Revista Cine

La amistad está mal definida

Publicado el 23 abril 2017 por Key Hunters @zapatoalacabeza
Post basado en algo que publiqué en otro blog en diciembre de 2016. El original está en inglés pero dice esencialmente lo mismo.
Hace poco tuve una epifanía. Y sí, os la voy a contar. Qué cosas tenéis.
La idea principal es la siguiente:
La amistad es una construcción social, y además una que no funciona. A nivel teórico tiene sentido y es una idea muy cuca, pero en el mundo real su existencia es pura casualidad.
Sé que esto suena un poco deprimente, así que antes de nada, debéis saber que este post no soy yo llorando en un rincón mientras explico cómo pensaba que tenía amigos pero era todo mentira y el mundo es un lugar horrible y mi vida es una mierda. Tengo unos cuantos amigos -o lo que se entiende por amigos- estupendos y les quiero mucho a todos, gracias. Así que si eres un adolescente incomprendido con ganas de leer poesía existencialista mejor búscate alguna cosa en Tumblr.
Lo que vengo a contar es que estoy bastante convencida de que las relaciones de amistad no existen, o al menos no en esa versión transparente y luminosa que sale en las películas. Por supuesto que puedes tener una relación estrecha llena de afecto con una persona que esté a tu lado en épocas lamentables y con la que salgas de fiesta y te lo pases en grande y que te escuche y con la que puedas contar cuando tengas un problema, pero eso no dura para siempre -y si lo hace es por razones bastante anti-intuitivas. Luego especifico-. Y si no dura para siempre, desafortunadamente, eso no es amistad. Y ahora os cuento lo que a mí me ha resultado más difícil de procesar:
La inmensa mayoría de los actos impulsados por amistad que habéis visto en vuestra vida no eran tal. Lo que los impulsó no fue amistad sino benevolencia.
Me explico; ¿te acuerdas de cuando un camión atropelló a tu perro Toby y pensaste que te iba a dar algo del disgusto? ¿Te acuerdas de que llamaste a tu amiga Sandra, o Alberto, o quien puñetas sea tu mejor amigo, y estuvieron tres horas del tirón hablando de lo que había pasado a pesar de que tenían un examen dos días después, y cómo después te llamaron todos los días durante una semana para ver qué tal estabas, y te mantuvieron ocupado para que estuvieras distraído y no te deprimieras pensando en Toby?
Eso tenía que ser amistad, ¿no?
No sabes cuánto siento tener que decirte esto, pero eso no era amistad, era simplemente alguien siendo muy amable. Lo habrían hecho por cualquiera.
Crees que me lo estoy inventando, a que sí. A QUE SÍ. Venga, vamos a ponerlo de otra forma:
Imagínate que otra persona distinta tiene un perro que acaba de irse a criar malvas. Alguien que no eres tú tiene un vecino horrible con un todoterreno que va por ahí atropellando perros y ahora esa persona está súper deprimida. Imagínate que llaman a Sandra, o a Alberto. Y me refiero a la misma Sandra que mencionaba unas líneas atrás. A lo mejor no se conocen muy bien, pero tienen una buena relación. No saben a quién más llamar y deciden coger el teléfono y avisar. ¿Tú crees que tu amiga le va a colgar? ¿Tú crees que va a ignorar a una persona que les llama pidiendo ayuda? Qué va. Si Sandra o Alberto son esos amigos estupendos que te escucharon de corazón cuando tuviste un problema, te aseguro que con alguien no tan cercano también se van a pasar esas tres tediosísimas horas hablando de cómo nadie podrá nunca reemplazar a Toby pero cómo todo mejorará pronto. Está claro que no lo van a hacer con la misma alegría con la que corrieron a socorrerte a ti, porque tú eres amigo suyo -esto suena inconsistente con el tema del post, pero hablo de lo que se considera habitualmente como amigo. Nos entendemos- y esta persona de la que estamos hablando, no. Seguro que no le llamarán a diario, pero sí que le escribirán de vez en cuando para ver qué tal está. ¿Quieres saber por qué?
Porque son buena gente. Y eso hace que parezcan buenos amigos.
