Revista Opinión

La amortajada

Publicado el 01 marzo 2021 por Jcromero

En las obras literarias quien escribe mira y se mira; observa, radiografía y sugiere; cuenta, expone, estimula la imaginación del lector. La literatura es un espacio para el entretenimiento, para la subjetividad o la ensoñación. También el ámbito adecuado para plasmar o embellecer la realidad, para la denuncia social. Un lugar propicio donde refugiarnos, ganar perspectivas y escrutar la realidad.

En estos tiempos de pandemia no me seducía la lectura de un libro con título tan lúgubre. De su autora ya había leído La última niebla y algún que otro relato. En ellos aprecié su prosa poética y la presencia de mujeres decididas a ser dueñas de sus vidas. Sin embargo, me resistía a la lectura de un relato con titulo tan tétrico. Pero abrir un libro y comenzar a leer suele deparar sorpresas. En este caso, la amortajada narra desde una zona ubicada a mitad de camino entre la vida y la muerte. Y desde esa perspectiva irreal, la autora teje una historia que atrapa.

"Y luego que hubo anochecido se le entreabrieron los ojos", es la primera frase. Un comienzo que se antoja premonitorio porque, en ese entreabrir de los ojos, se vislumbra el tapiz que confecciona María Luisa Bombal. Con una prosa exquisita, saltos temporales y distintas narradoras, se cuenta la vida y tribulaciones de una protagonista que está muerta, pero no lo suficiente. Y como ella aún tenía conciencia, porque estando muerta ella veía y sentía, elabora una radiografía de los familiares y amigos, de sus amores y del marido al pasar ante su cuerpo inmovilizado en el ataúd.

La amortajada

En la narrativa de Bombal es constante cierto inconformismo frente a lo establecido. Sus principales personajes son mujeres que, sin romper totalmente y en ocasiones dejándose llevar, se resisten al poder del hombre, de una sociedad arcaica y patriarcal. "¿Por qué, por qué la naturaleza de la mujer ha de ser tal que tenga que ser siempre un hombre el eje de su vida?", se pregunta Ana María, que es el nombre de la protagonista, la amortajada.

Descubrir a esta escritora es encontrarse con una prosa que desprende lirismo e irrealidad. Su narrativa, lejos de permanecer anclada en la primera mitad del siglo pasado, tiene plena vigencia. Sus textos reivindican la dignidad de la mujer, la rotura de lazos aceptados socialmente en una época de matrimonios de conveniencia y sumisión al padre o marido. Son textos que entretejen vidas atenazadas por una organización social y religiosa tradicional a la que Bombal hace frente. Se aprecia cierta reivindicación de la libertad: libertad de la mujer para vivir la sexualidad, para decidir si abortar o aceptar la maternidad. Frente a los cánones sociales de la primera mitad del siglo XX, cuestiona la institución matrimonial -"Cierta noche soñó que amaba a su marido"-, reivindica el derecho al placer de la mujer -"¡El placer! ¡Con que eso era el placer! ¡Ese estremecimiento, ese inmenso aletazo y ese recaer unidos en la misma vergüenza!"- y la libertad religiosa. "Dónde creerás que estoy. ¿Rindiendo cuentas al Dios terrible a quien ofreces día a día la crueldad de tu marido?".

Dicen que María Luisa Bombal es una pionera, una escritora que da voz a la mujer para que sus protagonistas reclamen el derecho a vivir sin someterse a ese papel que la sociedad ha ido tejiendo durante siglos hasta hacerla un apéndice del hombre. Lo dicen y será cierto, porque Bombal, de alguna manera, reivindica la necesidad de tirar de los hilos que enredan y atenazan a la mujer.


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