La alegría de vivir

Además del título de una conocida canción de Ray Heredia, la alegría de vivir es, desde hace unos meses, mi lema o declaración de intenciones vital. Alegría de vivir es mi hashtag. Soy una señora-mayor-It-Woman-hipermegaactúal que utiliza hashtags como la que se pone una bufanda cuando refresca.

Mantener la alegría de vivir al cien por cien en los tiempos que corren, y en todos los tiempos, es imposible. Por eso, cuando hablo de “alegría de vivir”, me refiero a vivencias que no tienen nada que ver con la alegría. Estaría bien poderlo explicar sin usar mil veces la palabra alegría… ¡Otra vez! ¡Qué alegría da leerme!

Considero que el sentido del humor es muy importante. Si lo pierdes, mueres. Es como la respiración pero a otro nivel. No te ahogas, pero vives en un páramo insípido. ¿Y eso no es ahogarse?

Pero claro: el sentido del humor y la alegría de vivir son conceptos independientes.

El sentido del humor inteligente e innato (hay un humor soez y ordinario al cual, por principios, jamás me referiré) es algo superior. ¿Quién no se ha reído a carcajadas con cualquier tontería en un momento dramático?

Pero no tiene nada que ver con la alegría de vivir. Una persona con sentido del humor puede hacer reír a los demás a pesar de estar amargada y tener la alegría de vivir alojada en las antípodas. 

Entonces: ¿qué es la alegría de vivir?

No es reir por reir. No es sentido del humor. No es ser una especie de florecita en estado de gracia. NO.

La alegría de vivir es algo que he descubierto hace poco. Es aceptar que la vida tarde o temprano tiene un final y que hay que disfrutarla mientras se pueda. Es comprender que de todo lo malo se sale y además se sale más lista y más segura (a mi me gustaría salir también más joven, pero va a ser que no). 

Es viajar, leer, comer, reír, bailar, hacer lo que te apetezca dentro de los límites lógicos (que cada uno defina sus límites que yo con aclararme con los míos voy sobrada). 

Todo lo anterior lo puedes hacer sin alegría de vivir, pero no se disfruta de la misma manera.

Alegría de vivir es recoger los cacharros limpios del friegaplatos sin amargarte porque tienes que hacerlo.

Alegría de vivir es pasar un domingo acurrucada en un butacón leyendo una novela preciosa.

Alegría de vivir es llorar porque tienes pena, pero sin dejar que esa pena te domine. Eso también es alegría.

Alegría de vivir es ponerte todas las vacunas contra el covid. Ser agradecido con la ciencia es alegría de vivir.

Alegría de vivir es tomar el sol sin achicharrarte. 

Volver a Londres, ponerte un abrigo morado porque siempre vas de negro y necesitas color, pintarte los labios de rojo, que el aspecto de tu pelo sea el que pretendías… La alegría de vivir también es superficial y sofisticada. Por lo menos la mía.

Hay muchas alegrías de vivir. Cada uno definimos las nuestras.

Literalmente, la alegría de vivir es estar contenta porque estás viva. Punto. 

Espero que todos tengáis salud y alegría de vivir.  Con la salud no se juega, por eso la antepongo.

Que la vida no me mande algo que me haga volver a perder la alegría de vivir. Ese es mi deseo. 

También deseo no volver a escribir  la palabra alegría en un tiempo y que me toque la lotería aunque primero tendré que comprar un décimo ¿no?

#alegríadevivir