Lo que solemos detectar como amistad -la de verdad, no la que dura tres meses- no es más que gente muy muy maja que le tiene especial aprecio a alguien.
Por supuesto, alguna excepción hay, aunque suelen durar poco tiempo. A veces aparece un tío que es un cretino integral pero que hará cualquier cosa en el mundo por ti si eres su amigo. Eso pasa algunas veces, pero por lo general el día que algo va mal y el cretino en cuestión se enfada contigo por el motivo que sea, la has liado. Creo que me entendéis, pero por si no, dejadme que os explique esto con un ejemplo de mis primeros años de universidad:
Mi colega Sara era amiga del alma de una chica que era gentuza absoluta, llamémosla Rita. Rita era -y probablemente siga siendo- una persona horrenda, en serio. Se reía de todo el mundo, era manipuladora e intentaba aprovecharse de todo el que se le pusiera por delante. Se enteró de que el chico que le gustaba estaba interesado en mí, así que hizo todo lo posible por echarme a patadas del grupo de amigos al que pertenecíamos las dos. Ese tipo de persona. Pues bien, Sara y ella eran uña y carne y se contaban secretos y todas esas historias de las amistades adolescentes. Duró, como os estaréis imaginando, hasta que Rita le hizo alguna atrocidad a Sara. Ni recuerdo qué paso; me quiere sonar que le contó a todo el mundo alguno de sus intereses románticos, o alguna cosa súper personal del estilo, no me acuerdo; el caso es que se comportó una vez más como el zorrón que era y Sara empezó a ver la luz.
Pues bien, en cuanto se dio cuenta de que había estado perdiendo el tiempo miserablemente y de que su supuesta amiga era una arpía de mucho cuidado, Sara tardó como cinco minutos en empezar a contarle a todo cristo los trapos sucios de Rita.
INCISO
Ésta es la misma lógica que se aplica cuando le mandas fotos mega-sexys a tu novio porque le quieres mucho y confías plenamente en él, y al cabo de ocho meses está despechado porque le has dejado por otro y se las manda a todos sus contactos, a tus padres y a tu jefe. Hazme el favor de no mandar fotos en bolas a tu respectivo. Es una mala idea. No mala de llamar a tu exnovia a las dos de la mañana borracho llorando para que vuelva contigo. Ni siquiera mala de tatuarte en un antebrazo el nombre de la persona a la que le vas a mandar las fotos. Esto es otro nivel. No es literalmente la peor idea del mundo porque nada te impide fumarte seis porros y luego irte a conducir un autobús robado, pero está sin duda en el top 10 de las cosas más estúpidas que puedes hacer en tu vida. No envíes fotos que no te atreverías a colgar en internet. Luego no digas que no te lo advirtió nadie.
FIN DEL INCISO
Y yo os pregunto, ¿creéis que Sara fue en algún momento amiga de Rita?
Yo sé que no. Y supongo que vosotros lo sabéis también.
Si la calidad de una relación puede irse a pique el minuto en el que uno de los dos miembros se enfada, esa relación no vale para nada. Si todos tus secretos están a una bronca de distancia de ser gritados a los cuatro vientos, eso no es amistad.
Y estaréis pensando "¡pero si Rita era una petarda, lo has dicho tú! ¡Se merece cualquier cosa que le pase!"
Y a lo mejor tenéis razón, yo qué sé. El problema es, ¿quién decide si un comportamiento es suficientemente malo como para que una amistad deba terminar? Quiero decir, ¿qué pasa si te cuento mis miedos ocultos y somos los mejores amigos del planeta y entonces pasa algo horrible? Como, yo qué sé, que tu novia se enamore locamente de mí. Tienes una novia, eres súper feliz, y ella decide dejarte porque quiere estar conmigo. Incluso si le digo que no, tú te has quedado sin novia porque yo existo. Y eso suele ser suficiente para que a la mayor parte de la gente se le vaya la olla por completo. Un porcentaje muy alto de la población me detestaría con toda el alma, probablemente encontrando alguna excusa por la cual todo fuera culpa mía y por tanto tuvieran una razón legítima para odiarme y destruirme con toda la información que tienen sobre mí.
