El Papa Francisco pide a 'los dirigentes islámicos que condenen claramente el terrorismo fundamentalista'; y junto con el patriarca ortodoxo alerta de que Oriente Medio se queda sin cristianos, por lo que reclaman la intervención internacional; el Papa clama por una auténtica libertad religiosa y una condena firme de la violencia integrista. El patriarca de Constantinopla señaló una triste paradoja que denominaron 'ecumenismo del sufrimiento': "los actuales perseguidores de cristianos no preguntan a qué iglesia pertenecen sus víctimas, la limpieza religiosa es una realidad ya en algunas regiones, por desgracia, a través del martirio" dijo Bertolomé I.
El arzobispo caldeo de Mosul, monseñor Amel Shamon Nona ha advertido, en el Corriere della Sera, a los países occidentales de la amenaza que supone el terrorismo islamista; resueltos han de reaccionar con decisión tajante contra esos locos del nuevo califato. En Irak, un grupo terrorista del yihadismo ha proclamado el Califato, cuyo presidente es el terrorista Abú Bakr al-Bagdadí. "El sufrimiento que hoy padece su grey, ese infierno de los cristianos iraquíes, dice, alcanzará a sus propias naciones y, en un futuro no muy lejano, los europeos y cristianos de Occidente tendrán los sufrimientos que abruman a su país; hoy están tan expuestos al fanatismo yihadista, no sólo los cristianos, sino los yazidíes y los musulmanes chiítas, que ya algunos han sido bárbaramente crucificados". Monseñor Nona afirma que las ideas políticas de Occidente, esto es, la axiología democrática fracasa inexorablemente en aquella región, porque los principios liberales y democráticos, allí no tienen ningún valor; advierte que el innegociable principio de que todos los hombres son iguales, implica una debilidad lamentable frente a una realidad, como el extremismo islamista, para el cual esa igualdad no existe. Monseñor expone su tremenda conclusión dirigida a los países que soportan una alta inmigración: “Si ustedes no entienden esto lo suficientemente pronto, se convertirán en víctimas del enemigo que han recibido en su casa”. Los valores nuestros no son los suyos, sería demasiado fácil despachar la dura actitud de este prelado sin detenerse siquiera por un momento en los extremos de una desesperación que no le resta su lógica por inaceptable que nos pudiera parecer. Se estima que en la Franja de Gaza viven aún cerca de 1.500 árabes cristianos en un delicado contexto; desde que Hamás tomó el poder en 2007, ha impuesto sobre su pueblo la ley islámica al estilo de los talibanes.
Varios países son los terribles perseguidores de los cristianos en el mundo: 1. COREA DEL NORTE: Kim Jong-Un no permite la libertad de religión y mucho menos el cristianismo; perpetra la persecución más extrema; los fieles sufren una insoportable presión por la que están obligados a vivir su fe de manera oculta, incluso ante sus seres más cercanos, por miedo a acabar en los campos de trabajos forzados.
2. SOMALIA: El extremismo islámico no cesa la persecución de cristianos, entre más de diez millones de habitantes, apenas cuenta con unos cientos de católicos
3. SIRIA: Tenía más de un millón de cristianos, pero, cada año que se prolongaba la guerra civil, la convivencia se les hacía más difícil.
4. IRAK: La revolución del Isis en Irak ha complicado aún más la vida de los cristianos en el convulso país.
5. AFGANISTÁN: En Afganistán el islamismo radical y los enfrentamientos tribales hacen a los cristianos las víctimas de sus luchas y son rechazados. 6. ARABIA SAUDÍ: Pese a su situación económica y estabilidad, el hecho no es mucho mejor, allí está prohibida la práctica de otra religión que no sea el Islam y cualquiera que la abandone puede ser condenado a muerte.
7. LAS MALDIVAS: Mantiene un régimen que persigue y castiga a los pocos cristianos que siguen viviendo en la isla; ser ciudadano del país es equivalente a ser musulmán, por lo que «oficialmente» no existen los cristianos.
En Birmania (también conocida como Myanmar), donde iglesias en casas independientes son ilegales y las Biblias en lenguas indígenas están prohibidas, obreros misioneros están compartiendo el Evangelio con un grupo de personas que están completamente aisladas, fuera del mundo exterior. Trabajan junto a los lugareños durante el día y comparten el Evangelio por la noche, pasando películas cristianas mediante un proyector, que es alimentado por un generador. Como resultado de sus esfuerzos, una nueva iglesia ha comenzado a reunirse en uno de los pueblos.
C. Mudarra