lejos de la humedad de la tierra. Pocas cosas más otorgaban algo de comodidad. Apenas se podía hacer fuego en el interior, y solo de noche, para que el humo no los delatara y con extremo cuidado de que no saliera luz al exterior.

El anonimato no duró mucho tiempo. En octubre de 1944, después de más de un año ocultos de los nazis, fueron descubiertos por unos cazadores que los denunciaron a las autoridades alemanas de ocupación. A pesar de ello casi todos los refugiados escondidos lograron escapar a tiempo. Solo ocho de ellos corrieron peor suerte.
Para saber más:
Het Nationale Park De Hoge Veluwe
Telemadrid
Disfruta Amsterdam
Kröller Müller