Eso no es amistad. Eso es un contrato de andar por casa para pasárselo bien una temporada y no estar solo.
"¡Pero Carmen y yo habíamos sido mejores amigas desde el jardín de infancia y cuando se enteró de que no había ido a su fiesta de cumpleaños porque estaba en mi casa acostándome con su novio dejó de ser mi amiga pero nunca usó nada de lo que sabía en mi contra! ¡Eso tenía que ser amistad! ¿No? ¿¿NO??"
Primero, deseo muy fuerte que todos tus novios te pongan los cuernos. Segundo, eso era amistad de verdad (de sentido único, eso sí), sólo porque Carmen es una buena persona. Fue capaz de terminar las cosas contigo y pasar página sin atacarte, y eso viene mucho más de ser un ser humano decente que de ser un buen amigo. Y, sólo para que conste, a lo mejor en este caso sí que te merecías que todo el mundo se enterara de los detalles turbios de tu vida por ser una amiga lamentable, no lo sé. Este tema tiene más lagunas que Canadá; yo a lo que voy es a que decidir qué es condenable y qué no es una decisión tan subjetiva que no puedes tener la supervivencia de tus relaciones dependiendo de ello. Incluso si una persona ha hecho algo terrible, no puedes saber si ha sido un malentendido, o si alguien se lo ha inventado, o si la persona estaba coartada o cualquier otra posibilidad similar. La confianza dada y recibida durante un periodo de tiempo no debería verse nunca comprometida porque en otro momento las cosas no estén yendo bien.
El problema de esto es que va radicalmente en contra de la naturaleza humana. Te han amargado la existencia, así que tú quieres hacer lo propio. Si eres capaz de mantener la compostura y no vengarte de alguien por el simple hecho de que una vez fuisteis amigos, entonces lo más probable es que seas una persona equilibrada y razonable, con empatía a patadas y una conciencia del tamaño de un campo de fútbol.
Así que básicamente lo que estoy diciendo es que buena persona sobreescribe a buen amigo. Todas las buenas personas son intrínsecamente buenas amigas, y para ser un buen amigo tienes necesariamente que ser una buena persona. Por tanto el término amistad es redundante, ya que puede ser definido con otros aspectos del comportamiento humano. Esas amistades que duran décadas son sólo gente muy muy buena que se tiene mucho mucho aprecio entre sí.
O, dicho de otra manera, lo que fundamenta lo que conocemos como amistad no es la relación entre dos personas, sino cómo son esas dos personas por separado. El afecto mutuo es poco más que un detalle, no la base. Dos bellas personas que se crucen terminarán fácilmente siendo amigas, porque ambas tienen todo lo necesario para serlo. Sólo tienen que caerse bien.
Y dije al principio del post que esto ha sido una epifanía porque considero que yo tengo amigos. De hecho  creo que tengo mucha suerte al respecto. Así que darme cuenta de todo esto que he explicado aquí me ha puesto algunos conceptos patas arriba.
¿Tengo amigos? ¿O todo lo que mis amigos harían por mí lo harían por cualquier otra persona? Y si hay que elegir, ¿qué opción es mejor? ¿Quieres a tus amigos porque te sacarían de un edificio en llamas, o les quieres precisamente porque sacarían a cualquiera de un edificio en llamas?
Me lo he planteado en serio, y si tengo que elegir, creo que elijo a los amigos que salvarían a cualquiera. Simplemente espero que el día que pase algo, la amistad ésa de la que habla la gente haga que elijan salvarme primero a mí.
p.d. Todo esto me lo planteé cuando un accidente en el que me arrearon con un bate de béisbol en el tobillo me mandó al hospital. Personas con las que tenía una muy buena relación no me hicieron ni caso, mientras que un par de chicas a las que por aquel entonces apenas conocía me llevaron a urgencias, y una de ellas se estuvo allí cuatro horas, ignorándome cada vez que le decía que se fuera a casa. Por si os preguntáis qué me lleva a pensar en estas cosas.

Volver a la Portada de Logo Paperblog