Te despiertas por la mañana; estás tumbado sobre la cama y ya, en ese momento, notas que tu cuerpo se rebela para no levantarse... demoras el tiempo y piensas "unos minutos más", y después de esos minutos te das cuenta de que tienes que levantarte por narices, que tienes miles de cosas que hacer y no puedes quedarte remoloneando en la cama. Foto de: Ana Hidalgo
Si estás en el gimnasio, no rindes y con cualquier ejercicio el corazón parece que se te vaya a escapar por la boca y te late de forma rápida. Te cuesta respirar y tardas en recuperarte.
Por la noche, aunque te acuestas cansado, no puedes dormir con facilidad, con el resultado de que no descansas y a la mañana siguiente vuelta a empezar.
Seguro que todos los enfermos renales conocéis estos síntomas que provienen, a menudo, de la anemia. No todos tienen los mismos síntomas y no todos los sienten, pero la mayoría de nosotros pasamos épocas con anemia.
Hay muchas cosas que pueden causar la anemia. En las personas que padecemos insuficiencia renal, la causa más común de la anemia es no tener suficiente cantidad de la hormona llamada eritropoyetina (EPO). La eritropoyetina es la hormona que estimula la producción de los glóblulos rojos de la sangre que se encargan de transportar el oxígeno a todo el organismo.
Pero también hay otras causas que pueden provocar anemia:
Sabemos que una persona con una enfermedad renal crónica tiene muchos números de tener a su vez una anemia asociada a la disfunción renal. Además de los problemas que derivan del mal funcionamiento de los riñones, unos niveles bajos de hemoglobina elevan el riesgo de padecer un episodio cardiovascular y, por supuesto, reducen notablemente la calidad del paciente debido a los síntomas que he descrito. Por eso, es importante actuar cuanto antes para prevenir serios problemas en la salud.
En primer lugar el médico buscará la causa de la anemia, y luego mirará también como están los niveles de hierro.
Si la anemia está causada por la misma insuficiencia renal, el primer tratamiento será subir los niveles de hierro hasta normalizarlo con suplementos en forma de pastilla, bebibles, sobres o lo que el paciente tolere mejor.
Si este tratamiento no hace que la anemia mejore lo suficiente y el paciente sigue encontrándose cansado, se utilizan los agentes que estimulen la eritropoyetina (EPO).